Tú Mentira en Otoño; Ayato Sakamaki

•tu mentira en otoño-9•

Nota: Capituló subido de tono, pro favor discreción.

Ayato observaba desde su lugar a esa hermosa chica de largos cabellos castaños, que permanecía sonriendo a los chicos que le preguntaban varias cosas y le obsequiaban muchas cosas, la gente no sabía lo que había entre ambos y eso daba enfado en Ayato.

—¡Hasta luego senpai!—se despidieron.

—¡Hasta luego!—se despidió con una sonrisa.

Ella seguía sonriendo mientras guardaba sus cosas.
Observó a Kanato muy callado observándola, con lo que con curiosidad se acercó a él.
Ayato rápidamente los observó.

—¿Ayato?—dijo Yui.

Él sin darse cuenta que la rubia lo observaba suspiro.

—Que quieres sin tetas.

—Ahh.. yo bueno —sonrió. —¿Que te parece si comemos algo juntos?

—No puedo —dijo serio. —Ahora vete.

—D-de acuerdo —suspiro.

Él escuchaba la conversación de su hermano y la chica que tanto desea.

—¿Estas bien Kanato?—dijo con una sonrisa.

—¿Ves que estoy bien?

—Eh.. no realmente

—No hagas preguntas tontas entonces Hikaru

—L-Lo siento —sonrió nerviosa.

—He notado algo terrible de ti

—¿Enserio? ¿Q-que es?

Él sin dudarlo la tomó de el moño y la acercó a él quedando a centímetros.

—Nunca dejas de sonreír, lo detesto.

—L-Lo siento, así es mi forma de ser

—Kanato

Hikaru y Kanato observaron al dueño de la voz, Ayato.

—¿que quieres Ayato?

—Deja a Hikaru en paz

—¿que? —soltó una carcajada. —¿Que te hace creer que y-... Ayato, suelta a Teddy

—¿Que me estás pidiendo?—dijo Ayato burlón.

—Tus sucias manos eTan tocando a mi Teddy...

—¿Que pasa si yo le hago algo a este muñeco?

—¡NO TOQUES A TEDDY!

Sin dudarlo arrebató a él oso de las manos de Ayato.

—Ayato.es realmente malo —comenzó a sollozar. —¡Me vengaré de ti pro tocar a Teddy Ayato!—dijo molesto. —Y a ti te mataré —susurro furioso observando a Hikaru.

Ella lo observó un poco nerviosa y asustada a la vez.

—G-Gracias Ayato —susurro con una sonrisa.

Él la observó serio y suspiro.
La tomó de el brazo y la guió a un armario.

—¿Ayato?

Rápidamente la sento en una mesa de ahí y ató sus dos manos.

—¿Que haces?—dijo nerviosa.

—No quiero que otros tipos toquen lo mío —dijo Ayato serio. —Te marcare tanto que...

—¿He? ¡Ayato! —dijo Hikaru sonrojada.

—Nunca imagine verte tan seria, desearía que siempre estuvieras así —susurro en su oído.