Síndrome de Estocolmo. [HyungWonho/2Won]

[Virginidad]

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—¿Me dejarías ser el primero en tomar tu cuerpo? —preguntó el mayor con ardiente necesidad.

HyungWon se sonrojó hasta la médula. No se podía creer que ese tipo de propuesta fue proclamada para él. Y menos cuando la recitaba un hermoso sujeto, como lo era HoSeok. Su mente atravesó un lío interno que no dudo en apartar rápidamente de sus pensamientos, miró con ternura al delincuente frente a él, y respondió con un susurro: —Sí, por favor.

WonHo sonrió. Sonrió con sincero regocijo.

Ese inocente, y a la vez, hermoso castaño lo sacaba de sus cabales por completo. Claro, en el mejor de los sentidos, obviamente.

Le empezaba a gustar la manera en la que el pequeño se sonrojaba y jadeaba gustoso al sentir sobre su desnuda piel, las suaves y delicadas caricias que le brindaba; le gustaba la manera en la que HyungWon trataba de seguir el ritmo de los apasionantes besos que compartían; le gustaba, también, el tono y vibrato de los gemidos que el menor expresaba al sentir su cuerpo sofocarse por la excitación.

WonHo jadeó cuando la punta de su polla, hinchada y palpitante, atravesó la primera sección de las paredes húmedas y anhelantes del secuestrado. Sentía el calor abrazador que HyungWon le brindaba por medio de su canal rectal, a cada centímetro que se adentraba en él. Los jadeos de satisfacción que anunciaba el castaño cada que HoSeok entraba y salía pausadamente, hacían que el jefe mafioso se motivara aún más.

Tomó en un excitante beso, los rojos labios del menor, acompasando los movimientos que él mismo dictaba, junto con un HyungWon muy perdido en el mar de emociones que lo arrasaba internamente. Mordió suavemente el labio inferior que lo estaba volviendo completamente un loco. Escuchó el jadeo agudo que se le escapó de la garganta al secuestrado y juró, por Dios mismo, que nunca antes se sintió igual de motivado como justo ahora se sentía.

Juntó las manos del menor sobre la cabellera castaña del mismo y decidió enterrarse hasta las pelotas en la cálida, y sobre todo estrecha, cavidad que se le brindaba con plena sumisión. Gimió complacido por la sensación que lo consumió, y siendo sumamente cuidadoso con sus movimientos, salió de la calidez, dejando sola la punta de su polla dentro, y volvió a introducirse muy suave y lentamente en el precioso hombre que tenía debajo suyo.

—Siií~ —exclamó con fascinación en un fuerte gemido, arrastrando la única vocal.

—¿Te gusta así? —el albino preguntó, sonriendo por la expresión aturdida que el menor tenía impresa en su hermoso rostro.

—Ajá —respondió en un gemido que calentó mucho más a WonHo —Más... Por favor... Más.

HoSeok no contradijo al pequeño, tan sólo le dio todo lo que le pedía en súplicas. Guiaba su erección entre las piernas del secuestrado, de forma lenta y pausada, para después arremeter contra él de manera bruta y casi salvaje.

HyungWon agradecía el exquisito ritmo que se le impuso en sus profundidades. Jadeaba y gemía gustoso, cerca del oído derecho del albino, dedicándose a gozar y disfrutar de su primer encuentro sexual.

Las manos del mayor no se quedaron quietas en lo que restó del encuentro, claro que no, WonHo acariciaba muy delicadamente el torso enterito del castaño, sobando los costados del mismo y apretando los rojos pezones que se le ofrecían. También viajaban por toda la longitud de los esbeltos y suaves muslos del menor, amasándolos morbosamente y creando placer en este.

—Ahh~ —gemía HyungWon, agradeciendo cuando su interior era llenado por la polla del contrario —Mhm~ —exclamaba como una queja, cuando WonHo salía de su dilatado agujero.

—Sí, nene, yo sé que lo quieres —respondía un extasiado mafioso, totalmente cegado por la placentera y caliente aura que saturaba sus sentidos, para después penetrar súbitamente a HyungWon y hacerle volver a gemir.

Tomó con su zurda la polla, erecta e hinchada, del secuestrado y empezó el rápido vaivén de arriba hacia abajo en la muy necesitada longitud. HyungWon gruñía por la ráfaga de sensaciones que inundaron su mente; las constantes y precisas embestidas que HoSeok le brindaba gustoso a su punto dulce, combinadas con el bombeo áspero en su pene, lo llevaron derechito a la Estratosfera y de regreso.

—Y-Yo... ¡Mgh! —espetó en un tono agudo. Arqueando su espalda hasta el punto en que su pecho, recubierto por una fina estela de sudor, chocó con el fornido torso del albino.

WonHo entendió rápidamente. —Sí. Vamos, cariño. Córrete para mí. Sólo para mí —rugió ferviente por el deseo que crecía dentro suyo, demandando los dulces y, hasta antes de lo sucedido, puros, labios del secuestrado.

HyungWon no logró aguantar mucho. Los dedos de sus pies se contrajeron y sus manos se formaron en puños sobre su coronilla, curvando majestuosamente su espalda. —¡Yah~! —gimió aguda y gustosamente, derramándose duro en la palma del albino.

WonHo también se corrió fantásticamente dentro del bien jodido culo, permaneciendo unos momentos más en su delicioso interior, asegurándose que HyungWon tome cada gota de su espesa esencia. Sonrió satisfecho y orgulloso cuando el castaño soltó un suspiro cargado de fascinación, y miró directamente a los orbes contrarios, descubriendo el nuevo sentimiento instalado en los marrones ojos de HyungWon.

De inmediato desvió su vista, se alejó del cuerpo ajeno, saliendo de las cálidas profundidades y tomando sólo sus calzoncillos junto al pantalón que había estado usando. Dejando al menor con un ceño fruncido por la confusión, decidió salir de la habitación, sin dirigir una sola palabra con el chico sobre la cama.

Cerró la puerta tras de sí y se recargó sobre ella, dejando salir todo el aire que había retenido desde que compartió miradas con HyungWon.

¡Demonios!

¡Joder!

El chico se estaba enamorando de él.

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¡¡Holiii!!

¿Cómo están? Espero que bien...

Les traigo sólo el lemon de mala calidad que les prometí en el anterior capítulo. Es verdaderamente cortito, ¿cierto?

Y pues nada, gracias por leer esta historia. La actualizaré un poco más seguido; la abandoné muy gacho.

Bye bye.

— 💚 Andy 💚