Narra Juan:
Después de varias horas terminamos de empacar todo lo que podríamos necesitar, sin embargo la tristeza todavía recorría mi cuerpo, y mis manos temblaban mucho, por lo que me era imposible hacer tareas precisas.
Pero éso no me preocupaba, Cristian, Ivan y Axel estaban fabricando armas y cosas que podrían servir. Tomy y Franco se encargaban de hacer inventario de comida. Gumi y Alexandra planeaban como salir. Julieta y Elias terminaban de registrar la casa. Y por último Flor y Fede, que estaban entreteniendo a la niña.Ahora me pregunto, ¿Qué mierda hice yo?
La verdad no hice nada más que temblar y liberar todas las lágrimas que me guardé desde los 10 años.
-"Tenés que ser fuerte Juan"-Susurré enojado, pero todavía con lágrimas-... chupame la pija fortaleza, prefiero llorar.
Mis palabras llegaron a Alex y Gumi, ambas se acercaron a mí y me abrazaron. Yo no moví ni un músculo, continué mirando a los Zetas... y otra idea flash cruzó mi mente.
-Vamos a incendiar una casa-Dije sonriente.
-¿Porqué?-Preguntó Gumi al instante.
-Fácil, muy probablemente si lo conseguimos, vamos a tener la mejor distracción del mundo.
-Tienen buen oído y son ciegos, ¿Pensaste de verdad que iba a funcionar?-Dijo Alex, volviendo a ser la chica enojada.
-Los que corren no son ciegos, lo comprobé ayer, y cuando los cimientos caigan por el fuego va a sonar a 5 cuadras a la redonda... además, ¿Quién dice que no tienen visión térmica?
Tomy y Franco también escucharon y se rieron.
-Espero que estés equivocado-Dijo Tomy.
-Lo mismo que él dijo, no creo que nos convenga que los zombies tengan termovisión.
Yo los miré con una sonrisa y apunté hacia afuera.
-Esos putos pueden tener lo que sea, estoy seguro de que si se les da la gana van a tener superfuerza.
Todos comenzamos a reír. Al mirar a mis compañeros mi sonrisa se amplió aún más.
Miré mis manos, no temblaban, ni siquiera un poco. Al menos una cosa buena me pasaba.
-Entonces, ¿Qué sigue señor líder?-Me preguntó Tomy sonriendo.
Yo miré a mis amigos, todos atentos y esperando una orden.
-Fácil mi joven padawan, nos vamos a la comisaría.
Narrador Omnisciente:
Mientras aquél grupo comenzaba a recuperarse, los otros 2 comenzaban a desmoronarse, este mundo se había vuelto un lleva y trae de fortuna y desgracias.
Fabricio estaba en un gran apuro, ya que una pequeña horda se había acercado a su base.
Mientras que en el centro de refugiados todo comenzaba a complicarse, ya que los militantes extranjeros querían tomar el control, algo que los locales no iban a permitir. Y para complicar aún más su situación, aquél pequeño infectado con piel fosforescente se acercaba cada vez más al lugar.
Narra Fabricio:
Mi mano se aferró al cuchillo antes de atravesarlo por la sien de un infectado. De un segundo para el otro el lugar quedó expuesto y lograron entrar.
-¡Ayuda!-Gritaba un hombre castaño del cual no recuerdo el nombre.
Lo tenían apresado entre 3 pares de manos, y fue muy poco lo que les tomó a los infectados morderlo hasta la "muerte".
Mi cuchillo tenía sangre en toda su hoja, al igual que las palmas de mis manos, y el suelo de concreto.
No quedaban muchas personas en pie, cada vez que uno de los míos caía, uno de ellos se levantaba. La masacre fue muy intensa, de hecho, para cuando terminamos con los infectados, estábamos yo y un gringo en pié.
-Oh god... éso si que fue intenso-Dijo el hombre rubio.
-Lo que digas gringo.
-No me llamo gringo, mi nombre es Kyle.
Poco me importaba su nombre, sin embargo, le agradecí y me senté junto a varios cadáveres de mis compañeros.
-Si que duró poco esta comunidad, ¿o no?-La voz de Kyle era molesta, sonaba alegre pero afónico.
-No duró poco, solamente aguantamos los más fuertes-Le dije mientras empujaba el cuerpo de un castaño.
-So... are you okay?
Su lengua nata no era muy difícil de comprender, él intentaba utilizar palabras y frases básicas para que yo lo entendiera.
-Si, estoy bien, pero espero que no tengas miedo después de lo que acabamos de hacer.
-¡Ja! Era mi pasatiempo el ir de caza, más de una vez lastimé a otros humanos, I don't care of that.
Sus palabras parecían las de un psicópata, sin embargo su mirada alegre y habilidades me inspiraron algo de confianza.
-Bien gringo, saquemos estos cuerpos del patio, Estefanía no va a tardar en traerme mi escopeta y al resto del grupo.
Narra Juan:
Todos nos movimos sigilosamente entre los techos, hasta llegar al lado contrario al que queríamos ir, sacamos varias botellas de licor y el improvisado cóctel molotov que fabricó Tomy, esparcimos el licor por el suelo y las paredes de una casa, prendí el cóctel y se lo pasé a Alex.
-Confiamos en tu puntería.
La sonrisa segura de Alex tranquilizó mis nervios, y cuando la botella estalló contra el suelo y el fuego se expandió, una gran sonrisa se formó en mi rostro.
-Vamos, nuestro trabajo ya está hecho.
La humareda cubrió todos nuestros pasos, y atrajo a muchos zombies rápidos, por lo que teníamos el camino prácticamente libre.
Con mochilas al hombro y nuestros pasos rápidos, nos dirigimos a la comisaría del centro, donde guardaban el armamento más pesado de la ciudad.
-¿Estamos seguros de que podemos conseguir armas?-Preguntó Elias.
-Mucho más importante, ¿saben manejarlas?-Preguntó ahora Cristian.
Tomy se acercó a mí, y puso su mano sobre mi hombro, luego se dio media vuelta y miró a los demás.
-No desconfíen de mi primo, él sabe lo que hace, después de todo es nuestro líder.
Yo sonreí y miré a Cristian.
-Y respondiendo a tu pregunta Cristian, sí, si se manejar ésas cosas, aunque si no supiera, en 10 minutos aprendo.
-Para mí es suficiente, vamos por las armas-Dijo Cristian antes de retomar la marcha.
Nuevamente encabece al grupo, y no tenía ninguna duda, iba a sobrevivir, y por mucho tiempo.
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Seremos Idiotas, Pero No Estamos Infectados | SIPNEI 「CANCELADA」
Science FictionEn algun lugar de la Antártida... -RUN!-Gritaba uno de los uniformados Estadounidenses. -We need help captain!-Le gritaba uno de los de menor rango a su capitán de pelotón. El capitán ya estaba preparando el helicóptero, y no tenía tiempo que perder...