Capítulo 11. Perdiciones

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Elisabeth aun se encontraba consternada y muy confundida por lo que acababa de suceder, ver a Markus, ese hombre rígido y seguro de sí mismo dudar era algo que se podía ver todos los días... además de por ver a Dimitry en trapos menores, tenía un cuerpo escultural, abdominales seductores y brazos musculados. Un verdadero dios bajado del monte Olimpo para corromper a jóvenes incautas como ella...

-Ya entiendo todo....- Tristán saco de sus pensamiento a la joven que veía la puerta de los Banuchi fijamente.- Se que debo estar del lado de mi hermano pero por el amor al Ángel, ese hombre es un Dios pagano amiga.- Dijo el chico, Tristán era un chico extrovertido, alegre y si, era gay. Cosa que adoraba de él, desde que se conocieron perteneció al aquelarre sin pensarlo dos veces, Miriam siempre lo adoro, al contrario de su hermano que siempre le dio mala espina...- Yo también hubiera dejado al idiota de mi hermano por él.-

-TRISTÁN!!!.- Grito la morena enfadada, como se le ocurría decir esas barbaridades, era idiota ¿O qué?, era su hermano...- Primero, que rata eres con Derek, y segundo, no deje a tu hermano por Dimitry, lo deje por qué no puedo aguantar que me controle de esa forma.- Dijo mientras caminaba a la casa algo enojada, pero enseguida se le paso, adoraba a Tristán y este había pasado demasiado tiempo alejado de ella. A sus veinte primaveras, era un gran fotógrafo, tenía un ojo increíble, haciendo ver el mundo más hermoso de lo que en realidad es. Casi todas las agencias publicitarias del país se pelean para que el haga sus fotografías, de hecho había pasado los últimos tres meses de viaje por Europa tomando las mejores fotografías del viejo continente, un proyecto personal que le estaba trayendo muchos beneficios.- Pero de verdad no quiero hablar más del tema... quiero que me lo cuentes todo, quiero ver las fotos, por favor...- Dijo tomando su brazo y atrayéndolo hacia la casa, el ojiazul se acerco a su auto y tomo una maleta mediana...

-Está bien, y no Elisabeth Gabriel, no quiero escucharte quejarte de esto....- Indico la maleta...Elisabeth negó con la cabeza, odiaba que le regalaran cosas, pero con la familia Price esto era inevitable... Amaban regalarle de todo, comprarle cada uno de los detalles mas insignificantes para hacerla feliz, cosa que ella no le agradaba demasiado.- Vamos!!! Son muchas cosas y pocas horas...

-¡¡¡Tenemos todo el día!!!- Dijo ella exaltada pero él joven negó con la cabeza y la empujo a la casa.

- Cariño, un día no es suficiente para todo lo que te he traído.- Dijo aquel joven entrando a la casa, mientras la morena refunfuñaba y poniendo cara de pesadez, ¡¡¡Porque siempre debían hacer esas cosas!!!- MUY BUENOS DÍAS SEÑORA MIRIAM, ME ALEGRA VERLA!!!.- Grito el joven mientras subía por las escaleras hasta la habitación de la joven, que milagrosamente estaba ordenado.- Bueno empecemos...- Dijo el chico subiendo la maleta en la cama sin darse cuenta que le pisaba la cola a Lucifer, este se levanto con un quejido y un bufido intenso pero cuando se dio cuenta de quién era se quedo tranquilo y se acomodo entre las almohadas de la cama de Elisabeth.-POR EL AMOR A TODAS LAS SAGRADAS PALABRAS.- Grito exaltado al ver a la pequeña bola de pelos.-¿Te compraste un gato?...Pensé que tu mamá no quería mascotas, además Derek odia a los gatos...

-Lucifer no es mío, es de Dimitry pero se cuela cada vez que puede en la casa.- Dijo ella sentándose en la cama y acariciando las orejas al minino quien ronroneaba dichoso y feliz.- Al parecer le gusta estar conmigo y mamá se ha tenido que aguantar.- Dijo ella bajando la mirada cuando iba a decir que Derek no se había enterado ni que el gato venia a visitarla, nunca le dio la oportunidad de contarle eso, bueno eso y muchas cosas más....

-Bueno, bueno dejemos al gato.- Dicho esto abrió la maleta, estaba a rebosar con un montón de cosas podía distinguir varias que emocionaban a la joven pero se sentía abrumada y abochornada por la cantidad de cosas, sabía que casi todas tendrían una explicación, y por eso las veinticuatro horas que tenía el día no iban a ser suficientes.-Bueno te digo como vamos a empezar, recuerda que estuve en Barcelona, París, Londres, Roma y Florencia.-Dijo empezando su explicación, así era él, todo lo presentaba de tal forma que hasta la lista de la compra sonaba excitante si la contaba él.- El ultimo que te daré son los regalos de París, sé que es tu ciudad así que lo mejor ira al final.- Explico con alegría sacando el primer regalo.-

Besos de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora