I. Empezamos

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Madrid, 15 de marzo de 2018

En un pequeño piso de la capital, 25m2 para ser más exactos, suena un despertador, son las 7:30. Luis Cepeda se incorporó decidido a lanzar el móvil para que deje de sonar. Siempre le había sido fácil despertarse, no era de los que se hacía mucho el remolón pero últimamente llevaba mucho cansancio acumulado. Estaba inmerso trabajando en su primer álbum, pasaba los días componiendo y grabando, de reunión allá para acá sin respiro. Pero a pesar de ello estaba muy feliz, le encantaba lo que hacía. Era imposible no darte cuenta de lo ilusionado que estaba con su proyecto. Además estaban con la gira de OT por toda España y estar todos juntos otra vez, viviendo la primera gira como cantantes le hacía muy feliz.

Adoraba estar con Amaia, esa chica le había robado el corazón. Era natural como ella misma, autentica. Era su niña, estar con ella era sinónimo de sonreís, siempre sonreía y a él se le contagiaba.

Roi, su inseparable compañero, los Presuntos Nominados. Nunca pensó en encontrar un amigo como él en el programa. Entró muy cortado pero Roi le hacía sentir libre, olvidarse de las cámaras y sus problemas. Con él sacaba su lado más chiquillo, desinhibido. Era el Luis Cepeda más él.

Cuando tenía algo nuevo, una canción, una idea le faltaba tiempo para enseñárselo a Alfred. Lo consideraba un gran músico, había estudiado mucho y su opinión era muy importante para Cepeda. Al igual que Manu Guix. En la academia siempre se apoyaba en Alfred cuando tenía una duda musical y fuera seguían manteniendo la misma relación.

No le podía faltar su Anita, su hermana, su confidente. Ella le conocía más que él mismo. Sabía leer cada mínimo detalle, si algo le atormentaba, ella sabía lo que era y tenía las palabras exactas para ayudarle.

También disfrutaba mucho con el resto de sus compañeros Raoul, Agoney, Nerea, Thalia, Marina, Mimi, Mireya, J. Antonio, Ricky y su galleguita Miriam con la que después de los rifirrafes en la casa tenía una muy buena relación y no podían vivir sin hablar una vez por semana para contarse como les iba la vida. Es normal que dentro de un grupo tan grande haya pequeños grupitos, siempre te llevas más con unos que con otros pero no dejas de quererlos.

Aunque la persona más importante era ELLA, su pequeña personita de luz, Aitana. Si era sincero solo le hacía falta su presencia para ser feliz. Le gustaba tanto compartir con ella escenario, sobraban las palabra, había química entre ellos, saltaban chispas y no había nada más porque aún no habían dado el paso, ella seguía con Vicente y él no quería presionarla, con estar juntos daba igual la etiqueta que se pusieron. Aunque se moría por comerle la boquita de fresa que le estaba volviendo loco desde que hacía meses. Deseaba poder verla, abrazarla, besarle cada parte de su precioso cuerpo, revolverle el flequillo. No quería separarse ni un milímetro de ella.
Hacía días que no la veía, después del concierto de Barcelona cada uno había empezado a trabajar en sus proyectos y no tenían tiempo ni de respirar. Hablaban por whatsapp al menos un par de veces al día, se contaban lo que habían hecho, donde estaban, cuanto se echaban de menos. Aitana aun no era consciente de lo que estaba pasando en s vida, vivía en una nube, un sueño. La llevaban de entrevista en entrevista sin ser muy consciente de lo que estaba ocurriendo. No había tenido un momento de calma en el que parase a pensar en que se había convertido su vida. Luis no podía estar más orgulloso de ella, de donde había llegado y a donde iba a llegar. Siempre había apostado por ella y nunca iba a dejar de hacerlo. Era su reina, siempre reinará.

Estaba impaciente, después de hacerse le remolón en la cama unos minutos se decidió a salir de ella para empezar el día. Hoy se volvían a reunir todos para ensayar el concierto del día siguiente. Lo que Cepeda no sabía era que habían pasado muchas cosas en el mundo de Aitana, cosas con sabor agridulce y que no se había atrevido a contarle por mensajes. Ambos sabían que entre ellos dos pasaban cosas y no cosas que pasan entre hermanos, ni amigos. Sus corazones latían al mismo compas y era más que evidente.
Eran ya las 10:00 cuando el taxi llegó al lugar donde mañana volverían a hacer magia. Bajó dl coche y se dirigió a la entrada donde ya les estaban esperando algunos de los triunfitos. Los que vivían en Madrid iban directos desde sus casas mientras que el resto se alojaban en un hotel e iban en bus todos juntos. Saludo uno a uno y se colocó al lado de Ana intentando captar la conversación en la que se encontraban sus compañeros. Su amiga le ofreció un cigarro que no pudo negar, estaba nervioso por verla, y le hizo alejarse del grupo con la excusa de no molestarles con el humo. Sabía que era solo una excusa, podía notar en sus ojos que necesitaba hablar con él.

Luis: ¿Qué pasa Ana?

AnaW: ¿Cómo estás amigo?- pudo notar que la pregunta iba con segundas intenciones, había algo escondido y no porque le extrañara que se interesara por su persona.

Luis: Bien, estoy encerrado componiendo y grabando cositas como un loco, ya tengo la maqueta del primer single y no puedo estar más ilusionado Ana. Y volver a estar los 16 sobre el escenario me pone muy contento.

AnaW: ¿Qué me estás contando? ¡Ay Cepedii, que emoción!

Luis: Gracias. Y tú, ¿cómo estás?

AnaW: Muy bien, sin para con el exitazo de Lo Malo que no nos deja descansar pero nos hace muy felices que sea así. Poder disfrutar nuestro trabajo es lo mejor que tenemos.

Luis: Me alegro mucho por vosotras, lo estáis petando. Pero, ¿hay algo más que me tienes que decir, no? Nunca te ha importado molestar a los demás con el humo y ellos nunca se han quejado. ¿Qué pasa?

AnaW: ¿Qué tal con Aitana? ¿Habláis mucho?
Ahora sí que le había puesto nervios. ¿Qué significaba esa pregunta?

Luis: Hemos hablado todos los días. Sabes que necesito saber de ella. Se la veía feliz con todo lo que estáis viviendo aunque le faltaba su chispa, la noté como cortada conmigo. ¿Por qué lo preguntas?

AnaW: Es verdad que está muy bien con lo que está trabajando pero no todo es de color rosa. Solo te digo que no la agobies si la notas distante, dale tiempo y hazle ver que estás ahí y que siempre lo estarás. Solo te necesita paciente.

Luis: ¿Qué ha pasado? ¿Está bien? ¿He hecho yo algo que le haya perjudicado?

No podía estar más preocupado, su enena no estaba bien. En su cabeza se amontonaban las preguntas sin ninguna respuesta. Quería verla, abrazarla y decirle que ahí estaba él, la quería más de lo que nunca había querido a alguien y no soportaba verla sufrir.
De repente vieron como le autobús se acercaba al recinto y frenaba. A los pocos minutos todos empezaron a bajar del autocar. Ana lo miró por última vez antes de ir junto al gran grupo, no sin antes decirle unas últimas palabras.

AnaW: Dale tiempo, Aitana te quiere tanto como tú la quieres a ella.

Y así, descolocado y preocupado se fue justo en el momento en que vio la larga melena y su flequillo. Sus ojos mostraban cansancio pero también se la veía contenta de verlos a todos de nuevo. Entonces se giró y lo vio, mirándola embelesado. Necesitaba saber que necesitaba para que volviera a estar plenamente feliz. Luis Cepeda Fernández iba a hacer todo lo posible para devolverle la felicidad, bajaría la luna y las estrellas si hiciera falta para verla sonreír como tantas veces había hecho y a él le encantaba.

💛💙

Espero que os esté gustando un poquito. El principio es un poco presentación de la situación pero dentro de unos poquitos caps ya empieza lo bueno, prometido.
Gracias a l@s que me leéis, un besito.

Tu luz, mi luz ~ Aiteda 💙💛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora