Show Me Your Love [G!P]

18

Al despertar la pelirroja estaba totalmente aturdida, la luz del sol que pasaba por la cortina le llegaba directamente a los ojos.

− ¿D-dónde estoy? –miro a su alrededor notando que tenía puesta una gran camiseta la cual llegaba hasta sus rodillas.

Siguió caminando por la gran habitación, su cabeza dolía y estaba consciente de porque era. Camino lentamente por los pequeños pasillos. Viendo fotos de la maestra Hirai cuando era niña. Al llegar al pequeño comedor, se dio cuenta de que se encontraba sola en una casa ajena. Se sentó en el sofá mientras esperaba a que Momo apareciera por algún sitio.

Sus ojos comenzaban a cerrarse nuevamente cuando escucho la cerradura de la puerta ser abierta.

−Ah, Nayeon. Buenos días. −la saludo Momo, quien cargaba unas cuantas bolsas.

−Buenos días... −respondió aun aturdida. − ¿Dónde estaba?

−Fui a comprar el desayuno. −respondió dejando las bolsas sobre la mesa. −Solo tenía comida instantánea y pensé que no te gustaría desayunar fideos.

−Oh...

−Ven a sentarte a la mesa. –invito.

La menor asintió lentamente mirando fijo a un lugar esperando a que la maestra se sentara en la mesa junto a ella.

−No sabía si te gustaba la gaseosa así que decidí traer esta y también exprimir jugo.

−Sí, sí, gracias. −la mayor se sentó tomando una de las tostadas que había dejado.

−Come.

Estuvieron en silencio por unos minutos, la menor parecía concentrada solo en comer y eso le incomodaba a la mayor.

− ¿Cómo dormiste? −pregunta la mayor mientras devoraba un pedazo de pan

−Bien... Insisto en que no era necesario prestarme su habitación... O una de sus playeras. −susurro eso último para sí misma mirando lo que llevaba puesto.

−No te preocupes por eso, solo come.

− ¿No me va a preguntar por qué estaba en un bar? −pregunto Nayeon luego de un rato de silencio.

− ¿Por qué? Son tus asuntos. –Momo se encogió de hombros.

−Sí, pero no debería hacerlo siendo estudiante.

− ¿Por qué buscas culparte? –cuestiono. −Además con esa lógica yo tampoco tendría que haber estado allí.

−Es verdad... Era día de trabajo y aun así usted estaba en un bar quien sabe con qué intenciones. −comento riendo al ver como la mayor se atoraba con su bebida.

−No sé de qué hablas.

−Profesora, es bien conocida la mala fama que tiene.

− ¿Mala fama? ¿Yo?

−Ajá.

−No es cierto.

− ¿A cuántas chicas ha traído aquí? –pregunto mirando la habitación. –Deben haber sido varias.

−Mmm... Si te soy sincera ninguna. No, miento, una y eres tú.

−No le creo. −volvió a morder su tostada.

−Es verdad, al liarme tengo la decencia de no traerlas a mi hogar.

− ¿Entonces por qué accedió a traerme aquí?

−Sería muy cruel si te dejaba en el parque. −Nayeon levanto las cejas indicándole que no le creía sus intenciones. −No eres mi tipo Im.

Las dos chicas comenzaron a reír.