Tú Mentira en Otoño; Ayato Sakamaki

•Tu mentira en otoño - 2•

Las clases comenzaron igual, como todos los días, ahora había una conmoción al ver a los Sakamaki con una nueva chica, cuyo nombre es Yui Komori.

El peli-lila y el peli-rojo caminaron junto con la rubia que había sido asignada a estar en la misma aula.
Al llegar los alumnos permanecían alegremente charlando juntos, pero al ver llegar a los Sakamaki guardaron silencio las personas los describían como alguien extraños, con extrañas características pero también como chicos muy apuestos, no tardaron de murmurar al percatarse de la rubia.

—¡Cállense no deberían murmurar mientras que voy pasando!—levanto la voz Ayato.

Todos se quedaron en silencio y se hicieron a un lado, todos los ignoraban por ser extraños incluía muy pocas personas se acercaban a ellos.

—Ayato, ¿que no hablan con nadie?—suspiro Yui. —¿Ni siquiera entre tú y Kanato?

Ayato observo de reojo a Kanato que permanecía hasta la otra esquina del enorme salón charlando con ese sucio oso, mientras que Yui miraba a Ayato con curiosidad. Posicionándose sobre sus brazos vio a aquel lugar, dándose cuenta que no se encontraba en el salón, recordó que la única persona de ahí que charle con el solo es esa chica con un enorme parche y una sonrisa brillante.

—¡Hikari-senpai!—la voz de una de las alumnas.

Todas las chicas se acercaron como era de costumbre murmurando cosas y observando hacia dónde se encontraba Ayato junto con Yui, con una sonrisa se acercó.

—Mucho gusto, soy Hikari Osaga, la presidenta de la clase 2-b, me habían informado que una alumna nueva estaría aquí, siéntete con la libertad de preguntar cualquier cosa a uno de nosotros, con gusto te ayudaremos a acoplarte a esta nueva escuela, ten una buena tarde, Yui, ¿cierto?—sonrío.

Ayato la observaba de reojo, le irritaba ver que ella siempre estaba sonriendo, como si nunca tuviera problemas, como si nunca estuviera triste, tanto como le irritaba le hacía sentir que cada vez más le gustaba.

—Yui Komori, mucho gusto —se levanto quedando cara a cara.

Ambas eran de la estatura, ambas sonreían pero ni siquiera la sonrisa de Yui podía comprarse con la de ella, su sonrisa era más que única, llamaba la atención, la forma en la que arruga sus ojos para sonreír hacia verse más linda.

—Tengo que retirarme, con permiso Komori, espero te guste mucho estar aqui, peor antes —se acercó a Ayato tomando asiento delante de él. —Buenas tardes Ayato

Instantáneamente levanto su rostro para encontrase con una sonrisa de oreja a oreja, con las manos sobre su cabeza y codos sobre la butaca, al poder ver sus ojos, pudo percatarse de lo horrible que era su mirada, lo horrible que se vería si no sonríe, su mirada parecía estar molesta, triste, aunque trataban de sonreír, no podían hacerlo.

—Hola —cruzó sus brazos.

Soltando una sonrisa se levanto yendo a Kanato, que al igual que Ayato solo le dio pocas palabras, con la sonrisa de oreja a oreja salió de el salón de clases.

—Es muy linda —sonrío Yui. —¿Que le sucedió en el ojo Ayato?

—¿Porque no vas y le preguntas a ella? —groseramente recostó su cabeza para poder dormir.

Soltando un suspiro, Yui miró hacia el frente viendo que chicas la observaban acercándose a ella.

—¿Que piensas de la presidenta? ¿No crees que es muy linda?—dijo una chica.