Capítulo 13

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Despegó sus labios de los míos lentamente.

No pude evitar sonrojarme. Me sentía como esas chicas quinceañeras.

-¿Y bien? ¿No dirás algo?

-Es curioso, siempre tengo algo que decir, incluso demasiados comentarios sarcásticos, pero justo en este momento, al parecer, mi cerebro y mis pensamientos se fueron de paseo.

Él rio mientras movía sus pies.

-Quizás lo averigüemos si intentamos algo distinto.- dijo y lo miré atento.

-Algo distinto ¿Cómo qué?

-Ósea, siempre eres tú quien toma la iniciativa. Esta vez lo haré yo.

Lo miré sorprendido.

-¿Te digo algo? Yo nunca dejaba que alguien me controlara.- dije riendo negando con la cabeza.

-Pues veremos si sigue siendo igual.- dijo sonriendo orgulloso.

Hay un tremendo cambio entre Erick y yo.

De tan solo escuchar lo que dijo Erick me excité.

Cambio de roles.

Y mi imaginación me jugó una mala pasada, y me imaginé a mi montado sobre Erick.

Me sonrojé.

-¡Pervertido! Soy virgen.- dije tapándome avergonzado.

-¿Eh?- él se rio. Bien, creo que malinterpreté lo que dijo.

-¡Joel!- mi atención se concentró en la castañita que vino corriendo hacia mí con rapidez.

-¿Hay algún problema?

-¡Si! Demolerán este lugar.- dijo llorando.

-¡¿Qué?!- me levanté de mi lugar sobresaltado.

-¡Tienes que hacer algo, Joel! ¡Nos quedaremos sin hogar!

-No te preocupes, no harán eso.- dije yendo a hablar con los encargados. Estaba decidido.

-Gracias, eres mi héroe.- dijo aferrándose a mi brazo y vi que Erick se estaba aguantando la risa y lo fulminé con la mirada.

(...)

-¿Y bien, héroe?- dijo Erick al verme.

-No aceptaron, al parecer aquí harán un centro comercial y a los niños los llevarán a un orfanato.

-Bravo, Batman.- dijo sarcástico a lo que rodé los ojos.

-Estarán deprimidos.- dije pasando las manos por mis rulos.

-¿Y si mejor viven en otro lugar?

-¿Cómo en qué lugar?

-Bueno en mi casa me matarían. Además ellos se llevan bien contigo.

-Pero no podré cuidarlos a todos yo solo, son como quince.- dije frustrado.

-¿Y si les conseguimos una casa? Ya sabes, tengo parientes infértiles que morirían por tener hijos. No les faltaría nada y tendrían mucho cariño, ya sabes, la familia Colón es muy cariñosa.

-¿Y por qué no lo heredaste, jovencito corazón de piedra?- él me golpeó suavemente el brazo y ambos nos reímos.

-Puedo ser tierno si me lo propongo.

-¿Ah sí?

-Sí, así que no me retes.- dijo acercándose a mi rostro mandándome un beso volado.

-¡Idiota!- dije sonrojado, él rio sonoramente.

Te amo hasta la luna y sin regreso - JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora