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H a i l e y—¿Segura que no quieres que te acompañe a pedir dulces?— Pregunté a Max, mientras ella buscaba su máscara de Michael Myers

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H a i l e y
—¿Segura que no quieres que te acompañe a pedir dulces?— Pregunté a Max, mientras ella buscaba su máscara de Michael Myers.

—No, iré con los chicos.

—Está bien, solo ten mucho cuidado. Y si ese chico vuelve a estar de amargado, golpealo.— La pelirroja me sonrió antes de abrazarme y salir por la puerta.

Tomé una ducha rápida y me puse mi atuendo: un vestido negro, tacones y unas orejitas de gato; lo sé, era un disfraz improvisado.

Diez minutos después, alguien tocó a mi puerta. Bajé rápidamente con una sonrisa en mi rostro, esperando que fuese James.

Al abrir la puerta, pude ver a Steve vestido de Danny Zuko, acompañado con una sonrisa coqueta.

—¿Qué te parece, eh?— Dio una vuelta  e hizo unas poses ridículas.

—Te ves como un idiota.— Mentí, a decir verdad se veía muy bien.

—La envidia te corroe, tu disfraz es la viva imagen de la holgazaneria.

—Pues no planeaba ir a la fiesta, así que no me moleste en buscar un disfraz.

—¿Irás sola? Que triste.— Me hizo a un lado y pasó a la sala, donde se aventó al sofá. En este punto, Steve y yo nos teníamos mucha confianza.

—Claro que no, James pasará por mí en un rato, así que largo.— Tomé una almohada y comencé a golpearlo con esta.

—¿Acaso me estás corriendo?— Colocó una mano en su pecho haciéndose el ofendido.

—Es exactamente lo que hago.— Lo tomé del cuello de su camisa y lo dirigí a la salida. Al abrir la puerta, nos encontramos a James a punto de tocar el timbre. El pelirrojo nos miró confundido, y solté el cuello de Steve.

—Hola, James.— Sonreí algo nerviosa.

—Hola, Hailey.— Dirigió su vista a Steve, y a su cabello despeinado por los golpes que le proporcioné con mi almohada. —No sabía que Harrington estaba aquí.

—Es mi molesto vecino, y ya se iba.— Le dediqué una mirada al castaño, para que se largase.

—Sí, ya me voy. Lindo disfraz, James. Debió haberte tomado semanas prepararlo.— Steve mencionó sarcásticamente, ya que el disfraz de James solo era una camisa blanca y un chaleco con una R, iba disfrazado de el personaje de Archie Cómics. Contuve mi risa, viendo cómo Steve se marchaba.

—Entonces, ¿Vas a la fiesta?

—Claro, solo iré por mi bolso.

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La fiesta ya estaba en su clímax, era ese momento donde todos bailan en la acalorada atmósfera que los rodea. Donde los chicos comienzan a hacer sus competencias de bebida, ahí estaba Billy. Donde todos los cuartos se mantenían ocupados por las hormonas enloquecidas de los adolescentes.

James y yo bailabamos en la sala, había demasiada gente ahí, por lo cual apenas y había un espacio entre nosotros.

Me estoy sintiendo un poco asfixiada y cansada— Grité por encima de la música.— ¿Podrías llevarme a casa?

—Claro.— Se limitó a aceptar, y  sonreí. Tomó mi mano y nos dirigimos a la salida. Antes de llegar a esta, nos encontramos con Steve y Nancy, la castaña estaba vestida de Sandy Olsson; eran la pareja perfecta.

—Hey, ¿Ya se van?— Preguntó Harrington.

—Sí, llevaré a Hailey a casa.— Respondió James.

—Si quieres yo la llevó para que sigas en la fiesta, estoy apunto de llevar a Nancy a su casa.— La mencionada puso sus ojos en blanco, fingí no haber visto eso.

—No, yo la recogí, yo la regresó. Además, no tengo nada que hacer en esta fiesta si ella no está.— Me sonrió. James era todo un caballero.

Está bien, conduce con cuidado.— Nos despedimos y salimos por el auto de James.

Al ir por la carretera, me pude percatar que James no dobló en mi calle.

—James, tenías que doblar en esa.— Para ser sincera, me alarmé un poco.

—Tranquila, solo te quiero enseñar un lugar, antes de terminar esta velada.— Sus palabras me tranquilizaron.

Condujo por unos 10 minutos, hasta llegar a un punto más alto de la ciudad, donde las estrellas podían ser mejor vistas. Sonreí por su romanticismo.

Estuvimos un rato ahí, charlando, escuchando algunos cassettes, viendo las estrellas.

De un momento a otro, nuestras miradas chocaron, se mantuvieron unidas por largos segundos, hasta que ambos comenzamos a inclinarnos.

Así fue como nuestros labios se unieron por primera vez. Era un beso dulce por mi parte, pero comencé a sentir como él quería más; colocó su mano en mi cintura y la bajaba de poco a poco. No quería hacer las cosas tan rápidas, y menos en un carro.

Me separé de él, con un poco de pena.

—Perdón, James. Es solo que no quiero hacer las cosas tan deprisa. He cometido ese error antes y no quiero que vuelva a pasar. En verdad me gustas.— Deje salir un gran suspiro.

No me miró por unos segundos, tal vez estaba meditando lo que había pasado.

—Está bien. Respeto tu decisión.— Puso su mano en mi barbilla y depósito un corto beso en mis labios.

Dios, me había sacado la lotería con este chico.

Condujo hasta mi casa y me despedí de él.

Al entrar a el gran y silencioso lugar me apoye en la puerta, con una gran sonrisa estampada en mi rostro. 

Quién diría que al siguiente día desearía que nada de eso hubiese pasado.

Reputation||STRANGER THINGSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora