Matémonos un poco.
Despacio, insoportablemente hay que matarnos.
Que el sacrificio sea de mordida en mordida.
No por amor, no por la vida.
Pero por la gloria.
Comámonos; que tu boca cruenta me devore,
que tu corazón marchito lata desde la tierra
en que lo han dejado a solas.
No por amor, no por la vida.
Pero por la carne y la sangre mortal
que alguna vez fuimos tú y yo.