Una vez allí...

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Reglas de lectura:

-lectura-: Lenguaje de señas.

*lectura*: Pensamientos .

/lectura/: Palabras incomprensibles de Nishimiya. 

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Por más que aun conservaba algo de la energía del momento, seguía teniendo miedo, y seguía teniendo nervios. Pero no los suficientes como para romper mi promesa. No cuando se trata de ella. 

Ishida: Ni-Nishimiya?

Nishimiya:-Dime Ishida?-

Ishida: Segura de que quieres entrar de esta forma?.- Ella había tomado mi mano para darme fuerzas, y vaya que funcionó. 

Nishimiya: -No preferiría hacerlo de otra-. Ella sonreía, pero no era algo forzado, estaba feliz y era hermosa demonios, realmente hermosa.

Ishida: Uhhh entiendo

Nishimiya: /Ihia/

Ishida: Eh?

Ella me abrazó. Podía sentir su rostro tibio y sonrojado contra mi pecho, y su respiración tranquila. Ella definitivamente era buena dando abrazos, o yo lo era recibiéndolos. Entonces lo supe.

Ishida: Nada podría empeorar este día.- Solté aquellas palabras sobre su cabello y ella movió la cabeza diciendo que no, fue muy tierno.

La miré a los ojos mientras ella aun me rodeaba con los brazos con el kimono cubriéndome la espalda, tomé su mano y le dije:

Ishida: Vamos, es hora. 

 

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Las puertas se abrieron frente a nosotros y dentro, pues lo que esperábamos y mucho más. ¡Estaban todos allí!

Nagatsuka: ¡¡¡¡YAAAAAAAASHOOOOOU!!!! ¿PORQUÉ DEMONIOS TARDASTE TANTO? ¡Te perdiste todo el discurso del profesor Takeushi!

Ishida: Lo-lo siento, estaba dando un paseo con Nishimiya y la verdad tenía mis dudas sobre venir aquí, pero ya sabes como es de insistente. 

Nagatsuka: Es cierto eso Nishimiya?

Nishimiya: -Asiente con la cabeza-, -Es muy testarudo, pero se como tratarlo-

Ishida: EHHH? No digas eso, sabes que no soy mucho de estar en grandes grupos de gente.

Nishimiya: -Pero dijiste que lo harías por mi, cierto Ishida?-. Maldición, sabe que si sonríe me tiene.

Ishida: Sí... es verdad... Entonces,¿entramos?

Al momento de entrar, Ueno nos recibió junto con Sahara y kawaii, todas tenían restos de lagrimas en los ojos que a su vez estaban rojos, era obvio lo que había pasado, entonces, llegó Yuzuru.

Koe no katachi - Por el resto de tus días.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora