My last dream <Ezra Miller> <elizabeth gillies>

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Oigan la canción mientras leen eso le da más sentimiento.
Me sentía en un sueño, no podía pedir nada más, estaba con mi madre viendo algunos vestidos de novia

- De verdad no necesito algo tan llamativo, sencillo esta bien

- Pero se supone que es el mejor día de tu vida y que no se repetirá

- Lo sé, me gustaría que mi padre estuviera aquí

- De seguro pediría que el vestido te cubriera hasta las rodillas

- Jaja lo se

- Por cierto ¿dónde está el afortunado novio?

- Pues sus amigos se enteraron de que va a casarse así que decidieron hacer las pases y ahora mismo están en la despedida de soltero

- Vaya, debe tener muy buenos amigos

- Realmente eso espero

Quería ocultarle mi preocupación, era un manojo de nervios ¿Qué tal si lo convencían de cancelar todo? O se lo llevaban a Italia, sacudí mi cabeza sacando los pensamientos negativos

- ¿vendrá alguien de la familia?

- No lo creo ya sabes que a muchos no les gusta viajar si acaso tu vieja abuela acompañada de tu tía, pero es todo

La boda se celebraría dentro de dos días, muy pronto pero el futuro era tan incierto que no podíamos esperar más, llegamos a la habitación alrededor de las 10 de la noche, todo estaba oscuro y yo estaba demasiado cansada así que mi madre me arropo, hablamos un rato para que después saliera de mi habitación para ir al bar de abajo a celebrar que su pequeña hija se casaría trato de convencerme de hacerle compañía, pero fingí que me quedaba dormida cuando realmente sucedió. Desperté gracias a un gran estruendo, todo estaba oscuro así que encendí la lampara que se encontraba a un lado de mi cama, era Matt que se encontraba totalmente borracho y no podía dar un paso sin tropezarse, me levanté corriendo para intentar ayudarlo, pero caímos al suelo

- Mi bella esposa – dijo mientras acariciaba mi rostro, era raro verlo así

- Vamos te llevare a la cama- trate de levantarlo, pero no logre nada, me sentó sobre sus rodillas

- ¿Por qué tu?

- ¿Qué?

- ¿Por qué debes morir? Quédate conmigo, no puedo vivir sin ti, no puedo, por favor no me dejes solo – sentí como un nudo se forma en mi garganta, quede inmóvil cuando comenzó a sollozar- Gabriel, mi Gabriel, te amo, quédate, quédate

- Matt lo haría, pero sabemos que eso no es posible – comencé a tartamudear, me costaba pronunciar palabra – quiero estar contigo, no quiero irme, no quiero dejarte, me haces tan feliz

Me tomo suavemente de la nuca para juntar su frente junto con la mía

- Entonces llévame contigo, no puedo - me abrazo sobre su pecho como si fuera una niña pequeña y después de todo el tiempo, llore, la vida era tan injusta

- ¡¿porque yo?! – lagrimas recorrían mis mejillas y mi boca sabia salada.

Sentía mi corazón desgarrado, me abrazaba cada vez mas a su calor, no quería dejarlo. No sé cuándo me quedé dormida, pero sentí una gran paz, soñé que vivíamos en una pequeña cabaña a la salida de la ciudad con dos pequeñas niñas corriendo alrededor de su padre, peinándolo y maquillándolo como a una princesa, no podía evitar reírme ante tal escena, pero de pronto todo comenzaba a hacerse borroso.

Desperté, no podía moverme, Matt me abrazaba fuertemente como si fuera a escapar, aun estábamos sobre la alfombra, me escabullí para pedir algo de desayunar, regrese para intentar levantarlo

- Necesitaras una grúa- se levantó - ¿Qué hice anoche? Me duele la cabeza

- Vamos acuéstate, te traeré una aspirina

- Tu deberías estar en reposo

- Ya me siento mejor, ahora es mi turno de cuidarte, eso se supone que hacen los casados, aunque sé que aún no lo hacemos legal, no siento que sea necesario un papel para demostrarte mi amor- tocaron a la puerta dejaron la comida y se fueron, tome el tazón de sopa para sentarme a la orilla de la cama – así que ahora es mi turno de cuidarte

- Cada vez se me hace más difícil la idea de dejarte ir- me beso suavemente- tienes los ojos hinchados ¿acaso dije algo que no debía mientras estaba borracho?

- no, dijiste lo necesario aunque por cierto deberías mirarte tu también al espejo

tome uno que se encontraba entre mis cosas, hiso un gesto gracioso como si no creyera lo que veía, se sonrojo, no pude evitar comencé a reírme

- eres tan adorable jajaja