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Vivir con familiares codiciosos, violentos y caprichosos debe de ser un verdadero infierno, y más si eres el objeto de "antiestrés" de esta clase de personas.

Entre los nobles, quiénes llevaban el apellido Kim solían ser considerados personas sin corazón; de por sí las familias perteneciente a la nobleza no eran bien vistas por el pueblo, la reputación de los Kim era la peor de todas; y este título se debe a los miembros actuales de la familia que eran mis padres y mis hermanos mayores.

Muchas veces he sido testigo del maltrato hacia sus trabajadores, las constantes humillaciones que muchos ciudadanos afrontaban al ser engañados con obtener una mejor vida si le servían e incluso... violaciones.

Yo nací debido a lo último.

Nunca supe bien el por qué me adoptaron, pero vivir en la miseria junto a una madre que —por lo que supe— sí me quiso antes de ser asesinada, suena mucho mejor a que vivir en la miseria también —o incluso peor que eso—, junto a personas que solo descargan sus problemas de ira en mí.

¿Por qué nadie hace nada ante esto? Lastimosamente, es de conocimiento público que la nobleza cuenta con varios beneficios y entre ellos está el hecho de que los nobles sólo pueden ir a prisión por un delito penal, en el que si el noble es considerado culpable deberá estar separados del resto de los reclusos, además de que no puede ser condenado a la horca ni ser sometido a torturas. Entonces, sabiendo lo favorecidos que están la nobleza, es casi imposible que considerarán a alguien de mi familia culpable.

Qué gran injusticia.

Pero... ¿Qué debería sentir cuando mi familia está siendo asesinada en frente mío? ¿Tristeza? ¿Miedo? Al final, tengo una cama donde dormir y frezadas con que taparme, ropas finas que vestir y hay comida cada día servida para alimentarme.

La respuesta es nada, no siento nada.

Mi cuarto se encuentra en el sótano, duermo en un colchón viejo y la frezadas apenas abrigan; la ropa sería lo único bueno de parte de ellos, aunque sea usada; y la comida, eran las sobras, sino fuera por los trabajadores que a escondidas suelen dejarme una buena cantidad de comida, seguramente sería un esqueleto andante.

Di media vuelta cuando la sangre de mi padre me salpicó en la cara, dejando que manche la parte de atrás de mi camisa.

Era de noche cuando escuché gritos desgarradores provenientes del primer piso, eran tan fuertes que lograron sacarme de mi sueño pesado; no quería subir, el sótano no tenía puerta, sino una fina cortina, todo esto para que sea fácil para mis hermanos entrar y golpearme; el salir de mi habitación nunca fue una opción y aunque quise que así se permaneciera, al final algo en mí hizo que subiera, solo para encontrarme con la escena de mis hermanos medios muertos en suelo con cortes mortales en sus cuellos, mi madre fallecida boca abajo en su propio charco de sangre y mi progenitor siendo asesinado.

—Voltea —escuché hablar al asesino.

Obedecí al instante, no tenía miedo alguno.

De reojo vi los cuerpos sin vida de mis familiares; quise vomitar, me daba asco la sangre.

—¿No estás aterrado? —me preguntó aquel sujeto.

Este vestía un traje, el cual se encontraba desacomodado y manchado de sangre, no traía corbata y tenía la camisa con dos botones desabrochados; sus manos estaban cubiertas con guantes blancos y en una, sostenía el arma homicida; aparte de esto, cubría su rostro con una peculiar máscara de lo que parecía ser un conejo.

𝑂𝑛𝑒 𝑠𝘩𝑜𝑡𝑠 𝑉𝑘𝑜𝑜𝑘/𝐾𝑜𝑜𝑘𝑉 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora