Creepypasta (one shot)

Eyeless Jack (#2)

Un segundo imagina de EJ y va por parte de AlondraDominguez176 que me dio la idea para la segunda parte. Me parece una buena idea que me den sugerencias para nuevos imaginas, así que los/las que quieran, dejen sus ideas en los comentarios y voy a ir eligiendo algunos para futuras partes.

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Esa mañana salió de su casa apurada, llevando el bolso mal colgado y el cabello despeinado, tratando de atarlo en una coleta alta. Finalmente se dio por vencida y decidió recogerlo en un moño, tomando su bolso correctamente y acomodando las solapas de su chaqueta. Chequeó nuevamente la hora en su reloj de pulsera y, tras lanzar una grosería en voz baja, comenzó a correr, dándose cuenta que era realmente tarde. Al llegar, tomaría el bus, bajaría en la plaza y caminaría las diez cuadras que le quedaban de trayecto escuchando música. 

Yo conocía su rutina como las líneas en las palmas de mi mano. Sabía que si ella salía usando la camisa negra, significaba que tendría una reunión formal y que si usaba la falda y un blazer cómodo, como hoy, era un simple día de trabajo. Llevando el cabello natural, también era un día como cualquier otro, pero si lo usaba suelto y alisado, significaba un acontecimiento importante. Jamás iba maquillada, sólo usaba un labial color durazno, que yo sabía era su favorito por los varios tubitos que había encontrado en la basura a lo largo de tres años. Si no escuchaba música, iría leyendo uno de sus libros favoritos o uno nuevo, aquellos que solía comprar a fin de mes con su paga. Si no había descansado bien, la vería caminar aquellas diez cuadras con un vaso descartable blanco en mano. 

La conocía perfectamente. ¿Estaba obsesionado? No, claro que no. Todo comenzó por simple curiosidad. Es como quien se conoce la letra de una canción de memoria; te pica la curiosidad por saber qué dice, no sólo por la melodía. Buscas la letra y te la aprendes. Tan simple como eso. Pero... uno escucha una canción en el móvil, en la radio, en el bus, tal vez como sugerencia de un amigo. Entonces, ¿Cómo la encontré a ella?

Conocí a aquella preciosa mujer siendo aún una cría, una pequeña niña que usaba dos coletones y llevaba vestidos con grandes flores. Su abuela vivía en una gran casa a las afueras, cerca del bosque. Ella, siendo el alma libre y pacífica que era, pasaba casi todos los fines de semana en la casa de la mujer, correteando con el perro de la anciana y juntando las flores silvestres que crecían cerca de las lindes del bosque, unas enormes flores naranjas de aroma muy dulce, que atraían a miles de colibríes que ella adoraba observar. He de admitir que jamás tomé un interés tan grande en la niña, sino que simplemente había algo que me picaba la curiosidad. No era chillona y lloraba a cada rato, como la mayoría de los niños de su edad. Ella era tranquila, pasaba varias tardes leyendo o jugando con los animales que su abuela criaba, juntaba flores, miraba pájaros que sobrevolaban la casa de campo o se tendía a la tarde a mirar las nubes que cubrían lentamente el cielo. 

Pasaron los años y aquella niña de coletones se transformó en la hermosa mujer que hoy en día mantenía vigilada. Vaya, vigilada en el buen sentido, no había nada de malo en vigilar a alguien que uno aprecia, ¿Verdad? Simplemente me mantenía cerca, uno nunca sabe qué tipo de gente hay cerca. No quería que nada le sucediese.

Había una sola persona en este mundo que sabía sobre mi pequeña... obsesión... y ese era Jeff. No pude ocultarlo más cuando me vio regresar de madrugada con un ramo de flores silvestres. Tras burlarme unos minutos, pidió una explicación sobre mi llegada y las flores. Le conté todo y que las flores siempre me recordaban a ella. Él comprendió a medias, ser un maníaco de corazón frío a veces era un impedimento para él, pero trataba de torcer el asunto para terminar comprendiendo. Después de todo, él comprendía el sentimiento de cariño, aunque Liu había hecho que Jeff enterrase ese sentimiento junto con otros.