Capítulo tres: Pintura

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Sirenas de policía me despiertan. Gritos también. Piden auxilio, clemencia, piedad. Luego silencio.

Maldita policia corrupta.

Salgo a la calle. Miro a las pinturas.

Mirarlas me hace sentir fuerte. Nunca he sido fuerte, ni guapa, ni lista. Sólo una del montón. Me gusta.

Giro la cabeza e intento forzar una sonrisa, como siempre. En vez de eso me quedo parada.

¡No! No no no. No puede ser.

Pintura blanca.

"Abrir los ojos y las alas para seguir volando" *.

¡Noooo! Me paro sobresaltada. Han pintado en mi muro, en mi ciudad. Era MI misión.¡ Sólo mia!

Apela a la esperanza. Idiota.

A pesar del sobresalto inicial sigo caminando como si nada. Me entran ganas de llorar, gritar y tapar esa frase. Me contengo.

Llego al intituto y sigo dándole vueltas. Era lo que yo quería. No entiendo mi reacción. Debería haberme alegrado. Era lo que yo quería. ¿O no?

Lo que decía. Sólo soy una niñata.

Veo más frases y con cada una me rompo más. Si no soy la única, X, ¿Qué soy?

Vuelvo a ser Xeila.

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