¡No escuches mis latidos! [chaelisa] [Finalizada]

capitulo 28 [Final]

Tres años después....

La lluvia cubria la mañana, dando a entender que hoy seria un día frío y cubierto de charcos de agua. Rose descansaba aun debido a la larga noche que la pelinaranja le hizo pasar, una noche llena de Lujuria y placer derrochados en cientos de besos que fueron otorgados en cada parte de su cuerpo sin excluir zona alguna. Lisa solo podía continuar en la cocina dando sorbos de su taza de café. Camino hasta encontrarse con la ventana, las gotas de lluvia cubriendo él vidrio sin darle una vista clara. Jennie y jisoo habían rentado un departamento aparte, para que ambas parejas tuvieran su propio hogar. La idea de despertar cada mañana a lado de Rose no le era tan mala.

Suspiro cuando la pelinegra la llamo, no tuvo que adivinar para saber que se había despertado. Fue a su llamado, adentrándose sigilosamente en su habitación, sonriendo dulcemente por ver a rose de pie junto a la ventana envuelta por una manta, aun tenía él cuerpo desnudo. No pudo evitar sentirse la chica mas dichosa al mirar como rose quedaba impresionada por ver la lluvia caer, amaba cuando rose se comportaba tan niña, pero también como toda una mujer. 

Por que era una chica tan bella.

Se acerco junto a ella, sin hacer ruido abrazándola por la espalda, la pelinegra correspondió gustosa al sentir como lisa la rodeaba con sus brazos.  No dijeron nada por un rato, solo podían mirar la lluvia caer, sin separarse. Por que aun estando mirando algo tan simple, algo tan lógico, Si lo hacia con la persona que amaba, Se sentía en un profundo bienestar, en una gran dicha. Por que ninguna de las dos habían sido plenamente feliz como lo eran en ese momento y quizás todo lo que pasaron para poder estar juntas se quedaba por lo mínimo como algo insignificante.

Por que sabían que si un día despertaban y alguna de las dos ya no estuviese a su lado y no la hallarán en ninguna parte. Cada día lluvioso se recordarían, como algo cálido y frío, como algo mágico y también melancólico, Como una insignificante lluvia.

Por que tan solo ese momento, era especial para ambas, sin mas rose aparto la vista para girar a ver a lisa a los ojos. Sus ojos oscuros y brillosos penetraron en lo mas profundo de lalisa y solo pudo sonreírle, por que claramente sabia lo que su bella novia le estaba pidiendo con aquellos ojos de cachorrito.

Le beso antes de salir de la habitación y dejarla sola. Rose tomó una corta ducha, se vistió y salio a la sala en donde ya la esperaba lalisa con aquel paraguas. No iban a perderse este día. Por eso caminaban ahora de la mano cubiertas por la lluvia y refugiándose de la lluvia con él pequeño paraguas. Rose entro a la heladería, mientras lisa se mantenía esperando a fuera. Sonriendo ladinamente al ver salir a rose divertida con aquellos dos conos en sus manos. Caminaron de regreso a su departamento, no fue la gran cosa, sin embargo eso era aún más especial, lo común siempre es especial. 

Rose río traviesa cuando estrelló él helado de lalisa en él rostro de la antes mencionada, teniendo como reacción la mirada algo molesta de lisa, no lo pensó dos veces y salió corriendo, alejándose del paraguas que la cubría en compañía de su novia.  La lluvia mojaba su cabello y se deslizaba por todo su cuerpo, lisa no lo dudo y dejo caer él paraguas para acompañar a Chaeyoung en esta locura. La persiguió por cada calle, Alcanzandola por fin cuando rose se detuvo a tomar aire, abrazándola fuerte y obligándola a besarla, Un lindo y dulce beso bajo la lluvia, ambas empapadas, solo pudieron juguetear en la lluvia.

Lisa dio brincos en los charcos de agua que se formaban mas y mas cuando la lluvia iba aumentando, convirtiendo ese momento  en una guerra de brincos y seguidamente en una pista de baile, le hizo dar a rose más de una vuelta, hasta que la pelinegra quedara justo enfrente de ella y así besar una vez mas su labio. Aun estando en esa posición y tras separarse de ella, mirando su rostro mojado, sonriendole ladinamente, mientras torpemente intentaba apartar las gotas de lluvia de sus mejillas, suspiro allí mismo...