XXXIV

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Narrador omnisciente
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Las semanas se fueron volando para JiMin y YoonGi, seguían asistiendo a la universidad con normalidad, YoonGi procuraba estar todo el tiempo posible con JiMin, o al menos estarlo viendo a la distancia, el no iba a permitir que nadie dañara a sus bebés, y al decir bebés, incluía a JiMin, porqué si. JiMin a un era muy joven, su comportamiento, su peculiar sonrisa, lo hacían ver como un hermoso bebé, el más hermoso a la vista de YoonGi.

La mudanza había comenzado, con ayuda de todos sus amigos, YoonGi y JMin, comenzaron la mudanza a su nuevo hogar. Ya estaba todo listo, quizás solo una que otra caja que a un estaba en su departamento. Las habitaciones de la mueva casa estaban perfectas, ya llevaban varias noches durmiendo ahí, se acoplaron rápidamente, a un que la universidad quedaba un poco mas lejos no fue un problema para ellos, ya llevaban casi tres meses viviendo ahí, hicieron amigos en el vecindario de inmediato.

Jóvenes madres del vecindario que les dieron la bienvenida llevándoles algún postre o simplemente una hermosa decoración para su casa como; un ramo de flores, un centro de mesa o un jarrón.

Ahora Jin, TaeHyung y JiMin, iban de regreso a su departamento en busca de un par de objetos que a un estaba en su departamento. Jin iba conduciendo, ya que los otros dpd chicos a un no tenían permiso para conducir.

—Dime Tae, ¿Ya sabes que será? — preguntó JiMin girándose sobre el asiento del copiloto para poder observar el rostro de su amigo.

—A un no lo sabemos — comenzó a acariciar su vientre -poco notorio- con una sonrisa en el rostro — Creo que preferimos no saberlo, que sea una sorpresa — afirmó sonriente.

—Bien — sonrió y regresó a su antigua posición; con la vista al frente.

—Llegamos chicos, vamos — Jin apagó el motor de la camioneta y los dos menores bajaron, siguiendo al peli rosa

—No, Jin, iré yo, aquí esperen, solo son un par de cosas, nada que no pueda cargar yo — sentenció y sin decir nada mas se giro para entrar al edificio.

—El siempre hará las cosas como quiere — susurro Tae y se giró para entrar a la camioneta nuevamente.

JiMin tomó el ascensor y presiono el número de su piso, en el cual vivía hace poco. Abrió la puerta de su departamento y entró, cerrándola detrás de su espalda.

—Pero mira a quien tenemos aquí — aquella vos hizo que JiMin sintiera un escalofrío en todo el cuerpo, mandándole un temblor — Pero que lindo eres — JiMin seguía dándole la espalda a aquella persona, temía girarse y comprobar sus sospechas — Vamos JiMin, mirame — susurró sobre su oído. Sus manos viajaron hasta la cintura del menor, apretando la zona con fuerza.

—¡Alejate! — gritó con fuerza y dio varios pasos al frente, para después girarse y mirar la cara de aquella persona — HyoJong — susurró.  comenzó a dar pequeños pasos hacía atrás, buscando la manera de escapar — Qui-quiero que te ale-alejes de mi — lo señaló con el dedo índice — ¡Quiero que te vayas!.

Se giró con rapidez y corrió hacía una de las habitaciones, entró y cerró la puerta, pero no fue lo suficientemente veloz, HyoJong corrió detrás de el y empujó la puerta por fuerza, abriéndola de golpe.

—¡No! — JiMin estaba asustado, demasiado, podía escuchar a su corazón latir con fuerza sobre sus oídos — ¡Alejate de mi! — HyoJong seguía acercándose a el peligrosamente.

De su bolsillo trasero sacó una pequeña bolsa transparente, dentro de esta había una pequeña jeringa, con un líquido color verde dentro.

—¡Jin Hyung!, ¡Jin! — gritaba con toda su fuerza, tratando de apegarse a un mas a la pared — ¡¿Qué es lo que quieres de mi, HyoJong?! — el mencionado solo acortó la distancia a un más, con una sonrisa malévola en el rostro.

—Ay, mi querido JiMin, tu no sabes lo que pasé dentro de la prisión, el dolor que me hicieron sentir, las noches sin dormir, el tiempo ahí se me hizo eterno — colocó la mano derecha al costado de la cabeza de JiMin, haciendo que este se escondiera a un mas en su lugar — Ahora te haré sentirlo a ti — sujetó el rostro del menor en sus manos y la pequeña jeringa que llevaba entre sus dedos, la encajó en el cuello de JiMin, haciendo que este pegara un grito desgarrador, inyectó todo aquel líquido en el cuello de JiMin, dejó pasar unos segundos, antes de succionar nuevamente, haciendo que la jeringa se llenara de sangre.

—¿Q-qué era es-eso? — la vista de JiMin comenzó a nublarse, debilitando sus piernas, hasta hacerlo parar al piso. Apoyado con las manos en el piso trató de levantarse nuevamente, pero fue inútil, ya que sus piernas no se lo permitían — Di-dime que era e-eso — cerró los ojos con fuerza y lo último que pudo ver fue el rostro de aquel chico con una enorme sonrisa en el.

—Eso, mi querido JiMin — dijo, a un sabiendo que el menor ya no lo escucharía — Era Oxitocina y Relaxina, ¿Qué que es eso? — suspiró — Pronto lo sabrás — tomó el cuerpo del menor en sus brazos y lo envolvió en una pequeña manta, dejando descubierto, de su pecho hacía arriba. Vacío la pequeña jeringa en todo la habitación, llenando de sangre el suelo y parte de la pared, pero eran solo manchas pequeñas, ya que era todo el líquido que la jeringa podía contener.

Los  brazos de JiMin colgaban de su cuerpo, su cabeza estaba inclinada hacia atrás y sus labios entre abiertos, por su cuello y batabilla se escurría un hilo de sangre.  Se dirigió a la salida trasera del edificio, donde dejó a JiMin la parte trasera de un pequeño auto color azul. Subió a la parte del piloto y arrancó.

***

—JiMin ya se tardó mucho, ¿No? — dijo Tae con el ceño fruncido — Iré a ver que pasa ya es mucho tiempo — el castaño bajó de la camioneta y entró al edificio, seguido de su mayor, Jin.

Llegaron al departamento, disminuyeron la velocidad de sus pasos al ver que la puerta estaba abierta. El primero en entrar fue Jin, seguido de Tae, el cual iba aferrado a la remera del mayor, apegando su vientre a la espalda del peli rosa.

—JiMin — susurró — Vamos, ya tardaste demasiado, YoonGi debe estar esperándote — al entrar por completo al departamento, lo único que vieron fueron un par de cajas regados por doquier y una que otra sabana, tapando pequeños muebles que un estaban ahí.

TaeHyung se separó de Jin y entró a la que era la habitación de sus amigos, miró a su alrededor y no había nada fuera de lo normal, hasta que observó aquella pequeña jeringa tirada en el piso, con algo de sangre en ella — ¡Jin Hyung! — gritó con desespero. El mencionado llegó corriendo a la habitación, observando de inmediato aquella cosa que había asustado a su amigo.

—¿Qué es eso? — sus ojos se cristalizaron de inmediato, amenazando con llorar en cualquiera momento.

—No lo se Tae, sólo respira hondo y vuelve al auto, toma mi celular y llama a YoonGi — el castaño estaba paralizado en su lugar, tenía demasiado miedo — ¡Ya! — el menor no solo tenía miedo por su amigo, sino también por el mismo, por el y por su bebé.

༻Embarazo Inesperado༺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora