III. Work

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Vernon.

SeungKwan también le tocó como pareja para la clase de Historia. No terminaron el trabajo por estar tonteando "sobre lo mal que se veía la maestra con ese suéter".

Hansol se dio cuenta que SeungKwan no hablaba mucho. Pero cuando lo hacía, podía decir las cosas más maravillosas del mundo.

Ahora mismo estaba yendo a su casa. A terminar el trabajo que dejaron incompleto por burlarse de la docente.

«—Vernon, el trabajo no importa. Ese suéter merece todas mis críticas tanto como tú mereces escucharlas.»

Rió ante el recuerdo.

SeungKwan le había dicho que vivía a dos casas del hogar de Choi, así que no tuvo pierde. Visualizó dos casas, una rosa palo, y otra azul.

Tocó el timbre en la primera.

Una chica de cabello negro el abrió. Y le miró fijamente. Por mucho tiempo, para el gusto de Vernon.

— ¡Hola! Busco a SeungKwan, ¿ésta es su casa, no?—preguntó, con una sonrisa.

—...—la chica no pudo decir nada, puesto que fue empujada y SeungKwan se dejó ver.

— ¡SoJeong, te he dicho mil veces que no abras la puerta!

— ¿Por qué no, estúpido?—se escuchó la voz de la chica desde adentro.

— ¡Porque puedes ahuyentar a las visitas, adoptada!—contestó.

Hansol no pudo reprimir una risa ante aquella respuesta.

—Oh, Hansol, eres tú, pasa—dijo, y se hizo a un lado—. Si sientes que algo se aferra a tu pierna, sólo ignóralo y se irá.

Hansol frunció el ceño ante eso. Y, cuando se adentró a la casa, a los dos pasos, sintió algo tomar su pierna, como lo había dicho Boo. Bajó su mirada y vio una niña. Una niña aferrada a su pierna derecha sin intenciones de dejarla ir.

SeungKwan sólo suspiró al ver la escena.

—SeulGi, pensé que ya habíamos hablado sobre esto... —mencionó SeungKwan, cansado. Al parecer, no era la primera vez que la pequeña lo hacía.

Y Vernon quiso ayudar.

Se agachó y tomo al infante entre sus brazos, cargándola. Ésta le miró y Hansol le sonrió.

SeulGi empezó a llorar.

Hansol rápidamente la dejó sobre el sofá, alejándose lentamente—. Lo siento—musitó apenado.

—No te preocupes—contestó SeungKwan, sin prestarle mucha atención, parecía que buscaba algo con su oscura mirada—. Okay, SoJeong está de adolescente caprichosa en su cuarto, JooHyun y SeulGi están aquí, entonces falta... ¡JinSeol! —exclamó.

Otra niña, un poco más grande, salió corriendo del baño, con el papel higiénico en mano.

—Oh, ahí está. Bien, Vernon, ¿prefieres hacer el trabajo en mi cuarto o aquí? —cuestionó, señalando el panorama, donde dos de las pequeñas se peleaban por una muñeca.

—Tu cuarto suena bien.

SeungKwan asintió y lo guió hasta la habitación. En las escaleras, una duda asaltó al más alto—. SeungKwan, ¿y tus padres?

—Mi padre fue a comprar cigarrillos hace como diez años y mamá trabaja por las tardes. Yo me quedo cuidando a las cabezas de demonio por las tardes—contestó, con naturalidad, abriéndole la puerta de su cuarto al rizado.

Lo primero que vio Hansol, fue la excesiva cantidad de peluches que SeungKwan tenía sobre su cama. Había osos, gatos, perros, conejos e inclusive, el rizado podía jurar que veía un unicornio escondido por ahí.

—Que lindos, ¿son de tus hermanas?

SeungKwan le miró.

—Son míos, idiota.

Y se dedicaron a hacer el trabajo.

SeungKwan.

Para su sorpresa, terminaron antes de lo previsto.

—Entonces...—empezó Hansol, con la intención de iniciar una conversación fuera del tema del proyecto, pero se vio interrumpido por el sonido de una alarma.

« ¡Ya son las cinco! » pensó SeungKwan, con una sonrisa. Se levantó de su asiento, rebuscó algo en los cajones de su escritorio hasta que lo encontró; una pelotita de plástico, algo pesada.

El de ojos cafés le miraba expectante.

SeungKwan sólo se dedicó a golpear la pared izquierda de su habitación con aquel juguete.

Vernon alzó una ceja—. ¿Qué haces?

—Golpeo la pared con una pelota, duh.

—Me refiero a el por qué lo haces.

—SoJeong siempre duerme a ésta hora. Me gusta molestarla—explicó—. Ahora, ¿podrías hacerme el favor de hacer una cuenta regresiva desde cinco?

Hansol asintió.

—Cinco, cuatro, tres, dos...uno.

— ¡SeungKwan, pedazo de idiota! ¡Basta!—se escuchó el grito de la chica desde la otra habitación.

— ¡No quiero!—contestó de igual manera, sólo que riendo.

El rizado sonrió—. ¿No te llevas bien con ella?

—Nunca he tenido una relación buena con SoJeong, y todo empeoró cuando entró a séptimo grado.

— ¿Por qué?—volvió a cuestionar Vernon, puesto que él tenía una hermana y se llevaban de maravilla.

—Trajo a su primer novio a la casa, y estaba muy emocionada. Yo estaba en la sala, cuidando a SeulGi y JooHyun. Todavía no sé si el tipo estaba confundido o si simplemente era gay y salió con SoJeong porque parecía hombre, pero el punto es que, ella en un momento se distrajo y el chico comenzó a coquetear... Conmigo. Fue algo traumático porque el chico ni siquiera era lindo. Estaba horrible, pero eso no evito que SoJeong se enojara conmigo de por vida—contó, aun golpeando la pared con la pelota.

Hansol lo único que pudo hacer fue reírse.

Mucho.

—Oye, no te rías, que a tu hijo le podría pasar una situación igual.

—Boo SeungKwan, eres la primera persona a la que conozco que hace que el novio de su hermana coqueteé con él—soltó entre risas.

SeungKwan quería grabar esa risa.

— ¿Qué te puedo decir? Soy irresistible. ¿Me has visto con mi camiseta de perritos? Hombre, las mujeres me envidian.

Vernon sólo volvió a reír.

SeungKwan quería esa maldita risa de tono de llamada.

❝Bittersweet❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora