Capítulo 4. Say you won't let go

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El día pasó rápido. Los concursantes todavía no habían cambiado el chip de la Navidad.
Tras la comida, todos se desplomaron sobre los sillones. Aitana, que apenas había dormido esa noche, cayó rendida.

-¿Me puedes traer una manta y una almohada porfi?
-Si

El gallego la arropó. Se quedó mirándola mientras lo hacía y se le encogió el pecho. No podía seguir así, evitandola. Sabía que ella se había percatado de la distancia que estaba tomando, pero es que, desde el día anterior, sabía que lo que estaba sintiendo por Aitana era mucho más fuerte que una amistad.

Pasados dos días ya, los concursantes seguían trabajando en sus canciones, pero a todos les seguía invadiendo el espíritu navideño. Risas por un lado, bromas por otro...

Esa noche, Luis se despertó sobresaltado. La misma pesadilla que había tenido en Galicia, mientras que Graciela le acompañaba en la noche, había aparecido. Aitana le gritaba ayuda y por más que corría hacia ella no lograba alcanzarla. Miró hacia su izquierda pero la cama estaba vacía. Se incorporó buscándola en la cama de Amaia, pero esta se había mudado a la de Alfred. ¿Dónde estaba?

Salió de la habitación tratando de hacer el menor ruido posible, hasta que la vio en la terraza.

-¿Qué haces aquí?

Aitana se asustó y apagó el cigarro que tenía entre los dedos

-¿Qué haces tú fumando?- Gritó el gallego en tono de preocupación- ¿Me has cogido el tabaco?
-Yo... Solo lo tenía encendido. De verdad. - Y no mentía. Durante su corta estancia en casa había necesitado tanto algo que le acercase más a Luis, que la única forma de sentirle era su olor a tabaco. Olor que ya no odiaba
-No hagas tonterías ¿vale?- Le quitó el paquete que escondía bajo el pijama

Ambos se quedaron en silencio. Retandose el uno al otro a hablar. En esta ocasión, la pequeña tomó la iniciativa

-Has tenido problemas por mi culpa, ¿verdad?
-¿En qué sentido?
-Con... Tu novia
-Mmmm bueno, has sido parte de tema de conversación. Pero no te preocupes, está todo bien

La cara de Aitana quedó inmóvil, sumiendose en sus pensamientos. 'Esta todo bien', osea, que sigue con Graciela. ¿Y qué? Ella seguía con Vicente. Además, tampoco iba a tener nada con él ¿no?

-¿Y entonces por qué te has distanciado tanto de mi?- se atrevió a decir
-¿Yo?- Sabía que si, que la pequeña tenía razón. Él se había distanciado porque se estaba volviendo loco
-Si...
-Tienes razón, Aitana. Y he sido un estúpido por ello. Me prometí disfrutar de lo que me quedase de concurso con los profesores y compañeros, y aparté a la que es mi OT
-¿A quién? - Aitana sabía a quien se refería, pero quería escucharlo
-A ti

Ambos estaban muy cerca, demasiado cerca. Tanto que comenzaban a compartir respiración. En ese mismo instante, Ana abrió la puerta

-¡Joder! Lo siento. No sabía que estuviesen aquí- Fue a marcharse pero Aitana la frenó
-No, no, Ana, sal. Que yo me voy a la cama ya- Se levantó sin mirar a Luis y abandonó la terraza

-¿Qué es lo que estaba pasando?
-...
-Perdón por interrumpirlos
-No, creo que ha sido lo mejor- contestó con media sonrisa en la cara

Los días fueron pasando en la academia mientras que Aitana y Cepeda hacían como si nada hubiese pasado. Mejor dicho; como si nada hubiese estado apunto de pasar.
Sin embargo algo entre los dos había cambiado. Sabían que se necesitaban y les gustaba encontrar la mirada del otro en cualquier situación. Se buscaban y se encontraban. Eso mismo debió pensar el destino cuando puso entre ellos 'La bella y la bestia'.

Por ti estaréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora