Onze

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"Una cita perfecta"

Estas tres palabras rondaban por la mente de ambos jóvenes mientras se preparaban para reunirse en tan sólo un par de horas.

Por un lado Seokjin se probaba incontables camisas y suéteres frente al espejo, y aunque todas prendas que se ponía le quedaban preciosas, ninguna lograba convencerlo por completo.

Al otro lado de la ciudad, Namjoon se encontraba "desfilando" en una pasarela improvisada que habían montado en la sala de su apartamento mientras Yoongi le daba sus más sinceras opiniones acerca de cada prenda que se probaba.

-Namjoon, te ves bien con cualquier playera. Además, ya te has probado diecisiete conjuntos diferentes y la verdad es que no creo que a tu "amigo" le importe si llevas ropa o no.

-¡Hyung!- el menor golpeó a Yoongi entre risas- Tú no entiendes, Jin hyung siempre se viste como supermodelo, no puedo llevar cualquier ropa o le haré avergonzarse, por eso es que pedí tu ayuda.

-Ven aquí- lo atrajo a sus brazos y le dió un abrazo- Joonie, eres hermoso y creo que ya es hora de que comiences a asumirlo. Quiero que sepas que más allá de lo que suceda esta noche vales mucho, y cualquier chico, incluyendo a Seokjin, sería muy afortunado de tenerte a su lado.

El moreno lo abrazó muy fuerte, reprimiendo sus ganas de llorar mientras escondía su rostro en el cuello de su mejor amigo; lo amaba y estaba tan agradecido de poder tener a alguien como Min Yoongi a su lado.

-Creo que será mejor que comiences a cambiarte o llegarás tarde a tu primera cita.

-Hyung, no es una cita, es una salida de amigos- contestó el menor separándose de sus brazos.

-Si tú lo dices... Namjoon, creo que ya sé qué puedes usar hoy- sonrió con complicidad mirando a su amigo.

[...]

Seokjin estaba sentado en uno de los bancos fuera del centro comercial, observaba la hora en su celular y suspiraba cada cinco segundos.

19:40 marcaba la pantalla de su teléfono y él se preguntaba si el moreno realmente iba a venir.
¿No iba a plantarle? ¿O tal vez sí?

Suspiró por centésima vez en el día y sacudió la cabeza procurando alejar los malos pensamientos y en cuanto dirigió una mirada hacia un costado finalmente lo vió. Traía unos jeans celeste y una ajustada playera negra que combinaba a la perfección con sus típicas converse, todo el conjunto hacía ver al menor muy atractivo, ganándose la mirada de más de una chica.

El castaño estaba boquiabierto, no podía creer lo que estaba viendo, Namjoon se veía tan sensual y él sólo quería correr hacia el moreno y cubrirlo con un enorme abrigo para alejarlo de la mirada "acosadora" de las personas en la tienda.

Joonie lo reconoció y se acercó con una sonrisa a saludarlo pero se preocupó al ver su rostro totalmente rojo.

-Jin hyung, ¿está bien? Su rostro está muy rojo. ¿Aún tiene fiebre? Y yo obligándolo a salir en este estado- se lamentó mientras ponía una de sus manos en la mejilla del contrario para comprobar su temperatura.

-Yo, eh... Estoy bien, n-no es nada- contestó nervioso al sentir la suave mano del otro en su rostro- Deberíamos entrar, aquí está un poco fresco y tú no traes abrigo.

El menor asintió y ambos comenzaron a caminar hacia la sala del cine mientras conversaban; Namjoon le comentó acerca de las nuevas recetas que aprendieron en los últimos días y Seokjin le habló sobre las clases de guitarra que estuvo tomando. El moreno le dijo que solía escribir algunas letras y le prometió que se las mostraría y que quizás podrían escribir algo juntos.

-Hyung, ¿qué quiere ver?- le preguntó el más joven.

-Podríamos ver Train to Busan, es decir, sólo si está bien para ti. No quiero que te asustes...

-¡No se preocupe, me encantan las películas de terror!

SeokJin tenía en mente un "gran plan". Él llevaría a su dongsaeng a ver una película de horror y cuando éste se asustara aprovecharía la oportunidad para poder abrazarlo. En lo personal éste no era su género de películas preferido pero, ¿qué tan malo podría ser?

Su pregunta fue contestada treinta minutos más tarde cuando intentaba ocultar su rostro detrás del gran bote de palomitas y aguantaba las náuseas que le provocaban ver a un zombie comerse a una de las azafatas​ del tren... O los gritos de susto que dió cuando una horda de caminantes atacó a las personas en la estación.
Y ni hablar del llanto que le provocó​ el ver al protagonista recordar a su hija mientras se transformaba...

Todo esto bajo la atenta y preocupada mirada de Nammie quien intentaba distraer a su hyung una vez que salieron de la sala contándole chistes y hablando de cualquier cosa aleatoria que cruzara por su mente.

—Hyung, ¿quisiera acompañarme a cenar? Podríamos comprar un poco de soju también—preguntó emocionado el más joven.

—Claro que sí Namjoon,—contestó revolviendo el cabello del moreno— me encantaría.

Ambos chicos partieron hacia una de esas típicos puestos callejeros, en donde además pidieron un poco de comida.
Las horas pasaron entre botellas y más botellas de aquella bebida logrando que ambiente se volviera más relajado para aquel par que no dejaba de reír y contar anécdotas de su adolescencia y niñez.

Un Namjoon totalmente sonrojado y un tanto mareado permitió al mayor darse cuenta de que debería detener al otro porque ya estaba bastante ebrio y conociendo al amigo de su cita estaba casi seguro de que moriría si el pálido se enteraba de que Joon estaba en ese estado.

Seokjin pagó la cuenta y tomó a su dongsaeng en sus brazos para ayudarle a pararse y poder caminar mientras lo guiaba hacia su departamento ya que este quedaba más cerca y no estaba seguro de si podía cargar el cuerpo del más alto por un trayecto tan largo... Sobre todo cuando éste no dejaba de moverse y tropezarse.

—H-hyung, n-necesito ir.

—Vamos Namjoonie aguanta un poco más, pronto llegaremos— Jin decidió que lo mejor era cargarlo así que lo subió con un poco de dificultad a su espalda y volvió a caminar.

—P-pero necesito.

—¿Qué necesitas, pequeño?— el castaño no lograba comprender lo que el otro intentaba decirle.

—Necesito i-ir al baño, ya.

Querido Chico Lindo [JINNAM] (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora