•Día 6: Crueldad•

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—¿Cuántos has dicho? —pregunta Bombón con una mueca rota.

—Tres. Tres meses. —responde Boomer con una mano en su frente, un poco agobiado por la simple acción de explicar la situación.

—Esto es una broma, ¿no? Por Dios Boomer dime que es una broma. —los ojos de Bombón pasan por el miedo, el miedo de ser cambiada.

—No... no es broma.

El rostro de Bombón experimenta la tristeza, el odio y la vergüenza en un segundo. ¿Cómo pudo pasar esto?, se preguntaba una y otra vez. ¿Era tan mala para esta relación? O ¿era muy mala para el sexo?

No sabía la razón, y tampoco quería. Ya estaba sufriendo lo suficiente. Vivir una mentira por tres meses, no es fácil de digerir. Tres meses en los que lo amo, en los que lo acompañó y en los que fue su querida novia. Todos esos días pasaron por la borda.

Lo único que sí quería saber era con quién fue. ¿Con quién la cambió?

—¿Con quién?... ¿Quién está embaraza Boomer? ¿Cómo se llama?

Boomer traga duro. Sus manos no dejaban de sudar. Ya le fue difícil decir la verdad... o lo que pudo decir.

En realidad el enamorarse de una persona qué no es Bombón, no fue culpa de Boomer. Sólo pasó. El amor es tan raro y diferente. Boomer no tuvo la culpa de enamorase. Nadie puede controlar el corazón cuando ve a ese alguien especial.

Pero Boomer tenía que decirle a Bombón la verdad, antes de tres meses. No en estos momentos. Ahora no sólo perdió una novia, también una amiga, una amiga de intimidad.

También tuvo la culpa de hacer el amor con esa persona, ahora especial, y no usar preservativo. Claro que es su culpa.

Cuando el rubio se enteró que iba a ser padre claro que se pudo feliz, ¡iba a tener un hijo joder! ¡Un hijo! Una noticia muy bonita para él. Pero claro, como todas las cosas bonitas, duran poco, al parecer para Boomer muy poco. La noticia tenía que llegar por los oídos de Bombón, como la ruptura de su relación.

Boomer no quiso decirlo y dejó pasar los días, los días en semanas, las semanas en meses y los meses en tres meses de puras mentiras.

Bombón ahora entendía todo. Las desapariciones repentinas, las actitudes lejanas, las distancias, las sonrisas amargas. Todo tenía sentido.

Él la había engañado.

—Creo que no es bueno que lo sepas. —murmura Boomer.

—¡Qué me lo digas joder! —grita Bombón bañada en lágrimas. —¡Quiero saber quién fue la muy perra! —las palabras volaron por el aire.

—¡Te prohibo que la llames así! —contraataca el de cabellos claros. —¡No se merece tus insultos!

—¡Boomer! ¡Dímelo ahora!

—¡Es tu hermana joder! ¡Tu hermana Burbuja! ¡Me acosté con tu hermana Burbuja! ¡Y sabes qué! ¡Lo disfruté tanto que me dabas pena! —grita.

Bombón lo podía creer esas palabras. Todo ese tiempo fue Burbuja. Su pequeña e inocente hermanita.

Las lágrimas caían sin ningún pudor. Bombón sentía arder su corazón. Estaba partido, roto y pisoteado. La verdad duele demasiado. Más que eso.

La verdad es cruel. Él es cruel.

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Espero que se hayan entretenido.
Lo mío no es la crueldad pero salió esto.
Muchas gracias por leer.
EDITADO

30 Días de azúcar, flores y muchos colores [TERMINADA] [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora