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No iba a hablar sobre los beneficios de llorar de vez en cuando. Guardó silencio y dejó que el menor llorara todo lo que quisiera. Con un nudo en la garganta besó cada una de las lagrimas que había provocado; con trémulas manos apartaba el cabello del menor sobre su frente; y cada vez que Changkyun intentaba disculparse, Jooheon presionaba sus labios contra los de él.

Que le había extrañado hasta el punto de sentirse la única persona en el mundo. 

Que era muy difícil y sentía que todo lo que hacía estaba mal.

Que se odiaba así mismo por todas las estupideces que había dicho y hecho.

Que no importaba cuanto se esforzara el no podía cambiar. No podía prometer algo que sabía que nunca cumpliría.

Changkyun dijo todas esas cosas con voz ronca, siendo interrumpido por pequeños y casi imperceptibles sollozos. No tenía sentido, ni siquiera entendía porque estaba llorando. Se sentía tan abrumado por los besos que recibía; por los brazos que le rodeaban, e intentaban evitar que se desmoronara; por las suaves caricias que solo buscaban hacerle sentir mejor. Feliz, pero a la vez tan adolorido, no tenía idea de lo cansado que estaba hasta que Jooheon le abrazó y le dijo que todo estaba bien, y ahora no encontraba una forma de manejarlo, de controlar todo lo que sentía. Y lo primero que se le ocurrió hacer fue alejarse. Uno o dos pasos atrás y tal vez pudiese pensar con claridad. Si se tomaba su tiempo podría meditar sobre el asunto y seguramente llegaría a la conclusión de que estaban perdiendo el tiempo, y que si regresaban no durarían.

Pero…una parte de él (la mayor) no quería alejarse. Es más, ¿si lo intentaba, lo conseguiría? Decir que si se alejaba de Jooheon, moriría, era realmente exagerado.

Sin embargo…

…Jooheon era la luz de su vida…

También sonaba muy rosa y melodramático, pero era la única forma que se le ocurría en ese momento de describir lo que Jooheon era para él.

¿Tendría sentido alejarse de su calidez, para pasar una noche fría de nuevo, solo porque no sabía  como manejar todo lo que Jooheon le hacía sentir?

¿Tiene sentido si quiera todo lo que estaba sucediendo? Sus pensamientos estaban desordenados y no podía concentrarse en ninguno de ellos, ya que los suaves y cálidos labios del mayor le distraían y le obligaban a centrar su atención en él y en nada más que él.

…La luz de su vida…

Changkyun recordaba que su madre solía decir que Jooheon no estaba a su nivel. Ahora él se preguntaba, si acaso no era al revés.

Sentados en el piso de la cocina, bajo una ventana olvidada, la luz del sol que entraba a través de esta, evidenciaba las diminutas motas de polvo que bailaban alrededor. Changkyun escondió su rostro en el cuello del mayor, mientras este acariciaba su espalda. 

Sentía que el no estaba a la altura de Jooheon, porque habían pasado ocho años desde que se conocieron, había rechazado a su mejor amigo tantas veces que no terminaría de contarlas nunca. Había dicho cosas tan malas, que solo un idiota perdonaría. Jooheon era un idiota, uno con un corazón mas grande de lo que aparentaba.

Siempre había sido así, y él no sabía si era por que simplemente era estúpido o porque Jooheon le conocía tan bien, sabía el significado exacto de sus palabras, y no se dejaba engañar. Era impaciente y se enojaba fácilmente, pero por alguna razón le había esperado durante mucho tiempo, y perdonaba cada uno de sus estupideces, aunque casi siempre era Changkyun quien estaba mal, y no él.

Incluso ahora, a pesar de todo, le tocaba como si tuviese miedo de quebrarle aun más y le rogaba con la mirada que dejase de llorar. Y eso era lo que más deseaba Changkyun, pero estaba tan cansado, y se había tragado todos los nudos en su garganta desde que se encontró con Jooheon aquella mañana en el autobús que, aunque estuviese avergonzado y su cabeza comenzase a dolor le era muy difícil controlarse. Con Jooheon se sentía ajeno a sus propias acciones.

It's Not Working ❥ JooKyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora