—¡¡lalisa manoban,No puedes ser normal!!—los gritos de la señora manoban resonaban por toda la casa. Lisa se limitaba a mirar él rostro enojado de su madre.
—Mama...Yo no quería
—¡Tu nunca quieres! —interrumpe jalando él brazo de su hija. La rubia guarda silencio, sabia que si intentaba explicarle a su madre lo que había sucedido solo seria regañada aun mas.
La rubia estaba apenada, él día anterior su hermano había echo una fiesta en su casa y había acabado en un desastre, pero al ser él "consentido" de su madre supuso que echarle la culpa a su hermanita problema seria la mejor opción por eso habían estado en un dilema desde que llego a su casa.
—¡por que eres un problema! —grita y su enojo es notorio, Lisa solo deseaba estar en su cama y poder dormir todo él fin de semana. — ¡¡tendrás que limpiar tu desastre !! — sentencia la señora manoban dándole la espalda a la rubia. —no se como vayas a hacerlo, pero al regresar quiero mi casa limpia.
Y sin mas se dispone a salir dejando a su hija sola, la rubia tensa la mandíbula al ver como su madre se marcha sin decir adiós. Deja salir sus lágrimas, las lágrimas que tanto retuvo. La menor no entendía por que su madre era tan injusta, ante la gente siempre parece gentil, pero estando a solas siempre era su peor enemiga.
Toma las pocas fuerzas que tenia y limpio con brusquedad sus lágrimas, si quería tener la casa limpia tenía que empezar de una vez. Empezó por la planta baja y soltando varios suspiros. ¿Por que era tan infeliz? Se decía mientras sus lagrimas no tenían piedad de ella.
Paso la mitad de su día limpiando y lo que restaba del día acomodando su cuarto. Su hermano había aparecido algunas horas después solo haciéndole burla a lisa.
Tomo una ducha, sintiendo como él agua tibia recorría todo su cuerpo, se sentía cansada y sentía que su día no terminaría bien. Se desplomó en su suave cama cubriendo su cara en las mantas, soltó un grito hasta que la voz le doliera.
—¡por que no puedes quererme madre! —Grita para si misma.
Le dolía tener que ser rechazada por su propia madre, ¿se supone que los padres siempre aman a sus hijos?, pero todo era diferente en la familia manoban. Después de que su padre los abandonara su madre había cambiando completamente, volviéndose mas fría y cruel y desquitando su furia con su hija menor, echándole siempre la culpa a ella por ser hija de su cobarde padre.
Su vida no a sido nada fácil.
Lisa estira su mano sujetando su móvil. Piensa en marcarle a chaeyoung, pero no quería ser una molestia para su dulce amiga.
Decide no hacerlo bloqueando su teléfono y lanzándolo aun lado de ella.
—Chaeyoung.... —susurra a su vacía y solitaria habitación.
Recorre con la mirada cada parte de su habitación, como si examinara cada pieza de polvo en él techo. Suspira pesadamente, su cansancio era notorio al igual que su tristeza.
Su teléfono comienza a vibrar haciendo que la rubia se sobresaltara y fulminara con la mirada al aparato. Miro de reojo al contacto que marcaba y una dulce sonrisa se asomo en su rostro, era rose.
—¿Alo? —dijo entre risas, tanto que se había olvidado de su tristeza.
—Holaa —escuchó murmurar a rose.
—¿por que me has marcado?
—Solo quería....—rose hizo una pausa manteniendose en silencio, lisa sujeta impaciente su teléfono pegado a la oreja esperando la respuesta de chaeyoung —saber que hacías.
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¡No escuches mis latidos! [chaelisa] [Finalizada]
Fanfiction"Él amor duele, cuando no es correspondido" Roseanne park ha estado enamorada de su mejor amiga desde hace 5 años, pero sus intentos para declarar su amor hacia su mejor amiga lisa siempre han resultado mal. Lalisa manoban siempre a querido a rose...