Estoy muy cansada. Muchísimo. Casi no he dormido. No me apetece ir al instituto. Pero no puedo rendirme. Eso nunca.
Mientras me visto miro mi cadera. Ahí está. Mi lema. Tatuado en tinta negra. Grabado en mi cuerpo. Justo encima de la cicatriz.
"Never Give Up"X. "Nunca te rindas"X.
Nunca. De repente veo algo que me deja sin aliento. Se me vuelve a notar el hueso de la cadera. Mucho. Tanto como antes. No. Por favor no.
"Sientes que ya no tienes tus alas, sólo quedan huesos" Alice White.
Bajo corriendo y como todo lo que puedo. Uf. Ya me siento mejor.
Voy al instituto. Me acerco a él sin que se note demasiado.
-¿Esta noche más?
-Su...supongo que sí.- dice solamente. No para de mirar hacia la misma dirección.
Le noto raro. No sé qué le pasa. Me quedo un rato ajena a todo, sumergida en un mar de dudas y pensamientos.
De repente una voz me despierta. El profesor.
-Por parejas, por favor.
Seguramente será otra tonta actividad infantil planeada para que nos divertamos, ajenos a todo, para que creamos en un mundo mejor. Idiota.
-¿Qué pasa? - pregunto con voz temblorosa a Nazan.
-Un baile en el... el institu...tuto. Por parejas.
-Oh. Genial.
Suena el timbre. Se levanta y se va rápido. Yo también.
Tengo que preparar algo para esta noche. Idea.
Llego antes incluso de que se ponga el sol a nuestro sitio y le espero. Verle es el mejor momento del día.
Unas manos me tapan los ojos.
-Que pron...pronto llegas hoy -me susurra al oído.
-Tu también. -me giro lentamente y puedo ver su sonrisa. - Ven. - le cojo la mano y tiro de él.
-¿A...a dón...de vamos?
-Hoy es noche de cobro. - añado ignorando su pregunta - Dime, ¿te apetece correr?
-¿Có...cóm...
La sirena de un coche le interrumpe. Estamos delante de una casa. Una triste y monótona família vive ahí. Hay un coche patrulla en la puerta.
-Todo el mundo llega pronto hoy. -digo.
Del coche sale una alta figura. Dwight Dylon. Justo el que esperaba. Se gira en nuestra dirección
-¡Eh, vosotros!
Por un momento puedo verle bien la cara. Ese rostro que tanto daño ha hecho. Pero desvío su mirada con rapidez.
Nazan se queda mirándole. Cojo su mano y empezamos a correr.
Un subidón de adrenalina recorre mi cuerpo. De repente puedo sentirlo todo. Todo.
Siento el sudor frío de la mano de Nazan, el sonido de nuestras pisadas, los gritos de los policías, cada luz de cada casa, el latido acelerado de mi corazón, la sangre bajo mi piel, mi respiración, la respiración de Nazan. Todo.
"Al fin y al cabo, no somos nada. Sólo sensaciones. Sólo sangre y carne. Sólo polvo. Polvo que un día volverá a ser polvo"X.
Corremos esquivando coches y contenedores y despistando a los policías.
Por un momento me pierdo y no sé donde estoy. Bien. Ahora toca improvisar.
Giro la cabeza y puedo ver como Nazan respira com dificultad. Olvido que está él también.
Giramos bruscamente en un callejón. Los policías pasan de largo.
Caemos al suelo, rendidos. Respiro aceleradamente, exhausta, durante un buen rato. Cuando ya estoy mejor me levanto con dificultad. Me acerco a Nazan. Está en el suelo bocarriba, visiblemente cansado.
Me acerco gateando. Se levanta un poco y me mira.
-De...definitivamente, estás co...como una cabra. -Sonríe.
-Me apetecía un poco de acción. -respondo sonriendo también.
-¿Por...por qué me gustas tanto? Nu...nunca los entenderé.
-Nunca. Y eso te encanta.
-Y... y a tí.
Yo ya me he recuperado, pero él sigue respirando con dificultad. Su visión me hace gracia. Cambia su semblante de tipo duro por lo que es en realidad, un niño. Cansado y asustado. Como yo.
Empiezo a reír. No entiendo por qué, pero él me sigue. Y así nos quedamos en el suelo, riendo como locos. Me acerco y le abrazo. Sigo riendo. Corta mi risa con un beso.
-Deberíamos movernos. -digo levantándome.- No tardarán en darse cuenta de que persiguen aire.
Al levantarme se me sube un poco la sudadera, dejando a la vista el tatuaje. La cicatriz. La mira, pero rápido desvía la mirada hacia mis ojos. Deja claro con la mirada que no quiere ahora discutir. Pero me temo que lo descubrirá tarde o temprano. Mejor tarde que temprano.
Nos cojemos de la mano y nos vamos tal y como hemos venido. Pasamos por casa de los Dylon y él se queda mirándola. Me suelta la mano.
-Mi...mi casa está por aquí. Adiós.
Se va corriendo. Ni siquiera se despide bien. Estoy demasiado cansasa para hacerme preguntas. Lo que oculta ese chico sigue siendo un misterio. Y creo que nunca lo conoceré del todo. Ni yo ni nadie.
"Dudas. Ingredientes de batallas." X.
Nunca. Podría decirse que nunca.
"Si de verdad quieres a alguien, que el tiempo no sea un obstáculo." *.
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Círculos
Ficción GeneralBronx. Nueva York. Año 1960: Sangre cubre las aceras. La ilegalidad es ley de vida. La justícia la controla el dinero y fuerza es poder. La calle es el hogar de muchos. Sólo se respira miedo. Bronx. Nueva York. Año 2014: Todo sigue igual. Si el mund...