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Capítulo 2.

Capítulo 2.

 Estábamos andando para ir a la escuela, lamentablemente mi hermano se tenía que ir por otro sitio, él no iba a el instituto como nosotras, solo tenía diez años.

–   Sofía, estas muy cañada.

– Julia llegas a ser irritante. No me hables.

–   Venga tu también te metes conmigo, solo son bromas.

–   No. El chico de la moto se llama Javier, ahora por tu culpa papá nunca me va dejar verle otra vez.

–  Espera un momento, ya se lo que pasa ese chico te gusta. –  Sofía estaba roja como un tomate.

– No, mentira. –  dijo con tono de superioridad  A demás que más te da, no lo conoces.

–  Como que no. – respondí sin pensar las consecuencias

– Lo conoces de verdad.

– Sí, es amigo de Felipe. –  al decir ese nombre sentí un vacío muy grande en mi corazón como si solo lo pudiera llenar un gran vote de helado.

– Ese amigo tuyo. – Miro hacía otro lado para soltar una mirada de repugnancia. –  Dile a Felipe que le diga a Javier que voy a estar en la salida del colegio, para que podamos hablar.

–  No te olvidas de algo

–  Es que llevo mal el pelo

–  Papá quería hablar contigo. –  más bien castigarte pensé, pero no lo dije.

               Ya habíamos llegado a la entrada del colegio.

-       Sí, por eso a ti se te va a ocurrir una excusa fantástica. –  dijo ella como si le debiera algo. Antes de que pudiera decir nada me chilló al oído. –  ¡Isabel! Hola, que tal…–  las deje de oír de lo rápido que caminaban.

-        Hola July. –  dijo una voz que sonaba débil detrás de mí. Me di la vuelta y era Lucía.

-       Hola Lucí ¿te ocurre algo?

-       Sí. –  dijo, hablaba como si no tuviera voz, como…. si se la hubieran quitado y dado otra vez pero usada.

-       ¿El que? No será otra vez mal de amores.

-       No.

-       Entonces que es. Venga no me dejes así, dime quien te ha hecho daño y voy yo.

-       Bueno. –  dijo muy seriamente, lo que me sorprendió es que recupero la fuerza al hablar. –  Es que he hablado con Felipe. Y sé lo que paso ayer.- hizo una pausa para pensar- Creo… que deberías decirle la verdad.

-       ¿La verdad? – Baje la voz- Ya sabes que es lo que mas me gustaría, pero no puedo.

-       Pero…¿por qué? Creo que algún día se tendrá que acabar todo ¿no?– Me miró a los ojos y dijo- Ya se ha acabado todo, tienes que abrir los ojos Julia.

-       Lucía ¿Qué quieres decir?

-       Que Felipe es un buen chico… ¡Y es mi amigo también! Tienes que solucionar… lo que quiera que pase entre vosotros.

-       Mmm… sí ya...

-       Mmm... conozco tus “sí ya”. Prométemelo.

-       Ay Lucía porque le das tanta importancia.