Problema.

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Narra Kakashi.

Después de las clases pasé a la librería a ver qué títulos nuevos llamaban a ser leídos por mí, pero para ser honesto, no presté mucha atención, estaba distraído, inquieto y nervioso.

Tenía que pasar a una farmacia, había agotado mis reservas de condones con la práctica en el pene de hule, y si no me equivocaba, los iba a necesitar.

Sonreí ante el pensamiento y salí de la tienda camino a la farmacia más cercana. Saliendo de comprar lo que necesitaba me encontré a Yugao, aún no supera el hecho de que nunca me sentí atraído por ella y cada vez que nos topamos de frente me mira con tristeza. Me daba pesar, pero ahora que Okami por fin está en mi vida me importa poco lo que ella piense, además tiene a Ayate, o ¿será que lo usa para tratar de olvidarme? Bah, realmente espero que no.

-Buenas tardes Kakashi-senpai- me dijo con la voz apesadumbrada, como siempre hace cuando se dirige a mi.
-Buenas tardes, no me digas así por favor-
-Oí que estás saliendo con Okami-san- su mirada ardía, no pude interpretar el sentimiento.
-Asi es, bueno, no quiero ser descortés pero me está esperando, nos vemos- le dije entre una risa nerviosa y me di la vuelta.
-Eres un mentiroso-
-¿Ah? ¿Yo?-
-¡Si! ¡Me rechazarse diciendo que jamás podrías corresponder al amor de nadie! ¡Dijiste que querías estar solo siempre!-
-Oh, pues, digamos que cambié de opinión-
-¡Jamás sentiste nada por mi! A pesar de que siempre estuve atenta esperando el día en que me necesitaras para ir a tu lado, ¡siempre!- las lágrimas de desbordaron de sus ojos. Odio pasar por este tipo de situaciones.
-Lo siento Yugao, pero creo inapropiado lo que estás haciendo, una escenita de celos cuando se supone que amas a Ayate... Yo creo que lo lastimas sintiendo aún algo por mi ¿No crees?- empecé a frustrarme, cosa que es difícil.
-¡Eso poco debería importarte a ti, Kakashi-
-Me importa porque me involucra, no quiero ser grosero pero espero no vuelvas a decir algo sobre el asunto ¿Está claro? Ni quiero verme involucrado en los problemas que esto ocasiona, con permiso- la dejé parada donde estaba y salí de ahí lo más rápido que pude.

Que tonterías, las mujeres pueden ser demasiado intensas cuando quieren. Saqué a Yugao de mi cabeza y metí a Okami, tarea que no era para nada difícil, apreté los condones que tenía en el bolsillo del chaleco pensando en lo que estaba por ocurrir esta noche.
Entré a mi casa y ahí estaba, sentada con las piernas cruzadas mirando la tele.
-Tardaste más de lo que esperaba-
-Es que hice una parada técnica-
-¿Ah si?, ¿Que me trajiste?- se había levantado y se acercó seductora hasta casi tocarme. La tomé de la cintura y la pegué a mi cuerpo, lentamente me baje la máscara y me acerqué a besarla, despacito, no hay prisa. De pronto Okami se puso rígida y abrió los ojos, inmediatamente enfocaron un punto detrás de mí a la derecha, siguieron algo y de repente se apartó con una kunai en la mano y me dió la espalda. Desenfundé un par de kunais y me coloqué de espalda a ella, cuando Okami siente algo, créele, esta mujer además de tener un olfato más agudo que un perro tiene la capacidad de percibir el chakra de los demás, hasta controlarlo totalmente, eso es lo que la hace tan peligrosa, ni siquiera yo con mi Sharingan soy capaz de vencerla.
Un zumbido.
Okami esquivó la shuriken con facilidad.
Corrió hasta la ventana abierta y salió.
Me puse la máscara y destape mi ojo izquierdo, la seguí corriendo por los techos persiguiendo una figura que se movía bastante rápido. Mi novia la seguía de cerca, lanzaba shuriken que pasaban rozando por milímetros al atacante, era bastante hábil.
Esta mujer cuando se decide a matar no hay quien la pare.
Pude distinguir con el Sharingan de quién se trataba, no podía creerlo, tenía que detener a Okami si no quería que la condenaran a muerte.

-¡Okami, sabes perfectamente quién es! ¡Detente!-
-¡Claro que se quién es! ¡Quiero que me explique por qué me atacó!- aceleró el paso.
-¡Es una Anbu, no podrás detenerla a menos que la mates!-
-¡Eso!-
-¡No!- me adelanté de un salto y me puse exactamente en su camino, no le di oportunidad de esquivarme, la abracé con fuerza y nos caímos, rápidamente, giré colocándola encima de mí. Lo último que recuerdo es que vi una intensa luz cuando golpeé el suelo.

¿Cómo es la vida sexual de un Shinobi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora