Pide y te será dado

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Kagome sabia muy bien que Touji no la amaba, mas bien se sentia atraido por ella, lo provable era que su atracción fuera solo fisica, y de algun modo ella lo preferia asi, mientras el la besaba y acariciaba, penso, que mas da, si ya lo habia hecho antes, con alguien que tampoco la amaba, tambien podria hacerlo ahora, pero una inquietante lagrima amenazaba con caer desde sus ojos, pero que sucede?... se pregunto, no tenia permitido llorar, se lo habia negado hace cuento, 8 meses?, quizas mas, no lo sabia, no habia querido, llevar cuentas del tiempo... de pronto se encontro, con Touji, aprisionandola contra la pared, otra vez esta pared, penso, y la lagrima finalmente cayo, sorprendiendola por completo y dando paso a un sin fin de nuevas lagrimas, o quizas lagrimas viejas, que no habian logrado liberarse del olvido al que ella las habia confinado





Puso sus manos en el pecho del muchacho, primero lo empujo casi sin fuerza, para luego recobrarlas y sacarlo de enfrente de ella, el la observo visiblemente molesto y confuso, ella lo observo y vio que no era el, no era Inuyasha, jamas lo seria, hasta sus labios le parecieron si vida, y corrio, corrio escaleras abajo, saliendo de la casa y encontrandose de pronto frente al Arbol Sagrado, lo miro y ya sus ojos no podian ver, las lagrimas que por tanto tiempo habia escondido, brotaron sin clemencia, cayo arrodillada frente a ese lugar y entre decenas de sollozos, pues se habia dado cuenta del desorden en el que se encontraba su vida, que por mas que deseara negar todo su pasado, el estaba ahí, ella sabia que ya no podia correr mas, pues habia comenzado con una frenetica carrera para escapar de los recuerdos, pero finalmente estos la habian alcanzado





-Ayudenme¡¡¡- se le escucho, era una suplica , tan sentida y dolorosa que le produjo aun mas lagrimas, cuando de pronto una voz, dentro de su cabeza, le dijo: " pide y os sera dado", habia escuchado esa frase si, lo habia escuchado quizas en alguna iglesia, salida de la boca de algun sacerdote.





Levanto la mirada para ver si habia alguien ahí, quizas Touji?, pero fue enorme su sorpresa, al ver que junto a ella se encontraba un hermosos ser de luz, de blancas vestimentas, cubriendola con sus brazos, brindandole consuelo





Touji que en ese momento habia decidido marcharse sin ni siquiera preguntar que le sucedia a Kagome, no vio absolutamente nada, solo la vio a ella arrodillada junto al Arbol Sagrado, sin hacer ningun ademas de intentar acercarsele, solo se dispuso a ir hacia la salida del templo sin mirar para atrás ni una sola vez





Kagome observo la mirada calida de aquel ser, parecia ser una mujer, la mirada de la joven estaba completamente cargada de preguntas, quizas su tiempo en el Sengoku la habia ayudado a comprender un poco mas los mundos sutiles, aquellos que estan a nuestro alrededor, pero que ya no logramos percibir, la vestimenta de la mujer, eran maravillosamente blancas, ella traia un largo cabello de color castaño claro, que caia sobre su espalda formando delicadas ondas,, sobre su cabeza, tenias algunas pequeñas flores formando una corona, sus ojos, eran profundos y calmos, pardos.





La muchacha suplicaba en su mente una respuesta ante semejante vision y aun mas grande fue su sorpresa al comprender que escuchaba la voz de aquella mujer dentro de su mente, o seria su corazon?





-Tranquila, las respuestas te seran dadas - fue la respuesta que recibio





-Quien eres?...- era la pregunta dentro de su cabeza





-Mi nombre es Anyara- respondio el ser sin mover sus labios - pertenezco a las huestes angelicas, soy una Pleyadiana y estoy aquí a petición tuya





-Mia?...- dijo en voz alta Kagome





-Si... tu solicitaste ayuda y se te ha brindado, pide y os sera dado, eres muy importante para el desarrollo de tu mundo, pero no soy yo quien debe explicarte mas.





En ese momento Anyara puso en la conciencia de Kagome una serie de instrucciones que ella debia llevar a cabo aquella noche, pues vendrian otros seres a visitarla y darle conocimiento de todo lo que ella quisiera saber, no se te sera dado nada que no pidas, no podemos influenciar tu albedrío, eres libre de escoger tu camino.





Diciendo esto y con Kagome ya mucho mas calmada, el ser comenzo a desaparecer lentamente





-Pero, no me dejes sola- dijo Kagome intentando tocarla, pero fue inútil, Anyara ya no era palpalble, solo era espiritu





-estoy junto a ti siempre- respondio con una hermosa sonrisa antes de desaparecer completamente...





En tanto Inuyasha, casi sin darse cuenta, llego al lado del arbol sagrado, cuando levanto la vista, vio el lugar marcado en el que habia estado sellado, y su mirada se ensombrecio al recordar la primera vez que vio a Kagome, el recuerdo de la muchacha permanecia tan fresco en su memoria, como si acabara de mirarla, se acerco al arbol y lo acaricio, como si en ello se le fuera el alma pero no sabia que del otro lado, 500 años en el futuro, habia otra persona en ese mismo lugar.





Kagome se puso de pie frente al arbol, preguntandose si habia sido un sueño, pero sabia que no podia ser, se encontraba demasiado despierta, como para ello, recordo todo lo que Anyara le habia pedido que hiciera lo noche siguiente y miro el arbol, una extraña sensación la embargo, el lugar en el cual habia estado sellado Inuyasha permanecia aun marcado después de 500 años, en ocasiones se preguntaba si realmente ella habia interferido en una epoca que no era la suya o si todo estaba escrito ya de ese modo. No pudo evitar el deseo de tocar aquel lugar en el arbol, pero en cuanto poso su mano sobre el antiguo tronco, una sensación de angustia y sufrimiento se apodero de ella.





-Que son estos sentimientos? - se pregunto inquieta- no soy yo- se respondio- es ...Inuyasha...





La joven dejo caer una nueva lagrima y comprendio en aquel simple toque, todo el sufrimiento en el alma del hanyou, retiro la mano del arbol y la puso en su corazon, albergando en ella todo sus sentimientos por Inuyasha, luego la volvio a poner en el lugar anterior, en el arbol.





-Pero, que es esto?...- se preguntaba un hanyou muy confundido- son... los ... sentimientos de Kagome-





No podia creerlo, sabia en su alma que todas las sensaciones que le estaban siendo traspasadas a travez del arbol, eran los sentimientos de su Kagome...puso ambas manos con desesperación sobre el arbol, intentando quizas decirle a ella que lo habia entendido, pero su frustración era enorme y cayo, arrodillado a los pies de aquel fuerte arbol, llorando como un niño desconsolado, sin entender nada... Kagome en tanto podia sentir todo el dolor de su amado hanyou.





-Como pude ser tan cobarde?...- se reprocho, pero no dio tiempo a mas arrepentimiento y corrio hacia el pozo, arranco la flecha que habia arrojado ahí hacia tantos meses y con lo primero que encontro se abrio paso entre las tablas que habia puesto, salto dentro intentando atravesar hacia el Sengoku, pero no lo logro, el piso no queria abrirse,se arrojo de rodillas y quiso llorar, llorar de rabia y de pena, pero recordo las palabras de Anyara, todas sus indicaciones y la sonrisa apacible y confiada que le habia dado antes de desaparecer y se puso de pie.





-Ire por ti...- dijo con mucha seguridad - habia vuelto al fin, aquella muchacha que amaba a un hanyou y que haria cualquier cosa por su felicidad.

Juntos a pesar de todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora