33. Un obstaculo de la vida.

1.8K 110 15
                                    

Oía los gemidos de dolor de Luke y empecé a sentir una presión en el pecho que empezó a empeorar a cada segundo hasta tal grado de ahogarme, comencé a ver algo distorsionado, dos figuras en el suelo peleando que se iban desvaneciendo hasta que todo se vuelve de color negro, negro de oscuridad, de soledad, negro de la nada.

(…)

Me sentía amarrada a algo pero conseguí abrir los ojos para descubrir dónde estaba. Los abrí lentamente, pestañeando varias veces hasta poder ver con claridad. Notaba algo en mi nariz, luego divisé una vía de suero en mi brazo izquierdo. Comprendí que estaba en el hospital, y que alguien sujetaba mi mano. Me senté con el brazo izquierdo estirado y el otro atrapado entre algo. Miré y ahí estaba él, con una sonrisa mientras dormía con tranquilidad, tenía su labio roto, retiré mi mano y acaricié su cabello rubio que tanto había podido apreciar, creo que sintió que me había movido y se despertó.

–Hola. – Saludé sonriente, el se colocó bien en la silla y sonrió de la misma manera que siempre.

–Hola. – Sonaba nervioso, había un temblor en su mandíbula y eso significaba que algo estaba a punto de pasar.

–Luke, ¿qué pasa? ­ – Pregunté ya seria y sentándome al borde la camilla. Bajó la cabeza y parecía derrotado, cansado,… Pero aún así sus brazos se apoderaron de mi cintura y se aferró a ella apoyando su cabeza en mis muslos.

–Yo… – Sollozó, no entendía.

­–Luke, dime qué pasa, ya. – Rogué acariciándole el pelo de nuevo.

–Te tienen que operar. – Dijo con un hilo de voz casi rasgada. – Te tienen que operar de un tumor. – Sentía que lloraba, y yo también.

–¿E-Es grave? – Le pregunté, el asintió. – Es decir… ¿Puedo… – El elevó la cabeza y la unió a la mía por la frente.

–No quiero que eso pase… – Sus ojos estaban cristalinos y los míos estarían casi iguales. Moví mi cabeza a ambos lados intentando pensar que estoy soñando.

–¿Cu-Cuando va a ser la operación?

–Dentro de dos días. – Susurró acercándose poco a poco a mí, más de lo que ya estábamos.

–Prométeme que estarás ahí hasta el final. – Dije rozando con la yema de mis dedos su mejilla, el asintió y la puerta inmediatamente se abrió entrando un hombre de bata blanca, alto y moreno. Luke se separó y según lo hizo entraron mis padres.

–¡Cariño! – Gritó mi madre abrazándome con fuerza, sentía su angustia y papá me miraba intentando no ablandarse, miró a Luke y le indico que saliese. Nos quedamos mi madre, el doctor y yo.

–Señora, su hija sufre un tumor cerebral que ha sido descubierto a tiempo, gracias a una radiografía que le hemos hecho, su tamaño no es grande y no a presentado síntomas lo que significa que vamos bien de tiempo. – Mi madre apretó mis manos con fuerza, estaban frías. – Su operación se llevará a cabo dentro de cuarenta y ocho horas por lo que le recomiendo que ella descanse y no se altere en éstas. – Ella asintió y me sonrió. – Por cierto, su novio es un gran chico, debería hablar con él ya que la trajo aquí.

Mi madre asintió de nuevo y el médico abandonó la sala, luego ella me miró raro y peinó mi pelo con sus delgados dedos algo arrugados.

–Con que novio, ¿eh? – Sonrió esta vez pícara y yo me puse roja.

–Un chico que conocí en Sydney. – Dije mientras me encogía de hombros y mi madre y yo reíamos. Hacía tiempo que no hacíamos esto.

Luke POV.

Su padre me observaba cuidadosamente cada paso, detalle o movimiento que hiciese mientras nos dirigíamos a la sala de espera. Nos sentamos en aquellas sillas de madera, uno al lado del otro hasta que decidí decir algo.

–Amo a su hija. – Le dije, él me miró y sonrió.

–Muchacho, de eso me di cuenta ahora mismo. – Suspiró. – Ella de pequeña solía mirar mucho a los chicos como tú, aun sin entender el por qué nunca trajo a ninguno a casa. Era risueña y siempre estaba sola en casa, esperando a que sus padres vinieran algún día. Pero para cuando nos dimos cuenta, ella ya había decidido su futuro sin nosotros.

–Señor…

–Llámame Harry.

–Harry… Su hija lo ama… Dejó la banda por estudiar, la han educado bien.

–¿Usted cree eso? – Asentí y él me sonrío. – Hijo… Espero que la cuides, ella es terca e infantil, atesórala, porque quien la tiene suelen no dejarla ir fácilmente.

Charlé un poco más con él, intentando saber más de ella, y la verdad es que quería escucharlo con su propia voz, que Amber tenía razón y que he encontrado a alguien mejor, a alguien a quien daría mi vida sin dudarlo.

Way of looking. || L.R.H       [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora