Ambos llegaron a el departamento de Yukhei, importandole muy poco más personas que los miraban y trataban de tomarles fotos y videos, igualmente ya la foto de ambos besándose en el parque estaba por todas partes.
A Lucas parecía no importarle para nada tener la mirada de todos sobre él, pero Jungwoo se sentía intimidado mientras todos lo miraban como si fuera carne fresca en un bosque lleno de lobos hambrientos, murmurando cosas sobre el y Yukhei, haciéndole sentir incómodo y abrumado. Yukhei lo notó y rápidamente lo envolvió en un protector abrazo por la cintura cuando estuvieron dentro del edificio, siendo presenciados solo por el recepcionista.
- Perdóname, Jungwoonnie... - la voz quebrada de Lucas rompió el silencio del lugar, y también el frágil corazón de Jungwoo, quien levantó su cabeza y se pegó a el rapero como sí de un imán se tratara. - Todo esto es mi culpa... Sí tan solo te hubiera prestado atención en ese tiempo, esto no estuviera pasando, y no estarías tan herido y asustado.
Yukhei se estaba hechando toda la culpa de la situación que ambos estaban pasando y eso rompía en mil pedazos el corazoncito del menor, quien solo se dedicó a acariciar las mejillas del mayor con delicadeza y a dejar un suave beso en sus labios, olvidándose del lugar en el que estaban.
- Yukhei, mírame... - pidió Jungwoo con un hilo de voz, rápidamente captando la atención del chico. - Tú no tienes la culpa de nada, cariño... De absolutamente nada - susurró y dejo un último beso en los labios del chino, sorprendiendolo demasiado; el hecho de que lo llamo "cariño" y porque lo había besado más de cinco veces en los cortos veinte minutos que llevaban parados en la recepción de su edificio.
Yukhei asintió y le sonrió de manera tranquila apresar de estar gritando de ternura y desesperación por dentro, tomo la cintura del más bajo y ambos caminaron hasta el ascensor abrazados con dulzura.
[...]
Cuando llegaron a el departamento de Yukhei, Jungwoo sonrió de ternura al ver todo aquel pequeño desorden y a un preocupado Lucas recogiéndolo todo y disculpándose. Ambos simplemente se sentaron a. sofá del menor a consolarse con pequeños mimos y palabras de amor, besos y caricias suaves por encima de la ropa delgada de cada uno.
- Eres tan precioso y adorable, bebé - pronunció el chino por lo bajo mientras besaba el rostro del menor con dulzura.
Los suaves labios de Jungwoo seguían el ritmo de Yukhei a duras penas y sus manos no paraba de acariciar la espalda del mayor sobre la ropa, pero sus dedos puxaban por poder tocar aquella piel que sabía estaría llena de pecas y lunares que se encargaría de besar.
El beso se volvió más intenso pero no dejo de ser dulce, tanto como la ampalagosa miel, hasta que la lengua de Yukhei pidió permiso para buscar la del Jungwoo, quien acepto y se sorprendió al ver como Lucas no dejaba de besarle con tanta pasión y dulzura. Ambos estaban recostados en el sofá, Yukhei sobre Jungwoo, ambos besándose tierna y sensualmente, solo en presencia de ellos mismos y sin nada por lo que preocuparse, solo de que sus cuerpos, piel con piel, se toquen.
Sería una larga noche para ambos.
