Capitulo 2

104 3 0
                                    

 Bertha reía a carcajadas-era una estúpida burlona- la mire molesta; porque realmente lo estaba, la sangre llego a tales grados que podía pensar que era la mujer lava.

 Torne los ojos.

 -¿Pero qué te ha pasado Charlotte?-me pregunto Alejandra cubriendo su boca con una de sus manos. Al parecer mi nuevo corte no les había gustado.

 Qué más da, no estoy para complacer a nadie… ¿o sí?.

 -Le ha pasado una podadora por la cabeza-rio a carcajadas burlándose de mi corte masculino.

 Metí mis labios, ese lado burlón de Bertha me hacía enrabiar, sentía que mi piel se coloraba.

 Muchas mujeres usaban el cabello corto y cada una de ellas tenían su porque, puede que algunas por la molestia en la nuca, o no les gustaba peinarse, o eran lesbianas, o simplemente les gustaba más como se les veía el corto que el largo o solo querían hacerse pasar por un tipo para ganar el amor del otro.

 Puras conclusiones obvias y casuales.

 -Ya cállate Bertha!-Alejandra me defendió, en veces Bertha era muy pesada con sus comentarios sin darse cuanta a quien puede herir con ellos-. ¿Porque ese cambio de look?-pregunto.

 Estaba pasando por esos momentos en donde era un: no me tientes porque ardo y sí que quemo.

 -Quería verme diferente-me excusé.

 -Pues si querías verte más como ni;o , ¡lo has logrado Charlotte!-quería golpearla, pero ese lado en donde se escondía ese cariño hacia ella me lo impedía-.Luego no te quejes de que te critican por como luces.

 -¡Que te calles Bertha! Si no dirás algo útil mejor cierra esa boca-Alejandra estaba molesta, no como yo lo estaba. Tampoco le gustaba cuando Bertha se ponía con esos genios.

 -Bueno, si a ti te gusta, me acostumbrare-dijo Bertha, le sonreí.

 -¿Y qué?, vendrán al partido de las seis.

 El equipo de baloncesto estaba en sus partidos finales, ya íbamos a salir de la escuela y los caza talentos organizaban partidos para escoger a los mejores y ofrecerles buenas becas deportivas.

 -No podre, mi padre quiere que lo acompañe a buscar un auto.

 -Ohh que mal, ¿y tu Charlotte? ¿Cuento con tu apoyo?-negué, hoy era mi primer día de entrenamiento. No creo que mis amigas estén listas para lo que he hecho- ¿Qué? ¿Porque no?-

 -Mi madre me ha castigado, así que hoy tengo que ir directo a casa, y me tengo que ir en cuanto salga del aquí-

 -Pero que cool-levanto los brazos al aire-. Me quedare solita-saco su labio inferior queriendo hacer un puchero. Que tierna Alejandra.

 Seguimos platicando un rato, hasta que sonó la campana indicando el final del receso, todos se dirigieron a sus clases.

 En cuanto salí de mi última clase, comencé a correr, impidiendo que mis amigas me vieran. Tenía que llegar a entrenamiento temprano, pero primero llegaría a una tienda y pediría el baño, me cambiaria de ropa y luego correría al gimnasio.

 Le pedí a una señora que me prestara su baño, que era urgente, y ella amablemente accedió, entre y me cambie con rapidez, me puse una blusa holgada blanca, con unos shorts deportivos y una jersey que me había dado Juan el sábado.

 Agradecí tener este cuerpo, parecía un hombre todo esquelético <<Mi cuerpo es demasiado menudo y poseo escases de pechos-gracias al cielo que lo que no tengo de boobies lo tengo de trasero, “Gracias mami por tener un trasero de hipopótamo”->>, nada musculoso. Hacía dos años que no jugaba baloncesto.

¿Ella?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora