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H a i l e y

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H a i l e y

Los murmullos lejanos provocaron que retomara el conocimiento. Sentía que mis ojos pesaban de una manera titanica, por lo cual tarde unos minutos en abrirlos.

Me costó adaptar mis pupilas al impacto de la luz solar que recibían. Pude notar que las voces en la lejanía en realidad se encontraban a sólo un par de metros de mí.

Mi madre se encontraba hablando con la enfermera escolar, mis sentidos aún no se encontraban muy despiertos, por lo cual las veía de una forma borrosa; lo único que pude hacer fue sentarme en la camilla que se encontraba en medio de la habitación, mientras frotaba mi cabeza gracias a la presión que sentía en esta.

La mirada de mi madre paró sobre mí al igual que la de la enfermera escolar, pero mi cabeza se giró instintivamente al escuchar una silla correrse, dándome cuenta de que Steve también estaba presente y venía hacia mí.

Su rostro se encontraba con algunos moretones y curitas permanecían sobre sus pequeñas y casi inexistentes heridas.

Sentí el cálido impacto de su cuerpo contra el mío al momento de abrazarme. —Despertaste.— Dijo con un tono de alivio, aferrándose a mí.

A decir verdad, me encontraba en suma confusión, ¿cómo había llegado aquí? —¿Qué pasó?— Apenas pude mascullar.

Steve se separó de mí, incorporándose y volteando a ver en dirección al otro  par en la habitación.

Regresé mi mirada a ellas. Mi madre mantenía un semblante de preocupación, la cuál me estaba transmitiendo.

—Hailey, ¿Podrías decirme qué es lo último que recuerdas antes de haber caído inconsciente?— La joven enfermera se dirigió a mí con una lámpara, con la que examinó mis ojos.

Intenté acceder en mis recuerdos recientes. —Yo...— Mi ceño se frunció al sentir aquellas memorias como si en realidad fuesen sueños, eso hasta que cada vez se volvieron más nítidos y mi corazón comenzó a acelerarse. —Estaba en el campo de fútbol, fui a confrontar a James por un estúpido rumor.— Al recordar todas las miradas de burla y aquellas que me juzgaban, no pude evitar sentir un nudo en mi garganta, el cuál venía cargado de angustia.

La enfermera no quiso presionarme más, pues al menos sabía que mi memoria no estaba dañada.

Está bien con eso, Hailey. Por lo que veo tu memoria está correcta, Steve nos ha contado todo. Al parecer tú desmayo lo ha provocado el golpe de estrés que haz recibido, ¿desayunaste hoy?

Creo que lo olvidé.—

Probablemente eso también lo influenció. Tranquila, todo está bien.— ¿En realidad lo estaba? Porque desde mi punto de vista sentía que mi vida  iba en picada.— Puedes retirarte, estarás bien.

Mamá se acercó hasta mí y me ayudó a incorporarme, al igual que Steve, quien se retiró poco después ya que aún no había recibido su sanción por la pelea provocada; él dijo que me vería en casa, lo que me dio una extraña tranquilidad.

Antes de salir de la enfermería, mamá me abrazó con lágrimas en los ojos, mencionando que Steve le había contado todo y que ella creía en mí.

Mi pulso volvió a acelerarse en el momento en que abrimos la puerta y salimos de ahí.

Todas las miradas recaian en mí, nadie se esforzaba en ocultarlas, al igual que todos los murmullos.

"No puedo creer que Steve engañara a Nancy."

"Se creía mejor que todos y terminó haciéndolo en el auto de un jugador de fútbol."

"De seguro está embarazada y por eso se desmayó."

Fueron solo algunos de las decenas de murmullos que alcance a escuchar.

Era como mi desfile de la vergüenza y en verdad estaba conteniendo fuertemente las lágrimas que mis ojos querían expulsar.

Nunca había sentido que el pasillo fuese tan largo, hasta el día de hoy. Lo único que me reconfortaba era tener los brazos de mi madre al rededor de mis hombros. Muy pocas veces experimente su protección, pero esta vez me sentía como un pequeño pichuelo entre las alas de su madre.

Fue una terrible idea dirigir mi mirada hacia mí locker, ya que en este se encontraba grafitteada la palabra "ZORRA" en letras grandes y mayúsculas. Fue ahí donde me rompí.

Ese preciso instante me hizo sentir como una matrioshka; se rompía una parte de mí, pero mi ser se encontraba aún más encerrado dentro de otra capa, una en la que quería permanecer cautiva por el resto de mi vida.

Es increíble como tu vida puede cambiar en dos segundos. La gente que me adoraba y me seguía, en tan solo un parpadeo se habían convertidos en monstruos con lenguas largas que me señalaban y me sentenciaban, sin siquiera escuchar mi alegato.

La venda de mis ojos se había caído para siempre. Mi reputación se encontraba hecha trizas.

Al llegar al auto solo pude liberar aquel llanto que tan almacenado tenía.

¿Cómo iba a soportar a diario aquellas miradas filosas? ¿Cómo podría andar por los pasillos sabiendo que mi valor como persona significaba nada para los demás?

Había sido reducida a la nada. Hailey Mayfield era oficialmente nada.










💜

Antes que nada quería disculparme por mi ausencia de casi un año. A decir verdad no fue un año fácil, la inspiración se me había ido, me dio un bloqueo absoluto y apenas he regresado a escribir historias  (especialmente de bangtan lmao) pero obviamente no quería perder esta, en especial cuando la tercera temporada de ST dio material para más (Robin sé mi novia pls).
En fin, me verán por acá más seguido ya que la historia desde este punto toma más forma.
De nuevo me disculpó por la ausencia y les agradezco los votos y comentarios que han dejado, valen mil.

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⏰ Última actualización: Aug 07, 2019 ⏰

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