XVI

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Ultimo día antes de la boda.

Su cabeza dolía, sus ojos estaban hinchados a causa del llanto.

Había pasado una de las peores noches de su vida, su corazón se estaba rompiendo en mil pedazos y, solo dos personas tenían la culpa de esto. Él y Harry.

Si tan solo no hubiese pasado por esa puerta aquel día que lo conoció. Si tan solo hubiese hecho un berrinche para no acompañarlo a bordo. Todo esto no estaría pasando. Sería feliz y no sufriría por un amor prohibido.

Faltaban a un par de horas para que su mundo se derrumbara de una vez. Quizás, solo despedirse era lo correcto.

Se paró de su cama, y arrastrando los pies fue por su ropa. No estaba de humor. Lo único que quería, era besarlo por última vez.

(...)

No podía dejar de pensar en las palabras de Isabel, cuanto odio les tenía a aquellas personas. Si tan solo supiese que ella pertenecía a esos enfermos.

¿Qué hubiese pasado si ella le declaraba su amor? Esto sería una catástrofe.

Se sentía triste. Pero estaba decida.

Esa misma tarde le diría a su amiga que, ya no iba a seguir siendo parte de su cruel plan. Este consistía en que nada perjudicara la boda del príncipe Harry y ella.

Pero no, no quería ser una de las que ayudo a asesinar ese amor tan puro que sentían esos tortolos.

Salió de su cuarto. Camino a paso veloz a los aposentos de Isabel. Estaba nerviosa pero también firme a su decisión.

Espero a que esta le permitiera el paso.

—Adelante...— se escucho desde adentro.

La de cabellos rubios entro.

—Te estaba esperando—dijo Isabel sin mirarla, pero con una sonrisa en sus labios.

—He venido a hablar contigo.

—Si, mañana es la boda, necesito saber si todo esta en orden y ¿Cuándo llegara mi vestido?

—No te preocupes por nada, todo marcha a la perfeccion. — Afirmo la ojiazul—Tu vesitdo llegara esta tarde, Isabel.

La castaña se extraño un poco ante la forma de hablar de su amiga.

Se volteo y la observo por un momento.

— ¿Te pasa algo, Leonor?—pregunto con su ceño fruncido.

—Si— afirmo esta— Yo voy a ayudarte con tu boda, pero no quiero involucrarme en nada que hiera a los príncipes.

La castaña rio ironica.

—O, por favor, Leonor— se paro y lentamente se acerco a ella—La boda es lo que mas hiere a los príncipes y tu la organizaste.

La rubia se quedo en silencio. Ella sin querer había planeado la parte más importante del juego de Isabel.

—Ya estas conmigo en esto— continuo la castaña—Y no puedes abandonar el juego a estas alturas.

(...)

El ojiverde no había salido de su cuarto en todo el día, y si no fuese porque esa misma tarde iban a probarle su traje se hubiese quedado todo el día en cama.

Tenía planeado hablar con su padre luego de eso.

¿Pero qué le diría? ¿Sería correcto hablar sobre Louis con él?

Realmente Amor *EDITANDO*(Larry Stylinson) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora