°Capítulo 10°

343 6 6
                                    

(Narra ______)

¡No! ¿Qué había hecho? ¡Soy una estúpida de primera! ¡¿Cómo se me ocurrió haber entregado mi cuerpo y alma a Gignac?!

Rápidamente agarré mis cosas, me puse mi ropa, Gignac me miraba confundido, él también se comenzó a vestir, ya estando cambiados, me dirigí a irme y alejarme de él, pero me tomó del brazo.

- ¿A dónde vas? ¿Qué pasa?- me preguntó confundido

- ¡¿Te das cuenta lo que acabamos de hacer?! ¡Hicimos el amor Gignac! ¡Engañamos a mi mamá!- dije triste y Gignac se quedó serio

- Dios... ¿qué hicimos _____?- dijo Gignac también triste y preocupado

- ¡Nos entregamos! Y... por amor- dije tímida y a la vez con tristeza por el engaño que le hice a mi madre

- _____, yo te amo- dijo Gignac sincero- te amo... como nunca pensé amar a alguien en mi vida, en serio que si dí mi cuerpo y alma a ti, es por que en verdad me interesas, eres la persona con la que quiero estar, con la que quiero pasar los momentos más felices, tristes, malos, buenos, con la que quiero besar, con la quiero hacerle mil veces el amor...- dijo para dar un suspiro

Me quedé callada ante sus palabras, me llegaron en lo más profundo de mi alma, ¡pero no! Esto no puede ser,¡que idiota soy al dejarme amar por él!

- Gignac... entiende por favor, ¡engañamos a mi madre! ¡Me siento la peor hija del mundo!- dije llorando

- _____, podemos superar esto juntos, sólo... si me dieras esa oportunidad de amarte y luchar por nosotros, podríamos...- lo interrumpo

- ¡No Gignac! ¡Déjame por favor!- dije y me fui corriendo

- ¡TE AMO _____!- escuché su grito

Hiba corriendo a donde mis pies me llevaran, bueno, yo los controlo, pero no podía pensar en otra cosa, más que en mi estupidez.

Miraba para atrás de vez en cuando, para ver si Gignac no corría detrás de mí o me seguía por algún lugar, veía a las personas, y me miraban como bicho raro por andar llorando y correr sin parar.

Corrí con todas mis fuerzas, hasta llegar a una casa, bajo mi mirada para descansar mis pulmones, no podría respirar por todo lo que había corrido, estaba muerta del cansancio, y también por el momento que tuve con Gignac.

Cerré mis ojos y moví mi cabeza de un lado al otro, tratando de olvidar lo que hice hace unos momentos, aunque sabía bien que no podía, era un engaño que me atormentaría para toda mi vida. Por que no es solamente mi engaño como hija, si no, también por parte de Gignac, y más le dolerá a mi madre, por que técnicamente con lo que ah pasado, es algo ilógico que Gignac y yo parecemos... amantes.

Lloré de nuevo por un momento, quité mis lágrimas con brusquedad, levanto mi cabeza, y llegué a la casa de Dani, no pensé que fuera tan mala idea verlo, además... sonará estúpido lo que haré, pero, tal vez sea lo mejor.

Fui directo a su puerta, toqué 2 veces, y veo a Daniel.

- ¡_____! ¡Pasa! ¿Todo bien?- dijo y entré nerviosa

- Dani... por favor, ¡salvame!- dije nerviosa

- Haber... no te entiendo- dijo confundido

- Daniel, ¿te casarías conmigo?- dije mirándolo a los ojos

- ¡¿Qué?!- dijo impresionado ante mi pregunta

- ¿Te quieres casar conmigo? Vamos, ¡dime que sí! Me di cuenta de que... ¡TE AMO!- mentí

- ¿L-lo dices en serio?- preguntó- pero, ¿no es muy pronto?, no hemos sido ni novios

- Pero... yo ya quiero algo contigo, y muy serio, te vuelvo a preguntar, Daniel, ¿te casarías conmigo?

Daniel sólo me miraba sonriendo, se veía que quería soltar lágrimas, me agarró de las manos, y me morí a los ojos.

- Sí _____, si me quiero casar contigo- dijo y me cargó por los aires, ambos reímos- te amo- dijo y me besó dulcemente

Me dejaba llevar, debía hacerlo, por el bien mío... y de Gignac. Al separarnos de nuestro beso, Dani me llevó a mi casa, nos dábamos besos, y hablábamos de nuestra boda.

No me ponía felíz hacer esto, pero, era lo mejor, y si casarme era lo mejor para alejarme y olvidarme de Gignac, lo haré, todo por no lastimar a mi madre.

Llegando a mi casa, Dani y yo entramos, quería de una vez hablar de mi pronta boda con Daniel.

Veo a Gignac y mi madre besándose, cosa que mi corazón se partió en mil pedazos, tosí levemente para hacerlos separarse, Gignac al ver a Daniel, su rostro se puso serio y con un enojo de los mil demonios. Se notaba y mucho.

- ¡Hola hija! ¡Hola Daniel!- dijo mi madre contenta

- Hola mamá... Hola Gignac- dije seria

- ¿Qué hace él aquí?- dijo Gignac serio

- Pues... sólo vengo a decirles, que Daniel y yo nos vamos a casar

Mi madre y Gignac se miraron impactados, no sabían como reaccionar ante eso, y más Gignac, que en su cara, se pudo notar la tristeza que tenía al haber dicho esto.

•Enamorada de mi padrastro• (André-Pierre Gignac Y Tú) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora