• Prólogo

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El tiempo, es una palabra que a todos nos asusta, a todos nos llega la hora, ya seamos ricos, burgueses o pobres. Todos morimos y acabamos en el ataúd del olvido...

Soy Esperanza y esta es mi historia.

Han pasado 16 años desde mi nacimiento y desde la muerte de madre. Hace 7 años mi padre conoció a una joven de la burguesía llamada María, ella era perfecta ni muy alta ni muy baja, delgada , su pelo castaño era realmente largo y sedoso digno de envidiar, sus ojos eran azules eran como la costa con la Luna en lo alto reflejaban todo y eran bastante oscuros, su rostro parecía tallado por los ángeles, padre no merecía menos. Al principio era todo sonrisas pero, en cuanto padre se enamoró locamente de ella, se convirtió en una bruja, más de una vez pensé en llamar a la inquisición a ver si con fuego se la podía exterminar, pero cuando padre escuchó la propuesta pensó que estaba celosa, por si me daba de lado, entonces le respondí que me pegaba y me tomó por loca. María me odia por que siempre hago a padre hablar de madre, cuando padre me habla sobre ella, María se va enfadada. Padre siempre me cuenta lo hermosa que era madre, en cada historia habla de su inmensa belleza dice que era un poco baja mas eso a él no le importaba, que tenía una larga cascada de pelo negro ondulado, unos enormes ojos color esmeralda, una tez como la de una muñeca de porcelana y que era la mujer más buena y bella que nunca había visto. Y entiendo que eso moleste a María pero yo quiero saber como era madre...

Hoy es el cumpleaños de padre, y estamos celebrando una fiesta por todo lo alto en el castillo, los niños tienen una zona y los adultos otra. Todos bailan, beben, comen, y se divierten. Todos, todos menos yo, hoy desperté con la sensación de que algo malo pasaría se lo dije a padre y como siempre ni me escuchó. Empiezo a pensar que María le hace brujería, puesto que padre nunca se comportó así conmigo.

Noto a alguien a mis espaldas, me giro y ahí está ella, aun tengo la marca en la espalda de sus últimos golpes.

- Toma, bebe un poco, ya casi eres mayor de edad.- Me dice sonriendo mientras me brida su copa.

- No quiero morir envenenada, gracias.

Ella me miró con mala cara y se fue.

A todos nos devora el tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora