LA CASA DE ROSA PARTE 2

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.En el pasado.

Y este lugar ¿qué es?...

Volteé para observar y me acerque aun señor...

-disculpé señor, me llamo Alex Montes ¿en qué fecha estamos?.

No me podía escuchar, podría decircé que era invisible, de prontó...

¿Mi padre?... ¿madre?...

Ellos venían corriendo hacía mí... me agaché rapidamente y miré que no me dañaban, podían pasar sobre mí, era impresionante.

-Es hora de ocultar el libro, dijó mi papá guardando unos planos extraños en un antiguo santuario.-hijo mio esté es el libro que debes buscar para saber sobre tus poderes, está en la dimension de los lobos, escuché esa voz en mi oido que me llamaba, depués una luz que me regreso a casa de mi madre.

¡¡¡Horror!!!! Bienvenido mundo de rosa.

-¿Qué viste?..dijó Andres mirandome.

-Un libro, dijé cortándo la respuesta.

-¿Cómo era?.

-solo sé que se encuentra en la dimensión de los lobos.

-Perfecto, esa es la primera dimensión que visitaríamos.

-¿Pues cuántas son?...dijé preocupado.

-ci...en,dijó Andres con una pequeña risita.

-Eso ya no importa, tengo que leer esé libro.

-Entoncés vamonos y agarrando sus llaves nos dirigímos al carro.

"Mundo de los lobos, vamos por tí"
Ridiculo ¿verdad?.

El carro prendío fuertemente un crujído,  Andres le movía botones que él solo veía, los asientos se ajustaron a nuestro cuerpo, Mia parecía portarsé normal apesar de tantas conplicaciones, rapidamente, adelante del carro aparecíeron
Los mismo portales, pero esta véz iba en reversa.
Los colores de mis ojos se cambiaron a amarillos y empecé a agarrar ciertos pelitos.

Increiblé... ahora seré un perro, fantástico ( sarcasmo).

Mia se reía de mí pelajé negro como la noche, me había convertido en lobo,el carro porfín se detuvó en la dimensión.

-Llegámos, dijó Andres abriendome la puerta debidó a mis patas de perro.

De prontó otros lobos se acercaron y se convirtíeron en humanos.

-¿Qué hacen aquí?...dijó el alfá acercandose a nosotros.

Mis ojos se volvieron miel y mi cuerpo volvío a la normalidad.

-Soy Alex Montes y vengo por el libro de mi padre, dijé con una voz más gruesa que la mía.

-No te creo nada, ¿Por qué no hacemos estó?... si me ganas, te daré el libro y si no, pues ya veremos que hago contigo.

-Trato hecho, dijé con mí peor cara.

-Qué empiecé la pelea... dijerón los demás caminando a un centro de batalla.

Era muy grande, al entrar un portón negro bien protejido se abría, tenía forma de arco, como un centro de futból, pero más grande, la mujeres miraban al alfá con locura y a mí solo me miraban con asco.

-Que empiecé la batalla, dijó el que comándaba el centro, -eliján sus armas.

Ya era hombre muerto.

.LA SUERTE DE UN MONTES.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora