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Sinopsis
Destiny solo deseaba una cosa. Ella quería tener sexo rudo, salvaje y sin medida. Quería entregarse a la pasión y que la hicieran explotar de placer haciéndola llegar hasta las nubes. Cuando conoció al ardiente y misterioso Brad en una discoteca, comprendió de inmediato que él, sin duda alguna, haría su deseo realidad.
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En ocasiones, una chica debía tomar medidas extremas para encontrar un poco de diversión. Al menos eso era lo que Destiny pensaba mientras salía de su cuarto de baño con una toalla cubriendo su cuerpo.
Se acercó a su cama, observó el diminuto panti rojo y sonrió.
—Tú serás mi boleto de la suerte.
Dejó que la toalla cayera al suelo y se acercó a su espejo de cuerpo entero. Se observó a sí misma con placer y sonrió de nuevo mientras se colocaba el panti rojo.
Tomó el vestido rojo que colgaba de un gancho y se lo puso sin permitirse cambiar de opinión con respecto al diminuto y escotado vestido. Este apenas cubría sus piernas y retenía sus grandes y desnudos senos.
—¿Debería ponerme un sostén?
Se miró en el espejo. El vestido cubría sus pezones y nada más.
Su lado atrevido salió desde lo más profundo de su ser y la obligó a borrar ese pensamiento de su cabeza.
Sus senos eran grandes, era cierto, pero eran hermosos y estaba segura de que esa noche todos los hombres la mirarían con deseo.
Se acercó a su tocador, cepilló su larga melena rubia y se maquilló de una forma que para Destiny era atrevida y seductora.
Tomó su bolsa, su celular y después de perfumarse más de la cuenta, esperó a que llegara el taxi. Cuando este llegó y Destiny subió a los asientos traseros, el taxista no dejó de mirarla con deseo a través del espejo retrovisor.
Destiny trató de ignorarlo, pero le fue imposible no sonreír disimuladamente. Le gustaba que la miraran con deseo.
Cuando el taxista se detuvo frente a la discoteca que Destiny le había dicho, ella miró el lugar a través de la ventana del auto y se puso nerviosa.
¿Y si no conseguía a nadie y se quedaba vestida y alborotada? Porque sí que estaba muy alborotada y muy necesitada. Ella deseaba con desesperación una noche de placer.
El taxista carraspeó para llamar su atención.
—¿Desea que la lleve a otro lugar?
Destiny le sonrió y luego de pagarle, se bajó del taxi.
Se quedó mirando el lugar por largos segundos. Observó a las personas que salían y que entraban y se sintió muy complacida de que tanto hombres como mujeres la miraran con deseo cuando pasaban a su lado.
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Zona Del Placer - Ariangeles © ¡YA A LA VENTA EN AMAZON!
RomancePrimera serie erótica de Ariangeles llena de experiencias intensas, pasiones sin medidas y en donde los tabúes no existen. Todos los derechos reservados. ©