Capítulo VII

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Rafael quedó impresionado al ver aquella mujer en tal postura, el agua resbalando sobre su pálida piel dejando un bello resplandor producido por el reflejo de tal con la luz del foco de la habitación.
-¿Qué pasa príncipe? ¿por qué pones esa cara y te quedas ahí parado?.- dijo Alejandra mirándolo amenazantemente.
-Te estaba buscando por toda la casa...- Rafael seguía pasmado por lo que tenía frente a sus ojos.
-Bueno, pero ya me encontraste, ¿no?- Respondió ella acercándose a él bajo el agua. -Entra, no te haré daño, disfrutemos de nuestra nueva casa.- Sin siquiera pensarlo Rafael se agachó en cuclillas, le tomó su húmeda cara con sus manos y comenzó a besarla. Alejandra lo abrazaba, le mojaba la camisa y su corbata mientras lo acercaba poco a poco a ella. Sus respiraciones lentamente se agitaban y sus corazones latían coordinados a la par de cada beso que se daban.
Ale comenzó a deshacer con ambas manos el nudo de su corbata a la vez que salía un poco de la bañera para unir su cuerpo con el de su esposo, Rafael la tomaba por la cintura y mantenía sus ojos cerrados, sólo estaba sintiéndola. Continuaban con aquel largo beso, él ya se encontraba semidesnudo y todo empapado con algo de espuma en el cabello y las manos. Se alejó de ella para retirar el restante de prendas que llevaba puestas y de un movimiento entró al mar de espuma que su esposa había preparado para los dos; al hacerlo derramó un poco de agua en el suelo dejando así un escenario completamente resbaloso.
Se sentó del lado derecho de la bañera junto a la mampara de cristal que cubría la regadera, percibió un fuerte pero a la vez suave olor a lavanda.
-Mmm... ¿lavanda?- preguntó Rafael aún respirando hondo -Sí, ¿te gusta?-
-Sí, huele muy bien, percibo otro aroma pero no sé qué es, aunque huele muy rico eh.- respondió llevando entre sus manos algo de espuma a su nariz para olfatearla detalladamente.
-También le puse un poco de esencia de Jazmín; además de que huelen muy rico juntos la lavanda sirve para la relajación, y bueno, el Jazmín es muy suave y agradable. En la India se le llama "la reina de la noche", las mujeres indias suelen usar las flores de jazmín para seducir a sus esposos poniéndoselas en su pelo.- Argumentó Alejandra mientras se le acercaba sutilmente a su esposo. Rafael captó la indirecta y de igual manera se le acercó, la abrazó de un costado y ella recargó la cabeza sobre su pecho. Le acariciaba el cabello y le daba pequeños besos en la frente. -Ira, ira, ira, ¿en serio si usaban esas flores?-
-Sí mi amor, bueno eso me contó Susana.-
-Ándale ya salió el peine; entonces, ¿piensas seducirme?- La miró con cierta picardía.
-Mmmm... no lo sé señor Medina, todo depende como se haya portado el día de hoy.-
-Híjole, no pues fíjese licenciada linda que hoy me porté mejor que nunca.-
-Ah, ¿si? ¿Y cómo me puede demostrar usted eso?.-
-Ah pues muy fácil, fíjese que hoy, bueno para empezar, me levanté antes que usted, me cambié y de "volón pimpón" fui a su recámara para levantarla porque ya se le estaban quedando las cobijas pegadas y no quería reclamos más tarde; seguido de eso bajé para asegurarme de que el desayuno vegetariano que tanto le gusta a usted estuviera listo, me cercioré de que Rubí no estuviera en la misma recámara que don Jorge y...- Alejandra lo interrumpió, se alejó un poco de él para mirarlo a los ojos y dijo alzando la voz -A ver, a ver, a ver, cómo está eso de que te cercioraste de que Rubí ¿qué?-
-Sí, pues es que yo sé que a ti no te gusta que ella esté tan cerca de tu papá y pues...- Volvió a interrumpirlo -¡No! Ya tiene ahí una tacha porque eso me gusta menos que lo otro, el que usted desde tempranito ande cuidando a esa mujer ¡eh!- lo miró con algo de desprecio. -Pero mi amor, no la busco de la manera en que tú piensas, sino que...- le impidió terminar su frase una vez más diciendo -¡¿De la manera que yo pienso?! ¡Rafael! ¡¿cuál manera eh?!.- Comenzaba a fruncir el ceño y se alejaba de él.
-De ninguna licenciada preciosa, venga a mí mi amor.- Rafael la tomó del brazo y se le acercó, volvió a abrazarla de un costado y la besó en los labios, enderezó la cabeza a manera que la cabellera de Alejandra quedara bajo su mentón y comenzó a oler y besar su cabello mientras le cantaba suavemente "Amarte a la antigua, entregarte mi vida, tomarte la mano, abrirte la puerta, escribirte poesías..."
Alejandra realmente estaba disfrutando de aquel momento tan especial, se estaba relajando pero también comenzaba a despertar su apetito, el tiempo se había ido volando desde que llegaron a su hogar.
-Te amo Rafael, te amo- levantó la cabeza para encontrar sus labios con los de su esposo y así fundirse en un largo y delicado beso; sus lenguas danzaban al ritmo de su frecuencia cardiaca y sus manos acariciaban lentamente el relieve de sus cuerpos, las emociones en ese momento eran muy fluidas y cada segundo acontecido agitaba gradualmente sus sentidos.
-Alejandra... te amo, te amo.- susurró Rafael finalizando tan delicada caricia que había entre sus labios.
Se alejaron y se miraron fijamente por un instante sin hablar, contemplándose el uno al otro.
-Príncipe, me haces tan feliz-
-¡Uy y tú a mi! Ni se diga princesa mía, eres mi felicidad completa, mi vida entera. Mi licenciada linda, te amo, te amo...- se acercó una vez más y besó sus labios tiernamente. Alejandra suspiró y volvió a mirarlo fijamente.
-Príncipe, estoy tan feliz de estar aquí contigo, de al fin poder estar juntos, decirte plenamente cuánto te amo, poder demostrártelo...- Rafael acariciaba la suavidad de la tersa piel del rostro de su esposa mientras observaba la completa sinceridad con la que le hablaba; sólo se dedicaba a recibir aquel amor.
-Mi amor, bajemos a cenar, ya tengo hambre.- comentó Alejandra después de unos segundos.
-Ah, claro que sí mi vida, a la princesa lo que pida.-
-Ah, ¿sí?...- lo miro pícaramente mientras se levantaba de la bañera y tomaba la bata para salirse.
Rafael también tomó una bata, se la puso, la siguió lo más rápido que pudo y bajaron al comedor.
-¿Qué se le antoja a mi princesa? Mmmm... ¿Un Rafael Medina "espeshial" o qué tal una quesadillini a la Rafita con un toque de amor y unas cuantas pizcas de pasión?.- Alejandra sonrió y soltó una pequeña carcajada. -Mmm... pues qué tal si me das un "Rafael Medina special."- Respondió ella y se le acercó lentamente por la espalda. -¿Qué tal si ordenamos algo a domicilio?... mientras me das mi "Rafael Medina special"...?.-

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⏰ Última actualización: May 03, 2018 ⏰

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