XXIII

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Al llegar a su cuarto, la lujuria gano y comenzaron a besarse como si fuese la última vez que lo harían.

Sus cuerpos se pedían a gritos.

El ojiazul tomo al de rizos por los muslos para que este de un pequeño brinco entrelazando sus piernas en la cintura del mayor. Louis, dejo cuidadosamente a su novio recostado en la cama.

— ¿Quieres jugar, Cariño?— pregunto con su voz ronca.

Se acerco al joven, acomodándose entre sus piernas y besando sus labios de una manera desesperada. Luego de algunos minutos arranco la camisa del ojiverde y los besos fueron directo a su cuello y parte de su pecho.

—Eres mío. — se escuchaba de parte del mayor.

—Solo tuyo. — suspiro el de rizos, con sus ojos cerrados, enredando sus dedos en el cabello de su novio.

Louis, continuo bajando por el pecho de este, dejando marcas rojas en su cuerpo sin miedo a que alguien podría verlas luego. Al llegar a su abdomen, quito sus pantalones junto a su bóxer y tomo el miembro erecto del ojiverde sin dejar de besar su muy bien tonificado abdomen.

El ruloso solo gemía, gemía sin miedo y disfrutando los labios de su amado recorriendo su cuerpo.

Louis tenía el control. Se separo un poco de su chico y corrió a su mesita de anoche. De esta saco un par de esposas y una venda.

—Louis, tiene todo preparado para ti, Cariño— dijo en un tono ronco y agitado.—Sientate.— ordeno a lo cual su rizado inmediatamente obedeció.— Lo siento, no podrás ver nada.— sonrió y poso la venda sobre los ojos del menor para luego atarla detrás de su cabeza.

— ¿Por qué me castigas de esta manera?— susurro.

—Porque mereces tu castigo, bebé— dijo con una sonrisa en labios colocando las esposas en las muñecas de su rizado.

— ¿Qué hice?— pregunto haciendo un puchero.

—Me enamoraste, te adueñaste de mi corazón sin permiso.

El menor solo sonrió ante esas palabras y dejo que el ojiazul continuara con su trabajo.

El castaño se paro en enfrente de la cama para poder contemplar a su novio, se quito su ropa, quedando totalmente desnudo.

—Vamos a ver qué puedes hacer con esa boquita, amor. — susurro el ojiazul.

Se paro en la cama, dejando su erección en frente del rostro de su rizado.

—Abre la boca. — ordeno y este obedeció de inmediato.

El menor atrapo el glande de su novio para empezar a succionar desesperadamente. Lo hacía tan bien.

—Hmm, Harry— gimió al sentir su miembro completamente dentro de la boca de su novio. —Hmm, dios.

Harry estaba haciendo maravillas, su boca estaba siendo follada de una manera brusca, pero a este le encantaba. Se ayudaba con su mano para cubrir los lugares que con su boca no llegaba. Louis estaba viendo el cielo.

—Ya, Cariño. — Sonrió y quito su miembro de la boca del ojiverde. — Ponte en posición ¿Si?— dijo de una manera dulce.

Eso hizo el menor, se recostó en la cama boca abajo subiendo su cintura, la clásica pose de perrito.

El ojiazul mordió sus labios al ver esa imagen, era jodidamente sexi. Se acomodo detrás de su novio, separo con sus manos las nalgas de este, dejando a la vista su rosada entrada, la cual segundos más tarde lamio y penetro con su lengua recibiendo un sin de gemidos de parte del rizado.

Cuando sintió que su novio estaba listo, alineo su miembro en la entrada de este introduciendo solo la punta.

—O, ¡Louis!— gimió un poco fuerte. —N-no te detengas. — rogo.

Lentamente fue entrando en el hasta que no pudo más. Comenzó con movimientos lentos y a medida que el de rizos se acostumbraba al tamaño iba aumento la velocidad.

—E-estas tan estrecho, pequeño. — gruño y acaricio una de sus nalgas antes de dejar caer su mano en azote.

—D-dios, Lou. — gimió, sus caderas se movían al ritmo de las embestidas.

Louis separo los glúteos de su novio para poder entrar más en el. Se sentía tan bien. El de rizos tomo su miembro y lo masajeaba a la velocidad de las embestidas.

Sonidos obscenos de el cuerpo del mayor chocando con el cuerpo del de rizos se habían vuelto una melodía. El sudor se hacía presente en sus cuerpos y de sus labios no paraban de escaparse gemidos, jadeos y gruñidos.

Todo era jodidamente perfecto.

Las nalgas de Harry, se habían tornado de un color rojizo a causa de las constantes nalgadas que recibía.

El ojiazul estaba siendo muy rudo, entraba y salía bruscamente sin un poco de piedad.

—L-Lou, e-estoy por correrme. — suspiro.

Salió lentamente del menor y lo acomodo boca arriba, se volvió a acomodar entre sus piernas y lo penetro sin aviso, tomo el miembro del ojiverde y lo masturbo al ritmo de las embestidas.

—O, ¡P-pequeño!— gimió fuerte el mayor.

— ¡Louis!— grito el rizado, tiras de semen comenzaron a salir de la punta de su glande inundando la mano de Louis y parte de su abdomen. — O, L-Louis...

—Hmm...— gruño y lamio el liquido de su mano.

Continúa embistiendo fuertemente. Siente un espasmo y luego de algunos minutos deposita todo su líquido dentro de Harry.

Un ruido en la puerta llama la atención de ambos. Ese alguien abre la puerta sin aviso.

La pelinegro se queda boquiabierta ante la escena y sale corriendo.

—Mierda, mierda, mierda. — dijo asustado el ojiazul saliendo de Harry y limpiando un poco su cuerpo.

—Dios ¡No! Creí que estaba con llave. — se reincorporo de inmediato para poder vestirse.

Esto era tan vergonzoso y comprometedor. Si Isabel hablaba de esto, podría ser el fin de ambos.

¿Cómo iba a ver a su hermano follando con su esposo?


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✨¡Hola Dulces Criaturas!✨

¿Como están? Espero que bien:3

Bueno, lo primero que quiero decirles es que este capítulo lo iba a publicar ayer. Pero lo revise un millón de veces para verificar que haya quedado bien✨❤

¿Les gusto? Sean sinceras:'v
No estoy segura de que haya quedado bien el smut:c Pero bueno espero que les guste

Dejen sus ⭐ Bebés:3

All the love❤

—Delfi.

Realmente Amor *EDITANDO*(Larry Stylinson) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora