V

5K 587 295
                                    











V. Jardín.








Sky huye de mi tratando de perderse entre la gente, sin embargo la sigo interponiéndome en su camino.

—¿Qué haces aquí? —Le pregunto, y no me refiero precisamente a su trabajo, hablaba en general.

—Su majestad, ¿se le ofrece una copa de vino? —Pregunta con cordialidad.

¿Acaso estaba pretendiendo que no me conocía? Mi ceño se frunce, estoy un poco perdido, ella lo nota y suspira antes de voltear a todos lados como si temiera que alguien la fuese a ver hablando conmigo.

—Por favor, tú no me conoces y yo tampoco a ti, bastante me costó alejarme de él.

Mi cabeza es un lío, no entendía absolutamente nada, la última vez que la vi fue hace como tres años y todo parecía estar perfectamente normal.

—¿A qué te refieres? ¿Qué pasó con él? —Dudas y dudas llenan mi mente pero ella se limita a negar.

—Te lo suplico Nash, tú y yo no nos conocemos.

Pese a que necesito obtener respuestas, asiento, dejándola marchar, sus razones deberían ser muy complicadas.





⛓💎⛓





Al despertar lo hago con un extremadamente buen humor, me hace bien alejarme de las Netherlands.

Me incorporo sentándome en la espaciosa cama, sintiéndome tan solo en aquella enorme habitación, no quería arruinar tan pronto mi buen humor analizando innecesariamente mi vida, por lo que removiendo la sábana que cubría mi cuerpo me pongo de pie.

Miro aquel reloj de aspecto viejo y caro, sus manecillas marcaban casi las dos de la tarde, había dormido demasiado.

Voy directamente al baño para darme una rápida ducha, al terminar mi aseo personal procedo a secarme y posteriormente a cambiarme colocándome uno de esos trajes que prácticamente estaba obligado a usar en cada momento desde que cumplí 18 años, sinceramente ya me había acostumbrado a esto, y cuando no los portaba, me sentía extraño.

Salgo de la habitación asignada como mía cada que visitaba el castillo de Dinamarca, mi estómago gruñó ante la falta de alimento, un par de ojos azules cruzan mi mente y decido ir directamente a la cocina teniendo la excusa perfecta para verla e incluso hablarle.

Camino con calma entre los pasillos hasta llegar a mi destino, el olor a comida se filtra a través de mis fosas nasales y eso solo me hace sentir aún más hambriento, pero todo eso parece esfumarse cuando la veo.

Está parada dándole la espalda a la entrada de la cocina, su cabello está perfectamente recogido como siempre y el deseo de verla con su cabello suelto crece en mi.

—¡Cariño! —Hablo para llamar su atención, los demás empleados se quedaron en silencio e hicieron una reverencia mientras ella se giraba, miré por un segundo a Sky antes de regresar mi atención a Thea.

—Su alteza. —Dijo con formalidad y mi ceño se frunció.

—No puedo creer que te lo haya dicho. —Pienso en voz alta, yo no quería que ella se enterara de ese título con el que cargaba desde que nací, pero por supuesto que Shawn se lo tenía que mencionar. —Cariño, tú puedes llamarme Nash. —Agregué ya que quería que Thea me tomara confianza y que no se creara una enorme distancia entre nosotros debido a mi título. Yo realmente la quería cerca, y no sólo porque yo fuese un príncipe.

Por algún motivo sus mejillas se tornaron de un color rojizo, lo cual la hacía lucir demasiado inocente, su sonrojo se me había hecho tierno y quise tomarlo como una buena señal.

NEVER KING  |N.G.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora