Tu luz, mi luz ~ Aiteda 💙💛

VII - Sorpresa

El concierto había sido un éxito rotundo al igual que pasó en Barcelona. Cada uno de los 16 había saltado, reído, llorado de emoción, nadie podía negar que no se habían dejado el alma en el escenario. Todos estaban aun pendientes de Aitana que el día anterior les había dado un susto importante y aunque intentara disimular se habían dado cuenta de que algo no estaba bien. Al igual que Luis se desvivía por la pequeñaja del grupo y apenas la dejaba mover un dedo sin darle el visto bueno o que él mismo lo hiciera por ella. Roi, Ana y Amaia eran los que más preocupados estaban por la pareja pues los conocían demasiado bien y a pesar de que los había visto felices cuando los pillaron besándose, no sabían porque actuaban de una manera tan extraña pero tambien eran conscientes de que si les preguntaban no les iban a contar la verdad, esos dos era muy cabezotas y por protegerse el uno al otro no dirían una palabra.
Recogieron todas sus cosas, se cambiaron y pusieron rumbo al hotel en el mismo autobús en el que habían llegado al recinto del concierto.
Luis no se alojaba en el hotel al igual que algunos de los triunfitos ya que vivían en la capital y preferían dormir en sus casa pero esa noche había reservada una habitación a su nombre. Tenía un plan: hacer que Aitana se olvidará del gran peso que llevaba sobre sus hombros y disfrutara de una noche siendo ella misma, que recuperara su luz y su sonrisa. Esa noche iban a hacer magia.

Narra Cepeda

Estaba nervioso, no lo iba a negar. Esta noche iba a hacer una pequeña locura, tenía preparada una sorpresa para Aitana y de momento todo esto estaba saliendo como tenía previsto. Ibamos en el autobús, en las primeras filas estaban los que intentaban dormir un poco en el camino, por el medio los que iban a su rollo, hablaban unos con otros pero sin armar jaleo y al final iban los que tenían muchas ganas de fiesta. Roi y Ricky se lo estaban pasando de lujo haciendo bromas, Raoul y Nerea también estaban en el último grupo haciendo locuras. Miriam iba al principio y de vez en cuando echaba alguna mirada asesina con intención que bajaran el volumen a pesar de saber que era imposible. Amaia y Alfred estaban acurrucados juntos dándose besitos y diciéndose mil palabras de amor que solo ellos entendían. Y Aitana y yo íbamos juntos, tenía su cabeza apoyada en mi regazo mientas yo acariciaba su pelo y su mejilla y de vez en cuando el brazo. No se como podía estar cómoda en una postura tan difícil pero es que esta chica era de goma. Tenía los ojos cerrados aunque no estuviera dormida, estaba buscando la calma y podía oír los engranajes de su cabecita correr a toda prisa. No había vuelto a tener ningún desmayo ni ningún ataque y yo estaba contento por ello pero no podía estar tranquilo. Entre sus manos apretaba la mía con miedo a que la dejara indefensa y podía notar que cada vez la apretaba más fuerte según nos acercábamos al hotel donde los que estaban aquí alojados subirían a sus habitaciones y el resto nos iríamos en taxis. Pero lo que ella no sabía es que esta noche la íbamos a pasar juntos y yo dormiríamos bajo el mismo techo. No iba a forzar nada solo dejar que las cosas siguieran su curso, dejarnos llevar en la noche y disfrutar de nuestra compañía.
Y aquí estábamos ya, delante del hotel. Me agache para darle un beso en la mejilla y acariciándosela con la nariz cariñosamente la avise de que se levantara y pudiéramos bajar. Estaba impaciente por ver su reacción.

Luis: Pequeña ya estamos en el hotel y creo que prefieres dormir en la cama antes que en estos incomodos asientos del bus.

Aitana: El donde no importa, contigo podría dormir hasta bajo la lluvia Pedrito.

Me había dejado de piedra, esta mujer no dejaba de sorprenderme. Dicho esto se levantó con una sonrisa adormilada y cogió si mochila. Bajó del autocar y esperó a que yo llegará con intención de despedirse y no iba a quitarme el gusto de que lo hiciera.

Aitana: Jolín Cepeda podías haberte quedado en el hotel con todos que te voy a echar mucho de menos. ¿A quién voy a despertar si tengo miedo durante la noche?

Me la podía comer a besos en ese mismo instante, estaba adorable y hacía un pucherito de bebé que me estaba volviendo loco.

Luis: Anda va que te acompaño a la habitación que no quiero que te me pierdas por el camino.

Aitana: Que va tonto, no hace falta que seguro estás muerto y estos gandules no te esperan y te tocará irte solo en el taxi.

Luis: Señorita, insisto. Pero si tardas tanto te dejo aquí plantada.

Nos despedimos de los que se iban a su casa y entramos a la recepción. Me acerqué al mostrador ante la atenta mirada de Aitana que me miraba sin entender lo que estaba haciendo.

Recepcionista: Aquí tiene señor Cepeda, su llave. Todo está preparado como usted ordenó si necesita cualquier cosa estamos a su plena disposición. Disfruten de la noche que se ha quedado una temperatura muy agradable.

Le di las gracias y volví junto Aitana.

Aitana: ¿Qué ha sido eso?

Luis: Bueno digamos que hoy duermo en el hotel, no tienes nada que temer.

Tras decir esto se abalanzó sobre mi y me dió las gracias un sin fin de veces, perdí la cuenta solo podía pensar en que la noche empezaba perfecta, ojalá durara.

Luis: Venga ves a tu habitación, ponte cómoda y te espero en la mía, 2214. Voy a pedir algo de cenar así que no tardes mucho y podemos compartir.

Aitana: Jo Luisín ¿por qué eres tan buena persona?- depositando un tierno beso en mis labios, fue corto pero cargado de amor e ilusión por pasar un buen rato de relax juntos.

Luis: Repito, no tardes mucho. No te pongas el pijama que hay más sorpresas aun. Puedes cogerlo y si acabamos muy tarde no tienes que molestar a la pobre Nerea.

Habíamos llegado a su puerta. Nuestras miradas estaban fijas en la del otro y no sabíamos que decir aunque el silencio no era incómodo. Nos volvimos a dar un pequeño beso y se metión en la habitación. Yo me quedé mirando a la puerta por la que acababa de entra la persona que más quería en el mundo, quien me hacía feliz, mi luz.

💙💛