Recuerdan que tenía que hacerme porrista en la primera semana, bueno le roge a Jones que haría todo menos eso, y como ella es taaan buena…me dejo retrasarlo y ahora en este momento voy en mi lindo Mercedes Benz nuevo, a una no tan linda audición para ser parte del ejercito de perras que se hacen llamar porristas. <Y más vale que quedes _____(tn) porque o si no te quitare el cargo de esta misión> Así mi preciada Jones me había amenazado para que prácticamente firmara mi suicidio, pero mejor para ellos ¿no? una lenta y larga humillación pública. Así que tengo que parecer estar muy entusiasmada por la idea de ser parte de la familia de perras.
Llegue al instituto y puse mi mejor cara de nerviosa y entusiasmada que se me pudo ocurrir.
—¡_____(tn)! —me saludo Sam desde lo lejos del campus.
—¡Hey! —la salude también.
— ¿Segura que quieres hacer esto? —pregunto Sam con una cara entre asustada y divertida.
—Sí, segura —sonreí con autosuficiencia.
—Está bien —se rindió de hacerme desistir, cosa que paso toda la semana. —Si tú quieres unirte a esas, no puedo detenerte ¿no?
—Exacto.
—Bueno futura porrista —dijo con cara de asco y yo reí. —Vamos que o si no llegaremos tarde a clases.
—Bueno vamos.
Llegamos al salón donde ambas teníamos la clase de Física, Sam estaba en muchas clases avanzadas, y nos sentamos en los mismos asientos que siempre, los del final. Ya pasados unos 10 minutos hizo acto de aparición el profesor, un señor algo bajo con lentes y los pantalones hasta las caderas con toda la camisa dentro. Un ñoño. Rápidamente se puso a escribir materia ya pasada para mí. Comenzó a hablar de las fuerzas de gravedad y la materia. Aburrida como siempre por ya saber toda la materia, igualmente ¡Era frustrante, era como si te contaran una película que ya viste y sabes que los protagonistas se quedan juntos y el antagonista muere! muy predecible exactamente igual que física.
Ya pasados otros 40 minutos, no tenía nada mejor que hacer que rayar la última hoja de mi cuaderno con mi bolígrafo, cuando cae una bola de papel arrugada al lado de la mano rayadora.
'¿Segura que quieres unirte al grupito de porristas? ¡No puedes estar hablando enserio! Por favor dime que es el día de los inocentes y no es más que una maldita broma.'
Reí ante el gracioso comentario de Sam, creo que aun no ha desistido del todo, bueno no la culpo ni yo misma me creo que voy a caer en semejante humillación.
'No seas exagerada y cálmate. Sí, me uniré a las porristas. Tal vez nunca te lo dije pero solía ser porrista, está en mi sangre Sam, en mis principios. No lo dejare porque solo sean un grupo de perras. Yo les pondré un poco de clase.'
Lancé mi bola de papel hacia su mesa, la leyó y río un poco.
'Confió en ti para que les pongas no solo un poco de clase, toda la clase de unas señoritas. Se comportan como verdaderas prostitutas. ¿Sabes que a ti te trataran igual que a ellas?'
—Si se llegan a acercar a mí con intenciones mezquinas ya lo verán —murmure intentando que nadie me escuchara.
-_____(tn) recuerda tu trabajo –me recordó mi voz interior o conciencia como le digan. Tenemos una muy buena relación, ella es el cerebro me impide hacer estupideces y bueno yo soy la fuerza bruta.
-Losé losé mama –me queje de ella.
-Deja de quejarte de mí y respóndele a Sam -rodé los ojos y me dispuse a escribir en la bola de papel que me había lanzado Sam.
'Losé pero ya se darán cuenta de que no soy como ellas. Ni en lo más mínimo, solo ¡Deja de quejarte de mí y deséame suerte!'
Rio con ese último comentario y escribió en la bola de papel.
'Buena suerte, y que no te traten de puta queridísima amiga.'
Reí y me dispuse a tratar de escuchar al profesor con lo que queda de clase.
— ¿Estás segura de lo que estás haciendo? —me pregunto Sam por decima vez. Esta niña esta decidida a hacer que no cumpla mi propósito.
—Sí, completamente segura —le respondí nuevamente.
— ¿No te das cuenta de que estas firmando tu suicidio? Peor ¡Estas dispuesta a suicidarte!
—Estoy completamente dispuesta y ¡No estoy firmando mi suicidio! —dije indignada totalmente creíble, pero por dentro sabia que Sam tenía razón. Para chicas como nosotras ser porrista era un suicidio. Pero para mi personaje es parte de su vida, así que no me queda opción.
—No puede estar pasando ¡La amiga que siempre quise quiere ser porrista! —grito eso ultimo apuntándome a la gente del pasillo. Verdaderamente parecía un loca.
—¡Samantha Malik detente ahora o iré a hablar con el director y le dire que me haces bullying! —la amenace.
—Me callo, me callo —me dijo tapándose la boca. —Señorita Winston llegamos a su destino…el infierno —apunto hacia las puertas dobles del gimnasio.
—Eres tan dramática —dije. La mayoría de las cosas que hacía con Sam era lo que haría si no tuviera esta misión, es como una vida normal solo que sin armas…por ahora.
—_____(tn) eres mi amiga pero aun así…
—No toleras quedarte ahí —apunte el gimnasio.
—Exacto —sonrió. —Qué bueno que lo entiendas. —me abrazo. — ¡Que te vaya super bien! —me sonrió a lo lejos. — ¡Nos vemos en biología! —grito alejándose por el pasillo. Compartíamos esa clase, una de las tantas clases donde ella estaba avanzada.
Respire hondo y abrí las puertas del gran gimnasio de la escuela particular de Los Ángeles.
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"No es mi vida, es solo una misión mas" |1° Temporada| ~TERMINADA~
Teen Fiction¡Una misión, secretos, amor, mentiras, como vivir con todo eso gunto! >Aclaro la historia no es mía!! Derechos a Mila.