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Había transcurrido una semana y ya era el día en que los alumnos debían entregar el trabajo. En ese tiempo Mina había leído el reglamento escolar, confirmando lo dicho por Momo, las relaciones romanticas entre los alumnos no estaban prohibidas mientras se mantuviera la afectividad al minimo. Mina no habia podido dejar de pensar en aquellas dos alumnas sobre las que sospechaba tenian algo, pero al no estar segura no se sentia confiada como para darles una advertencia. Pero habían ciertas actitudes que la hacían creer aun más en su teoría, como el que acabaran de entrar a clases abrazadas.

−Bien, chicos, pueden dejar sus trabajos en su mesa, yo pasaré retirándolos por sus puestos.−El trabajo consistía en un pequeño fragmento, así que solo tenía que coger una sola hoja por parte de sus alumnos.

Al pasarse por algunos puestos notó que la mirada de uno de sus alumnos, no,una alumna estaba perdida.

−¿Tu trabajo?

−Eh... Ah... Aquí.−Chaeyoung hizo un moviendo rápido sacando el papel rápidamente de su bolso.−Escuche la canción, me gustó muchísimo.

−Eso es bueno.−La joven de cabello azabache se preguntaba porque siempre la alumna Son estaba con la cabeza en las nubes.

Continuo retirando los trabajos pasando por los puestos, le sorprendió cuando al retirar el de la chica Im, esta evitara mirarla. No pensó recibir ese tipo de respuesta, menos aun cuando no sabia que había hecho para merecerla.

Fingió que no le afecto y siguió con su tarea.

Los trabajos serian entregados la siguiente clase por lo que el resto de la clase fue la joven maestra leyendo citas de viejos escritores que facilmente podian ser del centenario pasado.
Al finalizar la extranjera guardo sus cosas lentamente dandose cuenta que la joven Nayeon había cambiado su amarga expresión cuando Son se acercó a ella, con una pequeña sonrisa.

Al llegar al salón de profesores se dejó caer en uno de los tantos soportes de madera que se encontraban en el lugar, pues tenía que empezar a revisar sus trabajos.

−¡Mina!¡Estás aquí!−La maestra de deportes se acercó rápidamente a la pelinegra.

−Momo, ¿también estas libre esta hora? − A veces pensaba que la rubia no cumplía con sus horas laborales.

−Si, es una suerte. Con este clima es horrible estar atrapada en un gimnasio con decenas de personas. −Comentaba quitándose la chaqueta mientras se recostaba en una de las sillas.

−Tiene sentido, ha llegado la primavera.

−Si... − la mayor pareció no entender el doble sentido de sus palabras. −¿Tienes trabajo?−pregunto al ver una pila de hojas sobre su escritorio.

−Si, es una pequeña actividad que les di. Aunque ahora me arrepiento un poco de ello. −sus horas no activas se irían en el papeleo.

−¿Quieres ayuda?

−¿Me ayudarías? −No espero que se ofreciera.

−Claro, ¿por que no?

−No te veo como alguien a quien le guste leer.

−Crees bien, pero no tengo nada más que hacer.

−Bien toma está mitad y a este lado está la pauta de evaluación.

−Oh, claro.−La rubia miró con mucha atención la explicación que le daba Mina, no quería estropear el primer encargo de la joven profesora.

Las dos chicas estuvieron en silencio por algunos minutos, concentradas en los trabajos.

Show Me Your Love [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora