Ben Drowned #1

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Entraron corriendo luego de dar un portazo, entumecidos por el frío y muertos de risa. Adoraba ver cómo su cabello caía sobre su frente y sus mejillas formaban hoyuelos al reírse.

-¿Viste su cara? ¡Épico!-dijo él entre risas ahogadas. Ella rio con él.

-¡Impresionante!-dijo, tirándose en el sillón.

-Si nos descubre, nos matará-dijo el rubio, levantándose.

-¿Dónde vas?-preguntó la morena, irguiéndose.

-Busco leña. Nieva fuera y os congelarémos si no prendemos un fuego, nena-dijo, colocándose un buzo y saliendo. Le había dicho nena. Un fuerte sonrojo se apoderó de ella, a lo que corrió a buscar almohadones y mantas, junto con dos tazas de chocolate caliente y malvaviscos.

Al ver el agua hirviendo en las hornallas, ella pensaba en el muchacho. Ben Drowned y _____ Sutton. Había conocido al chico por su hermano Timothy, más conocido como Masky. El Proxy había estado en desacuerdo con que su hermanita y Ben saliesen, aunque luego se dio cuenta que _____ era feliz con él. Desde la tarde que se conocieron quedaron unidos por un lazo muy fuerte. Ella no podía dejar de pensar en él; era una réplica tamaño humano de su personaje favorito, Link de Legends of Zelda. _____ adoraba su forma de ser, cálido, tierno y dulce.

Oyó la puerta de la entrada cerrarse de un portazo. Apuró el chocolate, hasta que no escuchó ningún otro ruido. Quieta, decidió escuchar que pasaba. Llegó a contar hasta cinco que la luz se apagó, quedando ella mirando hacia afuera. Un apagón general. Sus ojos se dilataron, adaptándose a la oscuridad, logrando ver una gran sombra detrás de ella. Maldito Ben, ¡¿ahora la dejaba sola?! Sintió mucho miedo. Su corazón palpitaba rápidamente, desbocado, sus manos temblaban y unas lágrimas resbalaban ya, anticipando lo qur sucedería. Sujetó fuertemente las mangas de su pulóver blanco, esperando que fuese discreto en la oscuridad.

Perdida en sus pensamientos, notó un par de manos gigantescas tomarla por la cadera, estrujándola. _____ cerró los ojos e imploró que su diminuto Link volviese pronto a ayudarla. Siquiera se movió cuando sintió que el intruso la tomaba contra su cuerpo y dejaba un pequeño rastro de besos mariposa hasta su clavícula, quitando el suéter. Ella mordió su labio al mismo tiempo que el gigantón mordía su delicada piel de porcelana. La chica no pudo contener un gemido lastimero, a lo que ambos se quedaron quietos.

- You shouldn't have done that- murmuró él, acercándola por la cadera. De pronto, ella supo de quien se trataba, al soltar un suspiro de alivio y pasar una mano por el cabello del chico.

-Me asustaste, enano-murmuró, enojada y divertida.

-Lo siento, cariño-dijo, más dulce de lo usual. Ella se cuestionó que traía entre manos.

-Tal vez lo perdone-susurró, concentrada en buscar los malvaviscos. Ben esbozó una sonrisa al verla agachada, hecha bolita buscando las chucherías.

-Te compenso terminando las tazas, ¿si?- preguntó cariñoso. Ella sonrió, tomando su mano para erguirse.

-De acuerdo- dijo, guiñándole un ojo.

Salió a los saltitos de la cocina y pronto los dejó de oír. Ben se dio la media vuelta y miró la bolsa de las cosas gomosas asomarse de un cajón. Tiró cinco a cada taza, roció chocolate por encima y con cuidado las acercó al comedor, donde un leve resplandor naranja iluminaba lo suficiente.

-Supongo que no habrá películas-dijo _____ decepcionada, con un encendedor en mano.

-De cualquier modo, ya encontraremos algo para divertirnos, primor. Toma, bebe para que no sientas frío-comentó Ben, con una sonrisa pícara. Ella mordió su labio y aceptó la taza, sentándose entre las mantas y cojines. El rubio se sentó a su lado y sorbió de su chocolate.

-Está delicioso-murmuró la chica, sintiendo el líquido caliente deslizarse por su garganta. Él asintió con voz ronca y terminó su taza.

Ella dejó la suya sobre la mesilla ratona y se recostó sobre el brazo del chico, sintiendo su aroma. Un brazo la rodeó, en modo protector. _____ cerró los ojos y se acurrucó contra el pecho del muchacho. Era tierno, dulce y cariñoso. Sobreprotector como su propio hermano. ¿Peleaban? Claro, como cualquier pareja. ¿Tenían desacuerdos? Claro, como cualquier pareja. Pero, pase lo que pase, se amaban.

-¿En que piensas, nena?- preguntó Ben, devolviéndola nanla realidad. Ella suspiró y abrió los ojos.

-En ti- dijo, sonriente. Ben la miró fijamente y la inclinó contra el apoyabrazos del sofá, quedando sobre su diminuto tórax. Ahogó un suspiro al sentir los labios del muchacho por su cuello y hombros. Iban bajando lentamente, derramando besos a su gusto. Un pequeño gemido se abrió paso entre los labios de la chica, provocando un gruñido por parte del rubio. Ella se aferró a los cabellos dorados del chico una vez que la tela de su camisa no rozó más su pecho. Lentamente los labios y las manos del muchacho bajaban. _____ estaba nerviosa. Temblaba.

- ¿Cariño? ¿Te encuentras bien?- preguntó el chico, mirándola a los ojos. Vio los irises rojos en la oscuridad, casi brillantes. Mordió su labio un instante.

- Estoy nerviosa- admitió _____, incorporándose.

- Nena... No haremos nada que tu no quieras- aseguró él, acariciando su mejilla enrojecida.

Ella lo miró fijamente. Vio su piel pálida, su largos mechones dorados, los ojos carmesíes. Una sonrisa adornó el rostro de Ben. _____ sonrió y acercó sus labios a los de él, dando un inseguro pero tierno beso. El chico la miró una vez más.

- ¿Segura?- cuestionó. _____ rió

- Siempre- musitó y volvieron a unir sus labios. Ambos comenzaron a sentir que la ropa sobraba en aquél momento.

***

La chica se revolvió incómoda y entumecida entre las mantas. Sentía que éstas picaban en su piel. Llevó una mano hasta su cintura descubierta y miró hacia la tercera mano que sobresalía por un extremo de las mantas de lana. Detrás de ella, el chico seguía durmiendo. Su cabeza estaban apoyada en la espalda de _____, haciendo presión. Los cabellos le hacían cosquillas. Roncaba bajito. Ella rió al oír su nombre en el sueño del muchacho. Se removió una vez más y sintió el agarrón ceder.

- Buenos días, preciosa- escuchó la voz ronca de Ben al despertar. Besó su hombro suavemente y luego los labios de _____ al darse vuelta.

- Buen día- dijo, feliz. Él besó su frente y acercó la cabeza de la chica a su pecho, acunándola. Con una mano hacía rítmicas caricias en la piel de su espalda y con la otra tomaba mechones de cabello y los enrulaba con los dedos.

- ¿Qué me dices de una tarde de películas y chocolates calientes?- preguntó de forma romántica.

- No podría estar más de acuerdo- dijo, sabiendo que si se cortaba la luz, vendría una segunda ronda.

Creepypasta (one shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora