Últimos Días de Luz

Capítulo 7 :La Penumbra

Amy seguía escondida, cada parte de su cuerpo estaba ahogado en el miedo, quería emerger de entre la oscuridad del guardarropa, deseaba saber de dónde provinieron todos esos disparos, quería comprobar el estado de Daniel, logró escuchar a lo lejos los gritos de Francheska, pero no podía hacer nada « ¿Cómo se encuentra?, ¿Estará bien? », pensó.

— ¿Qué le hiciste desgraciado? —bramó Francheska cuando Frick cruzó a su lado.

Tjoe la detuvo para que no cometiera una estupidez. No había nada que hacer, no podía dejar que ella muriera.

Todos los hombres pasaron después de Frick, y uno llevaba subido en la espalda a otro inconsciente que estaba en ropa interior, era el que Peter había sometido. La misma camioneta blanca que los trajo se encontraba esperando, todos los encapuchados subieron y esta zarpó con el viento.

— ¿Ahora qué hacemos? —se precipitó a preguntar Jous.

— ¡Sí! —lo apoyo Chino y Bryan en coro.

—Pronto amanecerá —interpuso Daila.

—Todos los que no trabajan aquí váyanse, tomen los celulares que dejaron esos bastardos y váyanse, ¡ahora! —dijo entre lágrimas Francheska aferrada al hombro de Tjoe.

Las personas preocupadas y hablando entre ellas sobre lo acontecido, salieron rápidamente del Blue.

Jake se le acerco a Francheska— ¿Qué hacemos?

Scarlett sabiendo el estado en que estaba su amiga contestó por ella— Primero ordenar este desastre y luego... —se quedó sin habla viendo al vacío.

Francheska se limpió el rostro, dejo de llorar y se llenó de valentía— Luego llamen a Daneisha ella debe saber esto, la necesitamos aquí, ella sabrá que hacer.

Nadie quería saber que pasó en la oficina del Señor Rodríguez.

La ansiedad los carcomía.

Hospital de rehabilitación a las afueras de River Three:

La habitación era color blanco, nada llamativo, tenía una camilla y a la par un sillón pequeño.

—Mira cómo estas, te dijimos que lo dejaras cuando tuviste la oportunidad —le dijo Daneisha sosteniendo la mano de una mujer, estaba demacrada, baja de peso, con un tanque de oxígeno que ayudaba a sus destrozados pulmones a hacer el trabajo duro, tenía la piel pálida y reseca.

—Necesito más de la Gamma 6 o moriré —respondió.

—Addison debes parar, no podemos estar llevándote cada mes de emergencia al hospital por una sobredosis, ¿Qué pasará si otro día lo haces y nadie está ahí para salvarte?, el doctor dijo que si sales de esta, el cuerpo ya no soportará otra sobredosis, morirás, tu alma hará puf —soltó su mano de la de ella e hizo un movimiento con las manos para ejemplificarlo mejor—. Dime algo, ¿Dónde la consigues? ¿Quién te la consigue? —exigió molesta.

Addison, la hermosa y deseable Addison del pasado, estaba ahora presa de la Gamma 6, amarrada a una camilla de hospital de rehabilitación, con pocas probabilidades de vida, irreconocible.

Al final de todo la Gamma 6 no la puso a las órdenes directas de Suspect, pero quedó atada para siempre a la droga, a ella y sus nocivos efectos.

—Nadezhna —dijo en seco Addison.

—Esa maldita —gruño Daneisha—. Es ahora Suspect, no la vuelva a llamar de esa manera, la Nadezhna que yo conocí no haría esto —respondió entre dientes.