Capítulo nueve: Lluvia

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Dwight y sus amenazas se van en el lujoso coche. Sale el sol.

En el instituto él me espera. Su mirada habla por él. Me acerco.

-Ayer... no estabas... - me dice con voz débil.

-Lo siento. - es la segunda vez esta semana que me disculpo. No estoy acostumbrada.

Charles me lanza una tiza a la cabeza. No me duele, pero suelto un Ay! para que él lo oiga.

-¿Por qué? - me pregunta Nazan. -¿Por qué dejas que te haga esto?

-Con el tiempo te acostumbras. No pasa nada. - miento.

"Sólo somos marionetas del destino, que movemos al compás cada mente, cada pensamiento, cada acto, cada idea." X.

Vuelvo a casa.

Empieza a llover. Bajo lentamente por la ventana. Resbalo y caigo. Sigo caminando.

La lluvia es fría y se cuela por cada rincón de mi alma. El pelo mojado se me cuela por la máscara y no mr deja ver.

La ropa mojada se me pega al cuerpo. Esta fría. Muy fría. Tan fría que apenas puedo moverme. Apenas puedo respirar. Me quito la máscara. Creo que cae al suelo.

Tengo el cuerpo frío y a la vez las manos y la cara me arden. Me duele la cabeza. Mucho. Apenas puedo moverme. Ni sostenerme en pie.

Caigo al frío suelo. Unos brazos me cojen antes de caer. Al principio mi peso les vence, pero luego me sujetan, firmes.

-Debe...rías pensartelo...lo dos veces an...antes de ir a dar un pase...o bajo la lluvia...lluvia en pleno enero, ¿no... no crees?

Sonrío débilmente.

-Oh, nunca...nunca te había visto son...reír.

Sonríe él.

Le miro a lo ojos. Sus prefectos ojos.Tengo ganas de decirle que jamás dejaré de hacerlo si él está conmigo.

-Pues no te acostumbres. -le digo simplemente. Intento levantarme, pero vuelvo a caer.

-Estás ardien...do. Creo que tienes fiebre...fiebre. No de...berías moverte mucho.

Me coje y me lleva a un sitio cubierto.

Me da la máscara.

-Creo... que...que es...to es tuyo.

-Gracias. Creo que ya puedo sola. -me levanto con dificultad.

Caminamos un largo tiempo en silencio bajo la lluvia.

Hoy no me apetece escribir. A él tampoco.

-¿Por...por qué X? -me pregunta de repente.

-No se. X puede ser cualquiera. No es una persona. Es un personaje. Una idea. Me ha tocado a mi serlo. Pero podría haberle tocado a cualquiera.

Volvemos a quedarnos en silencio.

-Debería irme ya. -digo.

-Oh... bien. ¿Mañana más?

-Ya veremos.

Me alejo lentamente. De repente me coje el brazo y me gira.

Me besa.

"A veces, las palabras sobran" *.

Sus labios saben a lluvia y a pintura, a frío y a calor, a suciedad y a limpieza, a mentira y a verdad, a salud y a enfermedad, a libertad y a esclavitud.

Saben a mí. Saben a Bronx.

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