FLASHPOINT ─ the flash

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FLASHPOINT

Última semana.

Tres meses podían cambiarte la vida. En tres meses podías mudarte a otro lado, conseguir un trabajo nuevo; la cosa más extraña podía pasarte en tres meses.

Tres meses habían sido suficientes para que Audrey perdiera al amor de su vida y se diera cuenta que el amor era una estupidez.

Tres meses habían sido suficientes para que Barry perdiera a su mejor amiga pero tuviera una segunda oportunidad con sus padres.

Audrey quería borrar los últimos tres meses de su memoria, Barry a veces; solo la parte donde su mejor amiga dejaba de hablarle.

La chica estaba sentada en su sillón escribiendo algo que tenía en mente desde hace mucho tiempo: un libro. Su propia historia, su mundo, sus personajes. Se había tomado el día libre para poder comenzar y dejó a Thalia a cargo de la editorial, después de todo Audrey era la jefa y podía hacer lo que se le placiera.

Marilyn estaba acostada boca abajo en el otro lado del sillón con un libro entre las manos.

—No puedo creer lo que mis ojos ven.

—Audrey, supéralo. Voy en el tercer libro.

— ¡Lo sé! Jamás pensé ver a la mismísima Marilyn Cooper leyendo la literatura barata del siglo veinte y veintiuno que es Harry Potter.

—La gente cambia cuando tiene una pelea en una maldita librería con una fan de Harry Potter.

—Esa era yo, Lynn.

Su hermana mayor tronó la lengua cambiando de hoja.

—Ya sé —dijo ella—. Te aguantaste muchos años conmigo no siendo fan de la saga.

—Seh, no fue divertido. Sobre todo cuando decías smruggles.

Marilyn rodó los ojos con burla.

Audrey siguió con su trabajo durante un rato hasta que el cerebro se le quemó y no supo qué más escribir para que su prólogo quedara considerablemente pasable ante su criterio de editora.

Lo leyó y lo releyó una y otra vez hasta que llegó a una conclusión.

—Debo llamar a Thalia.

— ¿Para qué?

—Necesito su opinión.

— ¿Por qué no me la pides a mí, Audrey? —Le preguntó ofendida su hermana.

—Lynn, Harry Potter es el primer libro que has tenido en tus manos en casi veinte años.

—Ay, qué exagerada.

La menor de las Cooper sonrió mientras desbloqueaba su celular para llamarle a su mejor amiga. Esperó unos segundos antes de que Thalia respondiera y le explicara su situación.

— ¿Puedes decirme tus ideas base?

—Claro. Érase una vez, hace no mucho tiempo, un chico y una chica que quisieron cambiar el destino de sus familias.

Thalia guardó silencio.

—Es un retelling de Romeo y Julieta, ¿no?

—Sí, Thalia. Te leí parte de mi prólogo.

—Dile a Camila que deje de ser estúpida y te preste atención.

—Es Thalia.

Marilyn se encogió de hombros. A veces a Audrey le daba risa la relación entre su hermana y su mejor amiga, decían que se odiaban pero en realidad se divertían mucho juntas. Si no fuera porque Audrey sabía que Thalia amaba a los hombres más de lo que amaba ver Hannah Montana ella ya estaría lista para juntarlas.