Esa mañana Elizabeth se levantó con muchas resoluciones. Preparada con la lista de tareas por hacer, algunas más placenteras que las otras, pero tareas que cumpliría para darle sentido a su día. Primero salir a caminar antes del desayuno y luego merendar. Ir a Meryton para dejar la carta y comprar hilo celeste junto con cintas para el vestido de Mary. Seguro pasaría toda la tarde arreglando el vestido.
Se llevó a su hermana menor a caminar, aunque con algo de resistencia de por medio pues está aún tenía sueño.
Tuvo que hacer un cambio de planes terminando el desayuno pues había dos corrientes de pensamiento contradictorios entre las hermanas jóvenes. Mary no quería caminar más y Lydia al igual que Kitty querían ir a Meryton. Antes de salir le hizo jurar con la mano en el corazón a Mary que pasaría la mañana afuera leyendo en el sol mientras Jane hacia la jardinería y recortaba las hierbas medicinales de la huertita de Loungbourn.
Elizabet caminó con premura para que Kitty y Lydia no tuviesen aliento suficiente para comentar boberías por el camino de ida. Lamentablemente terminó siendo un arma de doble filo pues en el camino de regreso estas se quejaron la media hora completa por su agotamiento. En realidad, lo remarcable de su visita al pueblo fue que se reencontró con su amigo Wickham.
Estaban saliendo de la tienda de sombreros, en la que sus hermanas se detuvieron por lo menos dos minutos por unidad, cuando ellas divisaron a lo lejos en la esquina de la posada unas chaquetas rojas. Está de más relatar que a la señorita Bennet no le sorprendió ver como sus hermanas corrían, por no decir volaban, en esa dirección acto seguido de gritar la palabra 'oficiales'. Les dijo en voz alta que les daba cuarto de hora para conversar y que luego ella se regresaría sola. Estaban bastante lejos, pero pudo ver dos pucheros de aflicción en sus bocas por lo estricta que era con ellas su propia hermana carnal.
Mientras alisaba un poco una arruga de su falda recostada en la entrada de la tienda, escuchó como la llamaba desde lejos el señor Wickham.
La sonrisa de Lizzy fue sincera al ver la cara de su antiguo amigo. Se congratularon por la fortuna de poder encontrarse antes de que el regimiento se fuera de la zona.
-Bueno es una suerte que lo hayan retrasado un poco, me pregunto por qué – comentó Elizabeth.
-Bueno, la mayoría de los oficiales de más rango se sintieron demasiado a gusto aquí por el clima seco y sin el bullicio de la capital – respondió Wickham con una sonrisa - se resisten a irse de aquí.
Comentó también lo mucho que le entusiasmaba poder visitar Brighton y disfrutar de las aguas salinas un poco antes de empezar el entrenamiento de invierno.
El señor Wickham estaba tan encantador como cuando la señorita Bennet lo conoció. Le preguntó por su viaje y su estancia en Londres.
Fue un poco incomodo y extraño el identificar en su mirada unos indicios de coqueteo. Pero no le juzgó por intentar renovar sus tratos, ni por traicionar el recuerdo de la señorita 'pelirroja' King que recientemente se colocó fuera de su alcance. En su inconsciente, al saberse comprometida, respondió a sus galanterías de forma solemne y reticente, que el astuto hombre supo respetar.
Se despidieron de manera cordial, pues este tenía variados mandados que hacer antes de regresar al campamento. Esto le pareció interesante a la joven, pues regularmente era tarea de sirvientes no de oficiales. Coligió que o estaba tratando de ganarse el favor de algún amigo o le debía favores a alguien. ¿Por simple amabilidad se tomaría el señor Wickham tanta molestia de hacer mandados?
¿Mandados? ¿Paquetes? ¿Cartas? ¡La carta! Había olvidado ir al correo. Iba a salir corriendo al final de la calle, donde se encontraba la oficina postal, cuando escuchó como salía alguien de la posada de la esquina mencionando un nombre que ella conocía muy bien.
![](https://img.wattpad.com/cover/128380548-288-k851983.jpg)
ESTÁS LEYENDO
ORGULLO Y PREJUICIO - Aceptando la propuesta
Historical FictionAHORA ILUSTRADO! Elizabeth sentía una furia contenida al escuchar la declaración del señor Darcy. Cuando terminó de hablar se preparó con rabia para responderle. - En estos casos creo que se acostumbra expresar cierto agradecimiento por los sentim...