༻Embarazo Inesperado༺

II

YOONGI

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Mi día cada vez era más aburrido, estar en la universidad sin él es muy estresante, no estamos en el mismo grupo, pero después de cada clase nos veíamos en el pasillo y ahora ni eso.

Escuche que habían encontrado una maestra suplente para el grupo de JiMin, ojala así sea, ya quiero tenerlo de vuelta conmigo en la universidad.

Iba caminado de regreso a mi salón y me topé con una chica que ha estado enamorada de mi desde hace 4 años, si, exactamente los mismos años que llevo saliendo con JiMin, extraño ¿Cierto?

— ¡Ey!, hola YoonGi — saludó ella con una gran sonrisa

—Hola Irene — fingí una sonrisa

— ¿Cómo te va? — abrió su casillero y comenzó a sacar unos libros de el

El color de su casillero es malditamente irritante, rosa brillante por aquí rosa brillante por allá. Tengo un amigo que ama el rosa, está obsesionado con ese color, pero el al menos sabe donde utilizarlo y que luzca bien. Esta chica sólo lo pone porque sabe que puede.

— Bien — emprendí camino con rumbo a la sala de artes

— YoonGi, he visto que JiMin no ha venido a clases y no sé por qué y de verdad no quiero saber — sonrió — ¿Te gustaría salir conmigo? — comenzó a juguetear con su cabello mientras me miraba con una sonrisa plantada en sus labios

— No puedo, lo siento— comencé a ojear mis libros con el afán de que ella se diera cuenta de que no quería hablar con ella, ¡mierda!, lo tenía al revés.

Sonó el timbre y el maestro entro saludando a todos - Buenos días alumnos - dijo el

— Buenos días — respondimos todos al unísono

Comenzaron a llegar más alumnos entre ellos mi mejor amigo NamJoon, lo conozco desde que tengo 10 años. Él sabe todo acerca de mí y yo de todo acerca de él, como por ejemplo que se muere por Jin.

Jin es también amigo mío desde hace 6 años, uno está muerto por el otro, pero ninguno de los dos lo admite.

— Hola, Yoon — saludó el acomodando sus cosas en la banca de enseguida de la mía

— Hola, Nam — entrecerré los ojos mirándolo con atención

— ¿Qué te pasa? — comenzó a inspeccionarme de arriba abajo

— Ooh, no es nada, es solo que... — suspire. Voltee a ver hasta atrás, donde casualmente se encontraba sentado Jin

— Ay, vamos YoonGi, no comiences, por favor — dijo haciendo un puchero de suplica

— ¿Y por qué no? — una sonrisa pícara se plantó en mis labios

— Ey, ¡Jin! — grité para que pudiera escucharme desde atrás

— ¡YoonGi! — NamJoon comenzó a insultarme en voz baja mientras yo trataba de evitar reír

— ¿Qué te parece si cambiamos de lugar? — le propuse, para que estuvieran a un lado de su amado, soy el mejor amigo, lo sé. Alguien tenía que hacer algo por esos dos o terminarían con 15 gatos cada uno

— Claro, ¿Pero, por qué? — comenzó a dirigirse hacia mí con sus cosas en mano

— E-es q-que, solo quiero alejarme un poco del maestro, porque siempre me pregunta cosas a mí — debí inventar una mejor excusa

— Y ahora quieres que me pregunte a mí, ¿Cierto? — arqueo un ceja mirándome con atención

— No, bueno si, no, no es eso, ay ya, solo siéntate allá — dije señalado la banca de enseguida de NamJoon

— Como diga señor gruñón— resople y me si la vuelta para sentarme donde había estado anteriormente Jin

— Ey, ¿Q-qué tal J-Jin? — NamJoon sí que es torpe para conquistar chicos

Estaba observándolos desde atrás, no lograba escuchar muy bien lo que decían pero algo es algo

— Alumnos, ¿Tienen algo qué compartir con la clase? — preguntó el maestro al mismo tiempo que azotaba su libreta contra el escritorio

— N-no, lo sentimos Profesor, n-no volverá a pasar — dijo Jin haciendo una leve reverencia

— Pongan atención, si los vuelvo a ver distraídos irán hablar con el director, ¿De acuerdo? — el maestro señalo a Jin y a NamJoon con un claro gesto de desagrado en su rostro

— Ya entendimos maestro — dijo NamJoon un poco molesto

A ese maestro nunca le ha caído bien Jin, NamJoon o yo, realmente nos odia

Término la clase y salí disparado al comedor, realmente muero de hambre

Llegué y estaba Irene sentada en el mismo lugar de siempre. En medió de todos los demás desayunadores

Fui por mi comida y me senté donde siempre: alejado de todos los demás, no me gusta estar rodeado de gente mientras como

Espere un par de minutos y llegó NamJoon con su plato de comida

— Eres un tonto, ¿Por qué no le dices lo que sientes? — dije en cuanto se sentó frente mío. NamJoon nunca fue bueno hablándole a la persona que le gustaba, se volvía tímido incluso olvidaba como hablar

— ¿Por qué?, ¿Qué tal si me rechaza? — recargo sus codos en la mesa y cubrió su rostro con la palma de sus manos

— Ay, vamos, lo conozco desde hace seis años sé que se muere por ti, tanto como tú por el — rodé los ojos con desagrado, estos dos no podían ser más obvios teniéndose cerca.

Terminamos el almuerzo con rapidez, teníamos clase después y no podíamos volver a llegar tarde o nos llevarían a la oficina del director y eso no era nada bueno.

Las clases transcurrieron con rapidez, en medio de debates y todo tipo de discusiones con los maestros o compañeros. Apenas sonó el timbre anunciando el final de la clase, salí corriendo del salón.

— ¡Nos vemos Jin, nos vemos Nam! — grité desde la entrada. Ya era tarde casi las ocho de la noche y JiMin posiblemente ya se esté yendo a dormir, tenía la costumbre de dormir temprano aunque no tuviera que despertar a temprana hora al día siguiente.

Tomé un taxi y le di la dirección del edificio donde vivía. No tardamos más de treinta minutos cuando ya estamos fuera del edificio. Pagué lo correspondiente y entré ya con más calma. Llegué al apartamento entrando despacio tratando de evitar hacer ruido, si JiMin ya estaba dormido no quería molestarlo. Y así era, estaba dormido en el sillón con el televisor encendido y una cobija cubriendo todo su cuerpo. No pude evitar sonreír al verlo ahí acostado, sus mejillas regordetas y levemente sonrojadas lo hacían ver muy tierno.

Me acerqué a él y dejé un beso en su frente. Lo cargué hasta la habitación y lo recosté con delicadeza sobre la cama volviendo a cubrirlo con la cobija que llevaba enrollada en el cuerpo.

Tomé un baño y me recosté a un lado de él envolviéndolo en mis brazos. Cerré los ojos y me dejé llevar por el sueño