Había leído y releído ese informe un sinfín de veces y sin embargo no tenía la menor idea de lo que decía, su mente se encontraba absorta en todos los recuerdos de lo vivido recientemente. Esa chiquilla lo estaba trastornando terriblemente y por primera vez en su vida le tuvo miedo...aquello se le estaba saliendo de las manos, se estaba obsesionado con la esposa de su hijo y temía no tener la fuerza para parar cuando el momento llegara.
Por más que su mente racional le ordenase que se detuviera, esa parte de su ser donde se encuentran las emociones más primitivas del ser humano lo alentaba a seguir...Necesitaba probar el sexo con esa mujer en su más burda y primitiva expresión.
Podría jurar que lo vivido recientemente solo era la punta del iceberg y esa chamaca realmente era fuego y no había nada que deseara más en este momento que quemarse en él. Deseaba dominarla, someterla, ser solo él quien pudiera doblegar ese espíritu salvaje sin la ayuda de la poción, poseer su alma y no solo su cuerpo; deseaba hacerla tragarse su orgullo y quitarle esa maldita mirada altanera de sus brillantes ojos; volverla dócil, sumisa...volverla su puta.
Ansiaba poder tomarla a su antojo, cuando y donde se le diera la gana; obligarla a suplicar que la follara sin que nada más importara. Anhelaba poder tomarla por las caderas y hundirse tan dentro de su cuerpo hasta hacerla gritar por más y dejar por siempre su huella en su tierna carne para que nunca no se olvidara que nadie podría jamás llenarla como Lucius Malfoy
Era inútil tratar de concentrarse en el estúpido trabajo cuando su mente no dejaba de reproducir una y otra vez la imagen de ella gimiendo de placer haciendo que su deseo se incremente al grado que ya no le importara que fuera la esposa de su hijo; solo de imaginar que Draco la pudiera poseer lograba llenarlo de celos y de rabia porque su hijo podía tenerla a la luz del día y el no.
- ¡DEMONIOS! -Grito producto de la frustración aventando el pergamino que tenía en la mano levantándose de su elegante sillón para dirigirse al gran ventanal que iluminaba su oficina. El sol comenzaba a meterse coloreando el cenit en tonos dorados y cobrizos que le recordaron al momento el sedoso cabello de su castaña.
¿Su castaña? ¡Qué diablos estaba diciendo! Todo esto era una locura, necesitaba aferrarse a su linaje, a su sangre pura, a lo aberrante que era desear poseer el cuerpo y el alma de una impura que encima de todo era la esposa de su único hijo, la futura madre de su heredero para no perder la cabeza y salir a buscarla en ese momento. Tenía que encontrar una solución o terminaría demente
OoOoOoOo
Hermione esperaba en aquel café al aire libre en el Callejón Diagon a que apareciera su amiga y confidente Ginny Potter, tomaba una helada naranjada en ese momento tratando de mitigar los ardores que emergían de su cuerpo.
Mientras esperaba no pudo evitar que su mente viajara hasta cierto rubio que antaño no la soportaba y que de un tiempo para acá se portaba cortes y amable con ella. Como si de repente hubiera cambiado su manera de mirarla ¿Qué había cambiado en ella para que de buenas a primeras su suegro la viera como un ser humano y no como una aberración? Muchas veces lo sorprendió observándola en alguna reunión de trabajo o cuando compartían la mesa en la gran mansión de una manera extraña que la incomodaba pero que también inexplicablemente la excitaba a la vez, cosa que la avergonzaba sobre manera
¿Cómo era posible que pudiera verlo deseable? Estaba bien que Lucius a pesar de su edad y el tiempo vivido en Azkaban se conservaba muy atractivo ¡Pero era su suegro por Merlín! ¡El padre el hombre que amaba! Eso no estaba bien por donde quiera que lo viera. Había leído todo los libros y artículos que encontró acerca de los efectos de la ingesta de hormonas y el sentirse excitada era uno de los efectos de la misma, pero encontrar atractivo a su suegro ya era el colmo.
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CON UN POCO DE AYUDA [LUMIONIE] [DRAMIONE] [R+18] [LEMON] [HARRY POTTER]
FanfictionLa familia Malfoy necesita un nuevo heredero, pero según Lucius, Hermione la esposa de Draco se niega a engendrarlo lo que propiciara que él decida tomar el asunto entre sus manos para solucionarlo.