Reciprocidad.

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Casi sin tocarme fue bajando su mano hasta posarse en mi cintura, un estremecimiento recorrió mi espalda, pero lo disimulé muy bien, según yo.

Estaba ordenando y limpio, entrar ahí fue embriagador, todos sus olores, buenos y malos, estaban concentrados en aquel amplio y luminoso lugar, también olía a perro.

-Pakkun y los demás pasan mucho tiempo conmigo, disculpa si hay un poco de pelo en los sillones, se acaban de ir-

-No importa, yo también estoy acostumbrada a los pelos, tengo tres perros-

-Cierto, Inuzuka, entonces no te incomoda el olor a perro-

-No te preocupes, creo que los dos siempre olemos un poco a perro-

-Si, a mi me gusta tu olor-

El corazón me dio un vuelco, no dejaba de mirarme fijamente, estos nervios traidores, iban a causarme una vergüenza de un momento a otro.
Sonreí y fui a sentarme solo por hacer algo y huir de su encanto, busqué con la mirada el control de la tv y lo vi en el otro sillón. Me incliné a tomarlo estirándome para alcanzarlo si tener que levantarme, alguien tragó saliva ruidosamente, me giré para ver qué pasaba y Kakashi caminaba bastante tenso hacia la cocina, era extraño a veces.

Narra Kakashi.

Está muy bien esta mujer, siempre me ha gustado, pero nunca se cómo acercarme, siempre parece muy absorta en sus asuntos, nunca la he visto salir con nadie excepto los amigos, es tímida y tierna, no quiero que piense que soy un patán o algo así, la quiero bien, no es sólo para un rato.

Se sentó en el sillón y de pronto se inclinó para alcanzar el control, que imágen, jamás podré borrarla de mi mente, la tengo aquí, a solas, ¡no!, ¿que piensas? Me di la vuelta rápido y me fui a la cocina a buscar algo para beber, tenía que evitar a toda costa dar otra impresión.

Pláticas de educación sexual, muy importantes, había visto en varias ocasiones a los jóvenes escondidos entre los árboles explorandose mutuamente, sin una guía esto puede salirse de control, ví muchas veces como los chicos eran rechazados a punta de bofetadas por ser tan lanzados, o chicas siendo avergonzadas por ser demasiado audaces, había que enseñar a los chicos lo básico y algo de lo divertido.

Estás pláticas son básicas en la educación que se da en la academia, y no me importó que lady Tsunade me pidiera el favor a mí, lo que si me puso muy nervioso fue cuando me dijo quien iba a ser mi compañera, ideé un plan para no quedar como un idiota frente a ella, y tal vez así, acercarme al fin. Es tan bella, lista, fuerte, sexy... Quiero que sea mi mujer, si supiera que estoy enamorado de ella, ¿Que diría?

Narra Okami

Regresó después de un rato con un bote de jugo y dos vasos, estaba sonrosado, me miraba como quien mira a una hermosa flor, yo desvíe la vista.

-Bueno, lo principal que debemos abarcar en estas pláticas es la protección, no queremos embarazos no deseados, accidentales, y tampoco es saludable para la aldea tener a nuestra gente enferma de alguna ITS, lo básico es enseñar los mejores métodos anticonceptivos, mira- Kakashi se levantó del sillón y de un cajón sacó... ¿Que era eso? Cuando lo desenvolvió de la bolsa me puse roja como un tomate y se me detuvo el corazón.
Un pene de hule.
¿Por qué carajos un hombre soltero iba a tener eso en su casa? Ay... Me quiero morir.

-Quita esa cara, lo compré cuando la Hokage me dijo que yo iba a impartir las clases- que incómodo, solté una carcajada cuando terminó de hablar.

-Yo no dije nada, no me interesa para que usarías uno de estos, ni en qué circunstancia-

Seguimos riendo hasta que él recuperó los estribos.

-Ok, lo compré para enseñarles como colocar un condón-
-Y después lo guardarás para siempre- dije con sarcasmo.
El entrecerró los ojos.
-Si quieres te lo regalo, te sirve más a ti que a mí-
-Ja, ja, en ese caso nos sirve a los dos, ya en serio, es buena idea-
-¿Que te lo regale?- tuvo un brillo extraño en su ojo, se me calentó la cara.
-¡No! Que lo hallas comprado para enseñarles a poner un condón- vaya, este hombre me encanta.
Con una sonrisa sacó de su chaleco un condón y me lo dió.

-Bien, ¿Cómo pones un condón?-

Lo miré sin saber que decir, tragué saliva y miré el pene que tenía enfrente, el lo sostenía con la mano, su mirada pícara estaba esperando a que me equivocara para reírse de mí.

-N..no se poner un condón- susurré con mucha vergüenza.
-¿Qué? No te entendí-
-Nunca he puesto un condón- repetí para mí.
Se quedó callado, al parecer tampoco me escuchó.
-Am.. yo.. ¿Que?-
-¡Que nunca he puesto un condón!-
-Oh-

Su expresión era inigualable, con toda su hermosura me miraba de una manera que detuvo mi corazón, al mismo tiempo parecía no querer reirse, sin poder evitarlo soltó una risilla y puso el pene en la mesa.

-Vaya, pues que irresponsable-
-¿Yo? ¿Porqué?-
-Porque no te cuidas-
-Es que yo nunca... He tenido relaciones sexuales con nadie-

¿Cómo es la vida sexual de un Shinobi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora